Las ánimas
Cita Recomendada:
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Discusión sobre las Ánimas
La más corriente de las ideas definitorias sobre las ánimas es que son almas en pena. Esto significa que estos entes no pueden entrar en el cielo. Ahora bien, el concepto de penar no parece referirse únicamente a la capacidad de entrar en el cielo. Parece tener más notas, tales como la idea de la existencia de un estado intermedio terrestre-espiritual. Las ánimas pueden presentarse de varias formas; una de esas formas, quizás la más importante por su frecuencia es la forma audible. Invisibles a los ojos, las almas se presentan, siendo conocida su presencia por los ruidos que hacen con ese propósito. Muchas veces, parece que la intención de las ánimas es no asustar tanto y entonces adoptan formas visibles, pero de persona más o menos corriente. Cuando las ánimas pretenden aterrorizar y castigar parecen recurrir a figuras que consisten en un desdibujamiento general de la figura humana. El oír y decir misa, fue una de las actividades más minuciosamente informadas en el Istmo. En la misa puede haber un cura que oficia, un gran grupo de ánimas que llena de oyentes la iglesia, coro hasta de veinte voces y cantares del Más Allá. Las procesiones parecen ser de las actividades más corrientes de las ánimas. Tienen al parecer, un propósito de control de cierto tipo humano claramente delimitado: La Chismosa. Gran cantidad de ánimas se concentran en las procesiones; generalmente llevan hábito blanco y un cirio en la mano izquierda, vienen rezando, lo que provoca el murmullo que sienten las trasnochadoras vidajenas. Voces, pasos y quejidos son los elementos más importantes de la actividad invisible-audible. La actividad aparecer-pedir consistió en que el ánima se hace visible o audible a la persona que le interesa y le propone o le sugiere un contrato mediante el cual el ánima descubre un secreto y la persona cobra y manda a decir misa u otra actividad religiosa de validez, ultraterrena. La actividad básica de las ánimas es la de penar, es la que explica su presencia en este mundo después de haber partido de él. Se entiende por aviso de ánimas a ciertos acontecimientos extraños que ocurren a familiares o a personas relacionadas con gente próxima a morir o en el acto de morir o muertas efectivamente. El Velorio de Ánimas, consiste en una reunión de éstas, en una casa a la cual iluminan y la colocación de los asistentes como en un velorio corriente en el área. El principal de los daños atribuibles a las ánimas es el miedo que produce el conocimiento de su presencia y su mismo aspecto; molestias y maltratos de obra son otros daños atribuibles a estos entes. Los mejores controles para la actividad de las ánimas son los ritos religiosos, especialmente las misas. Uno de los medios al parecer más eficaces, para acabar con las molestias del penar de las ánimas entre terrestres es el de desenterrar lo que ellas en vida enterraron, con objeto de terminar con la causa de su penar. Los niños resultaron la tabla de salvación para las chismosas envueltas en problemas con las procesiones de las ánimas. El efecto de la presencia de los niños sobre las ánimas parece tener relación con la idea de que los niños pueden trasmitir su inocencia y atenuar la pecaminosidad de las acciones humanas. El caso de la comadre muerta parece indicar que la relación de comadre a comadre (relación socio-religiosa) tiene efecto sobre la conducta de las ánimas. Siempre fue la comadre la ayuda precisa en el momento preciso para la terrestre despistada. Los parientes son al parecer los más frecuentemente intervenidos por las ánimas, al parecer, con el fin de requerir su ayuda. Uno de los principales tipos humanos intervenidos por las ánimas fue el tipo Chismosa. Los vecinos entraron más de una vez en relación con estos entes. Parece evidente que las relaciones sobrenaturales de las ánimas son con Dios. Las ánimas son parte importante de la estructura del Más Allá católico y se supone que son almas castigadas por diversas causas y que el ente castigador es Dios.
1 La Definición
A. La Definición como Almas en Pena
La más corriente de las ideas definitorias sobre las ánimas es que son almas en pena. Esto significa que estos entes no pueden entrar en el cielo. Ahora bien, el concepto de penar no parece referirse únicamente a la capacidad de entrar en el cielo. Parece tener más notas, tales como la idea de la existencia de un estado intermedio terrestre-espiritual. Hay que hacer notar que el acento sobre las causas de la pena de las ánimas recae en el Istmo sobre deudas sin pagar, dinero que dejaron enterrado y cosas por el estilo, más bien materiales preferentemente, con poca referencia a cosas espirituales.
Ejemplos de la Definición Almas en Pena
Bugabita (Choy, 1961)
Dicen que las ánimas son almas que andan penando por que han dejado algún entierro…
Tolé (Menéndez, 1961)
Y el alma de los que enterraron no tendrán descanso hasta que alguien los saque de su pena o sea desenterrando la plata.
Santa María (Chávez, 1961)
En este pueblo se llama ánima al alma del difunto que queda vagando por el mundo porque el difunto dejó algo muy querido o dinero enterrado.
Guararé (González, 1961)
Tienen la creencia que son almas de pecadores que andan penando por el mundo, pues han dejado algún asunto pendiente como deudas o promesas que no cumplieron, dinero enterrado, etc.
Antón (Castrellón, 1961)
Se dice que eran las ánimas de los dueños de las propiedades que están cerca, los cuales caminan y pasean para recordar las fiestas patronales de Antón.
Río Hato (Morales, 1961)
Las ánimas son almas de personas muertas las cuales no pueden entrar en el cielo por haber dejado alguna cuenta pendiente en la tierra.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
… diciéndole que los había salvado de estar toda la vida en pena.
Arraiján (Espinosa, 1961)
Son espíritus de personas que han muerto dejando algo pendiente, como dinero enterrado…
Chepo (J. Candanedo, 1961)
El rezo que les hacen sus amigos o parientes terrenales les sirve para aliviar las penas que tienen en el purgatorio.
2 La Morfología
A. La Morfología Audible
Las ánimas pueden presentarse de varias formas. Una de esas formas, quizás la más importante por su frecuencia es la forma audible. Invisibles a los ojos, las almas se presentan, siendo conocida su presencia por los ruidos que hacen con ese propósito. Así en Bugabita, se manifiestan en forma de voces y pasos a sus familiares. En La Mesa, imitaron el ruido de quien camina con botas de goma; en Santa María, los quejidos identificaron a un ánima por un tiempo y después se dejó oír mediante pasos como los que da una mujer descalza. En Guararé dicen que las ánimas no se ven, que solo se siente el susurro apagado de su voz. Igualmente se manifestaron por medio de ruidos en Antón, Río Hato y Chorrera.
Ejemplos de la Morfología Audible
Bugabita (Choy, 1961)
Casi siempre que se muere una persona y los familiares oyen voces y pasos por la noche dicen que estos son los del ánima del finado o difunto.
La Mesa (Quirós, 1961)
Se aparentaba en el ruido del caminar como que andaba con botas de caucho llenas de agua.
Santa María (Chávez, 1961)
Tampoco contestaron los quejidos y así siguió pasando el tiempo con los quejidos y el cuidado de la casa. Un día que se encontraba acostado en la cama, sintió que algo entró por la puerta del frente, y por los pasos que daba se notaba que era mujer y estaba descalza.
Guararé (González, 1961)
Otros nos dicen que las ánimas no se ven, solo se siente su voz que es como un susurro apagado.
Antón (Castrellón, 1961)
Cerca del mismo poblado, el 15 de enero, se sintieron pasos de caballos con monturas nuevas.
Río Hato (Morales, 1961)
Cuando una persona por cualquier motivo oye ruidos extraños o siente algo que no es común en un momento dado y luego una persona muy amiga suya se muere…
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
Únicamente quedaban dos, los que se sentían muy preocupados porque cada día se oían más voces y cosas raras…
B. La Morfología de Persona Corriente
Muchas veces parece que la intención de las ánimas es no asustar tanto y entonces adoptan formas visibles, pero de persona más o menos corriente. Así en Soná, apareció una como mujer de procesión cuyo único punto que causaba impresión era que vestía hábito blanco. En Guararé, un ánima se apareció a un señor vestido de camisa blanca y pantalón negro, impresionó solamente cuando hizo su petición y se identificó. En Los Santos, se presentaron a Juana Franco, el cura como hombre joven corriente y el resto de las ánimas muy normales a excepción del hábito blanco, el que por otra parte es corriente en el Istmo entre la gente que cumple “mandas” o penitencias.
En Chorrera, la vecina caritativa encontró que en el Velorio de las Ánimas, todas ellas tenían su figura de antes de muertas.
Ejemplos de la Morfología de Persona Corriente
Soná (Urriola, 1961)
Se quedó en la ventana asomá cuando se le acercó una mujer vestida de blanco de las muchas que ahí iban…
Guararé (González, 1961)
… cuando de pronto me llamó la atención que cerquita del palo de naranjo, recostado, estaba un hombre muy extraño. Vestía una camisa blanca y pantalón negro.
Los Santos (Quiel, 1961)
Arrodillada frente al altar, Juana Franco notó que el padre que estaba oficiando la misa era joven y que la iglesia estaba llena de personas con túnicas blancas.
Juana Franco la miró bien y reconoció que era su comadre Marcela Moreno, muerta mucho antes.
Venían rezando el rosario y cuando se acercaron a la puerta por donde ella estaba situada, una de las alumbrantes le entregó una gran vela encendida.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
Extrañada, miró la cara de cada uno de los presentes y reconoció entre ellos a toda la familia y a otro grupo de ánimas.
C. Otros Tipos Morfológicos
Cuando las ánimas pretenden aterrorizar y castigar entonces parecen recurrir a figuras que consisten en un desdibujamiento general de la figura humana. Son, especialmente los casos de San Pablo y Los Santos, en los que el ánima dejó ver una calavera.
En Parita se manifestaron a golpes y maltratos físicos a una familia de hermanos y por último suelen manifestarse en forma de luces como en los casos de Arraiján y Santa María.
Ejemplos de Otros Tipos Morfológicos
San Pablo (Gallardo, 1960)
Le entregó la tibia de muerto a la primera ánima que pasó y ésta, volviéndose hacia ella y dejándole ver su cara descarnada, le dijo moviendo en horrorosa mueca los huesos de la boca…
Los Santos (Quiel, 1961)
El ánima se volvió hacia María Chismosa, dejándole ver la cara descarnada y moviendo en horrorosas muecas los huesos de la boca diciéndole: …
Parita (Del Cid, 1961)
Cierta vez, en que el hermano mayor no se encontraba en la casa (este se llamaba Julio Montenegro) cuando los otros se acostaron sintieron que les halaban el pelo, los pellizcaban, les quitaban la manta y cuando iban a prender la luz se les apagaba.
Guararé (González, 1961)
Son bultos en forma de seres humanos que adquieren la misma personalidad que tenían cuando estaban vivos.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
… y además se veían horribles abusiones.
Arraiján (Espinosa, 1961)
Entonces aparecen a sus familiares, a veces a particulares en forma de luces…
Santa María (Chávez, 1961)
Cuando un hombre o una mujer entierran su dinero, ya por avaricia o para que no lo roben, queda una luz por el lugar del entierro.
3 Las Actividades
A. La Misa
El oír y decir misa, fue una de las actividades de ánimas más minuciosamente informadas en los trabajos sobre ánimas. La Misa no parece tener el propósito de controlar ninguna actividad humana de signo ético. Sin embargo, siempre ocurre que una despistada la presencia. En la Misa puede haber un cura que oficia, un gran grupo de ánimas que llena de oyentes la iglesia, coro de hasta veinte voces y cantares del Más Allá. Las ánimas parecen estar obligadas a llevar un cirio en la mano izquierda. Sobre la misa hay que anotar lo que parece ser una contradicción. Si las ánimas pueden ellas mismas oír y dar misa, ¿por qué forzar a parientes y amigos y hasta desconocidos a que les ofrezcan misas? Es posible que la contradicción puede resolverse pensando que son dos tipos de actividad distintos, que representan dos direcciones del pensamiento panameño de ocurrencia simultánea y excluyente.
Ejemplos de la Actividad Misa
Remedios (Álvarez, 1960)
Dicen algunas personas que viven alrededor de la iglesia, que muchas veces a altas horas de la noche han visto las luces de la iglesia encendidas, es decir las velas, y que poco rato después han escuchado sonar la campanilla que usa el sacerdote. Aseguran ellos que son los muertos que vienen en las noches a oír y decir misa.
Soná (Urriola, 1961)
Cierta vez una señora que se dedicaba al oficio de lavar y teniendo gran cantidad de trabajo que entregar al día siguiente se fue al río, engañada por la luz de los luceros. Al pasar por la iglesia la vio alumbrada y oyó murmullos de voces que rezaban, y pensando que unos minutos de rezo no estropearían su labor, entró. Cuando estuvo dentro, se extrañó de que todas las personas que allí estaban vestían de blanco; al volver su cabeza se extrañó aún más pues reconocía personas de las que habían muerto años atrás, y fue cuando sintió una mano que se posaba en su hombro y le decía “salga comadre, que esta misa no es para Uds. los vivos”. (La voz era de su comadre que había muerto años atrás). Asustada salió y se puso a meditar sobre lo que había visto pero al volver la cabeza ya las puertas estaban cerradas y las luces apagadas.
Los Santos (Quiel, 1961)
Cierta noche perteneciente al mes de enero, clara como el día, Juana Franco se levantó creyendo que era de madrugada y salió hacia el río como era su costumbre. En el camino hacia el río, Juana tenía que pasar al lado de la iglesia. Al pasar por allí, escuchó que las campanas resonaban como anunciando la misa y que un momento después la iglesia quedó iluminada. Juana se extrañó de eso, y se asomó por una puerta, vio mucha gente y se decidió entrar. Puso su cántaro recostado a una palma real, luego entró por la puerta del perdón se dirigió hacia donde había una vasija con agua bendita y luego pasó y se arrodilló en un reclinatorio que desde mucho tiempo atrás tenían sus parientes. Arrodillada frente al altar, Juana Franco notó que el padre que estaba oficiando la misa era joven y que la iglesia estaba llena de personas con túnicas blancas. Las velas que daban luz al altar eran blancas como perlas y producían un resplandor nunca visto por ella. Todas las personas llevaban un cirio en la mano izquierda. Se sentía una mezcla de olores de heliotropos y jazmines. De pronto comenzó a cantar un coro de 20 jóvenes una música jamás escuchada por ella. Juana se estremeció de emoción y de espanto en un mismo tiempo. Miró curiosamente a todas las personas que le quedaban cerca. Algunos de los rostros le eran conocidos, otros desconocidos. Reconoció a Juanita Castillo, Juan Facundo Espino, Miguel Saucedo y Domingo Correa, todos ellos habían muerto. Juana Franco temblaba de temor, quiso gritar, pero no pudo. En ese momento, una señora se le acercó y la cogió por el brazo y le dijo: “Venga comadre, salga de aquí, que esta misa no es para los de la Tierra”. Juana Franco la miró bien y reconoció que era su comadre Marcela Moreno, muerta mucho antes. Juana se dejó llevar por su comadre, cuando salió afuera solo vió sombras, las luces apagadas y no había ruido alguno. Llena de miedo, de una sola carrera quedó en su casa, miró el reloj y eran las 12 de la noche, lo que quería decir que la misa que acababa de escuchar era la de los difuntos.
B. La Procesión
Las procesiones parecen ser actividades corrientes de las ánimas. Tienen al parecer un propósito de control de cierto tipo humano claramente delimitado. La forma de procesión, tal cual ha sido informada es parecida en una amplia extensión de la República, desde San Pablo hasta Los Santos, lo que concentra la idea de Procesión hacia el Oeste del Istmo.
Gran cantidad de ánimas se concentran en las procesiones; generalmente llevan hábito blanco y un cirio en la mano izquierda, vienen rezando lo que provoca el murmullo que sienten las trasnochadoras vida ajenas. Por último parece que las procesiones no son casos aislados en estos pueblos sino que ocurren con alguna frecuencia.
Ejemplos de la Actividad Procesión
San Pablo (Gallardo, 1960)
Una noche como a las 12, estaba ella como de costumbre, con una puerta “entrejustá”, esperando que algo se moviera o algo pasara por ahí, cuando oyó un murmullo como de voces lejanas que luego le parecieron rezos. Miró por la rendija de la puerta y vio que por toda la calle abajo venía un gentío con luces encendidas. Un nietecito suyo comenzó a llorar en ese momento y para consolarlo fue a su cunita, lo cogió cargado y volvió a la puerta, la abrió un poquito más para ver mejor y ahora pudo apreciar que una gran procesión venía calle abajo. La gente no cabía en la calle y venía caminando también por los portales. Notó que todos venían alumbrando; no había una sola persona que no trajera su vela encendida. Ya llegaban frente a su puerta, iban rezando el rosario. De pronto una de las “alumbradas” le entregó una vela grande encendida, que ella tomó con la mano izquierda que le quedaba libre. La misteriosa procesión siguió adelante […].
Así lo hizo una noche que volvió a pasar la misma procesión macabra. Le entregó la tibia de muerto a la primera ánima que pasó y ésta, volviéndose hacia ella y dejándole ver su cara descarnada, le dijo moviendo en horrorosa mueca los huesos de la boca: “Te has salvado por cargar en tus brazos un niño inocente, María Chismosa, quédate en tu casa y no averigües la vida ajena”.
Soná (Urriola, 1961)
Existía en el poblado una costurera que acostumbraba a coser hasta muy tarde y cierto día que tenía mucha costura se quedó hasta las 12 de la noche; tenía la ventana abierta, cuando oyó rumor de gente que venía. Apuraíta se acercó a la ventana, dejando el trabajo que tenía que hacer y vio que el ruido venía de una procesión que se acercaba. Se quedó en la ventana asomá cuando se le acercó una mujer vestida de blanco de las muchas que allí iban; y después de darle las buenas noches le pidió que le guardara una vela que allí llevaba y que se la devolviera al día siguiente cuando ella volvería a pasar. La mujer cerró la ventana y al entrar en el cuarto se sintió sorprendida al contemplar que lo que tenía en la mano no era una vela sino un hueso… Asustá […].
Hízolo así la mujer y cuando volvió a pasar, enojada le dijo: “Anda, eso te puede valer, porque yo te iba a enseñar a no dejar tu trabajo para salir a la ventana a vidajenear”.
Los Santos (Quiel, 1961)
Cierta noche, como era de costumbre, se encontraba espiando a las personas, de pronto escuchó unos murmullos de voces lejanas, que luego le parecieron rezos. Se asomó por una rendija y vio que toda la calle hacia abajo venía un gentío con luces encendidas. En ese momento un nieto pequeño empezó a llorar y ella para consolarlo fue a su cuna y lo cargó hasta la puerta. Abrióla más para mirar mejor, y pudo apreciar que una extensa procesión, como las de Viernes Santo, venía calle abajo. Las personas no cabían en la calle y venían caminando también por los portales. Notó que todos venían alumbrando, pues no había una sola persona que no trajera una vela encendida. Venían rezando el rosario y cuando se acercaron a la puerta por donde ella estaba situada, una de las alumbrantes le entregó una gran vela encendida. Ella la tomó con la mano izquierda que era la que tenía desocupada porque la derecha la tenía ocupada con el nietecito. La procesión siguió adelante […].
Así lo hizo una noche, que volvió a pasar la procesión a la misma hora, entregándole a la primera persona que iba en ella la vela. El ánima se volvió hacia María Chismosa, dejándole ver la cara descarnada y moviendo en horrorosas muecas los huesos de la boca diciéndole: “Te has salvado por cargar un niño inocente, María Chismosa, quédate en tu casa y no vuelvas a averiguar más la vida ajena”.
C. La Actividad Voces y Pasos
Voces, pasos, quejidos son los elementos más importantes de este tipo de actividades de las ánimas. Están referidos generalmente a los parientes o amigos cercanos de los difuntos y parecen tener siempre dos propósitos:
- El de presionar para obtener una misa o ritos religiosos de alguna clase.
- El de presionar, haciendo una verdadera guerra de nervios con objeto de permutar bienes o situaciones terrenales por el precio de actividades, generalmente religiosas, de efecto ultraterreno.
Otro propósito de los ruidos fue el informado desde Antón, el pasear de las ánimas para recordar emociones terrenas. Expulsar a terrestres indeseables fue el móvil de actividades de La Mesa.
Ejemplos de la Actividad Voces y Pasos
Bugabita (Choy, 1961)
Casi siempre que se muere una persona y los familiares oyen voces y pasos por la noche dicen que estos son los del ánima del finado o difunto.
La Mesa (Quirós, 1961)
Se aparentaba en el ruido del caminar como que andaba con botas de caucho llenas de agua.
Santa María (Chávez, 1961)
Tampoco contestaron los quejidos y así siguió pasando el tiempo con los quejidos y él cuidando la casa. Un día que se encontraba acostado en la cama sintió que algo entró por la puerta del frente, y por los pasos que daba se notaba que era mujer y que estaba descalza.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
Únicamente quedaban dos, los que se sentían muy preocupados porque cada día se oían más voces y cosas raras y además se veían horribles abusiones.
D. La Actividad Aparecer-Pedir
La actividad aparecer pedir consiste en que el ánima se hace visible o audible a la persona que le interesa y le propone o le sugiere un contrato mediante el cual el ánima descubre un secreto y la persona cobra y manda a decir misa u otra actividad religiosa de validez ultraterrena. En ocasiones como en el caso de Arraiján, las ánimas no piden abiertamente sino que se dedican a actuar independientemente para ver si a alguien se le ocurre ayudarlas.
Ejemplos de la Actividad Aparecer-Pedir
Guararé (González, 1961)
A medida que mi pensamiento se aclaraba me fue entrando un miedo y unas ganas de salir huyendo, porque era nada menos que el difunto Juan Pérez, muerto recientemente […].
Luego recuerdo que como en un sueño me dijo: “Vaye para mi casa y debajo de la tinaja, enterrado en el suelo, hay una bolsa llena de oro. Cójala para Ud. que yo lo único que quiero es que me mande a decir una misa”.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
La señora les dijo que les iba a rezar pero nadie le contestó. Comenzó a rezar y cuando hubo terminado los miembros de la familia se dirigieron a ella y le dieron las gracias, diciéndole que los había salvado de estar toda la vida en pena. Uno de ellos le entregó una señal y le dijo que, buscando, encontraría un dinero enterrado con esa señal y que se quedara con la casa.
Arraiján (Espinosa, 1961)
Entonces aparecen a sus familiares, a veces a particulares en forma de luces, para pedirles que recen por ellas o que manden a decirles misas porque de lo contrario su alma seguirá penando en el purgatorio.
Chepo (J. Candanedo, 1961)
Las ánimas salen como a eso de las 12 de la noche con el propósito de asustar a sus parientes para que les recen. El rezo que les hacen sus amigos o parientes terrenales les sirve para aliviar las penas que tienen en el purgatorio.
E. La Actividad Penar
Es la actividad básica de las ánimas, la que explica su presencia en este mundo después de haber partido de él. Todas las demás actividades están subordinadas teóricamente al menos, a esta. La actividad de penar consiste en volver al mundo a hacer alguna obra grata a la divinidad u ordenada por ella, por ejemplo deshacer malas actividades terrestres.
Ejemplos de la Actividad de Penar
Tolé (Menéndez, 1961)
Y el alma de los que lo enterraron no tendrá descanso hasta que alguien los saque de su pena o sea desenterrando la plata.
Soná (Urriola, 1961)
Las ánimas son las almas en pena de las personas que han muerto y vagan por el mundo.
Guararé (González, 1961)
Tienen la creencia que son almas de pecadores que andan penando por el mundo, pues han dejado algún asunto pendiente, como deudas o promesas que no cumplieron, dinero enterrado, etc.
F. Otras Actividades
El aviso de Ánimas se entiende por aviso de ánimas a ciertos acontecimientos extraños que ocurren a familiares o a personas relacionadas con gente próxima a morir o en el acto de morir o muertas efectivamente. El Aviso de Ánimas es un fenómeno bastante más extendido en Panamá que lo que dejan ver los informes sobre el asunto.
El Velorio de Ánimas. Fue informado desde la localidad de Chorrera, y consiste en una reunión de ánimas, en una casa la cual iluminan, y la colocación de los asistentes como en un velorio corriente en el área. Otra característica es que el Velorio de Ánimas parece una trampa dispuesta como para recibir una visita que se decida a rezar y facilitar a las ánimas el requisito de entrada en el cielo.
El Paseo de las Ánimas de Antón consiste en que para las fiestas patronales de ese pueblo, las ánimas de dueños de propiedades de los alrededores salen a caminar y pasear por el pueblo para recordar los buenos tiempos.
El Ataque de ánimas consiste en que si las ánimas no desean que unos inquilinos habiten determinada casa por motivos sobrenaturales los pellizcan, les halan el pelo, los golpean, etc. con objeto de que se retiren.
Ejemplos de Otras Actividades
Parita (Del Cid, 1961)
Este cuento se trata de unos hermanos que vivían con el hermano mayor, en una finca que está situada en París, un corregimiento de Parita. Cierta vez, en que el Hermano mayor no se encontraba en la casa (este se llamaba Julio Montenegro) cuando los otros se acostaron sintieron que les halaban el pelo, los pellizcaban, les quitaban la manta y cuando iban a prender la luz se las apagaban.
Antón (Castrellón, 1961)
Se dice que eran las ánimas de los dueños de las propiedades que están cerca, las cuales caminan y pasean para recordar las fiestas patronales de Antón.
Río Hato (Morales, 1961)
Las ánimas son almas de personas muertas las cuales no pueden entrar en el cielo por haber dejado alguna cuenta pendiente en la tierra. Las ánimas pretenden así, que por medio de participaciones una persona pague su deuda a quién el muerto deba […].
También se llama aviso de ánimas a ciertos acontecimientos que resultan cuando una persona va a morir. Un ejemplo de lo anterior es lo siguiente: Cuando una persona por cualquier motivo oye ruidos extraños o siente algo que no es común en un momento dado y luego una persona muy amiga suya se muere, se dice que el ánima de la persona le estaba avisando su muerte.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
Una noche la vecina vio la casa completamente iluminada, entró a ella y vio un velorio; dio las buenas noches pero nadie le contestó. Extrañada, miró la cara de cada uno de los presentes y reconoció entre ellos a toda la familia y a otro grupo de ánimas. La señora les dijo que les iba a rezar pero nadie le contestó. Comenzó a rezar y cuando hubo terminado los miembros de la familia se dirigieron a ella y le dieron las gracias, diciéndole que los había salvado de estar toda la vida en pena. Uno de ellos le entregó una señal y le dijo que, buscando, encontraría un dinero enterrado con esa señal y que se quedara con la casa.
4 Los Daños Atribuibles
A. Miedo
El principal de los daños atribuibles a las ánimas es el miedo que produce el conocimiento de su presencia y su mismo aspecto. Así la mujer de San Pablo se aterrorizó fue por las implicaciones del acto del ánima de darle el hueso, en primer lugar y después por el aspecto sobrenatural de la cara de la difunta y sus implicaciones. Igual pasó en Soná y Los Santos.
El susto en el caso de las Misas de ánimas parece consistir en el conocimiento de estar donde no se pertenece, conocimiento remachado en ocasiones con las palabras de la comadre.
Un caso parecido es el de Guararé; el hombre frente a la aparición comenzó a aterrorizarse cuando comprendió que le hablaba uno que estaba muerto según él sabía.
Ejemplos de los Daños Atribuibles: Miedo
San Pablo (Gallardo, 1960)
Comprobó que no tenía mecha y empezó a temblar de miedo. Prendió la luz y “Jesús, Ave María Purísima” exclamó “Es una canilla de muerto lo que me han dado”. Presa de terror llamó a las vecinas y le mostró la tibia macabra…
Soná (Urriola, 1961)
Asustada salió y se puso a meditar…
Guararé (González, 1961)
A medida que mi pensamiento se aclaraba me fue entrando un miedo y unas ganas de salir huyendo…
Los Santos (Quiel, 1961)
Juana Franco temblaba de temor, quiso gritar pero no pudo…
Chepo (J. Candanedo, 1961)
Las ánimas que asustan son aquellas que no tienen parientes o amigos en el mundo…
B. Molestias y Maltratos
Las molestias y los maltratos son otros de los importantes daños atribuibles a las ánimas.
Caso típico de molestias es el caso de La Mesa, en el que un ánima estaba decidida por lo visto a hacer desalojar una casa y tenía a los inquilinos sujetos a una verdadera guerra de ruidos que no los dejaba en paz. Además los sustos cuando se hacen constantes dejan de constituir tales para convertirse en simples molestias por su insistencia. Los maltratos están mejor ejemplificados en el caso de Parita, en el que unos hermanos fueron obligados a desalojar una finca debido a golpes, y torturas a que los tenía sometidos un espíritu.
Ejemplos de los Daños Atribuibles: Molestias y Maltratos
La Mesa (Quirós, 1961)
Otro día pasaba un guardia y se le llamó a ver que veía en el patio de la casa y no localizó nada. Minutos después las personas que estaban dentro de la casa, como a los cinco minutos de estar acostados, eso comenzó a hacer estruendos desesperados. Insistimos a ver si era alguien que había entrado a la casa y no vimos nada. Al ver tal insistencia de ese ruido fui y busqué al cura, el cual se quedó durmiendo con nosotros y durante el término que estuvo el padre ahí no se oyeron más ruidos.
Parita (Del Cid, 1961)
Cierta vez que el hermano mayor no se encontraba en la casa (este se llamaba Julio Montenegro) cuando los otros se acostaron sintieron que les halaban el pelo, los pellizcaban, les quitaban la manta y cuando iban a prender la luz se les apagaba […].
Se vieron en la necesidad de abandonar el rancho y dormir en el corral pero les sucedió lo mismo. Al fin abandonaron la finca y se fueron para el pueblo.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
Únicamente quedaban dos, los que se sentían muy preocupados porque cada día se oían más voces y cosas raras y además se veían horribles abusiones.
Chepo (J. Candanedo, 1961)
Las ánimas salen como a eso de las 12 de la noche, con el propósito de asustar a sus parientes para que les recen.
5 Los Controles
A. Misas y Ritos
Los mejores controles para la actividad de las ánimas son los ritos religiosos. En Santa María, el vecino molestado por el ánima sabía y mencionó que es lo que quieren ellas: misas, velas. En Guararé piensan que las misas, velas y rosarios son efectivos controles para las peores fases de las actividades de las ánimas. Los rezos probaron ser justamente lo que necesitaban para no molestar más las ánimas de Chorrera. Los Arraijaneños piensan que las misas son indispensables para evitar que el penar de las ánimas los moleste. En Chepo, la gente dice que las ánimas salen con el propósito de buscar misas.
Y por último un control que no fue específicamente religioso fue el que se informó desde La Mesa. Frases, ahuyentaron al espíritu. Estas frases eran posiblemente conjuros. Quedan las actividades típicamente religiosas como los medios más eficientes para evitarse las molestias del penar de estos espíritus.
Las misas, las velas y los rezos tienen efecto positivo sobre las ánimas, al parecer debido a que es justamente lo que están necesitando. Por consiguiente representan las fórmulas de control más seguras sobre estos entes. Hay que anotar sin embargo que en el sistema de ideas sobre las ánimas que se relaciona con las Misas y las Procesiones, los rezos misas y velas parecen no tener efecto.
Ejemplos de los Controles: Misas y Ritos
La Mesa (Quirós, 1961)
… y entonces yo, ante tal insistencia del espíritu, consulté con un señor espiritista y dio frases que han ahuyentado al espíritu hasta el presente.
Santa María (Chávez, 1961)
Después de esto el señor escuchaba todas las noches quejidos de mujer, él no se atrevía a hablarle y entonces escribió una nota que decía: “¿Qué te sucede? ¡Dime si quieres algo de mí!” Si es que estás penando y quieres que te ponga algunas velas o te mande a decir una misa.
Guararé (González, 1961)
De los modos de evitarse, el que da mayores resultados es el de mandarle a rezar misas, prendiéndoles velas, rezando rosarios, etc. […].
Luego recuerdo que como en un sueño me dijo: Vaye para mi casa, y debajo de la tinaja, enterrado en el suelo, hay una bolsa llena de oro. Cójala para Ud. que yo lo único que quiero es que me mande a decir una misa.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
Comenzó a rezar y cuando hubo terminado los miembros de la familia se dirigieron a ella y le dieron las gracias, diciéndole que los había salvado de estar toda la vida en pena. Uno de ellos…
Arraiján (Espinosa, 1961)
Entonces aparecen a sus familiares, a veces a particulares en forma de luces, para pedirles que recen por ellas o que manden a decirles misas porque de lo contrario su alma seguirá penando en el purgatorio.
Chepo (J. Candanedo, 1961)
Las ánimas salen como a eso de las 12 de la noche con el propósito de asustar a sus parientes para que les recen. El rezo que le hacen sus amigos o parientes terrenales les sirve para aliviar las penas que tienen en el purgatorio.
B. Desenterrar
Uno de los medios más eficaces para acabar con las molestias del penar de ánimas entre terrestres es el de desenterrar lo que ellas en vida enterraron, con objeto de terminar con la causa de su penar. Así, piensan en Tolé que el alma del que enterró en vida dinero no tendrá descanso hasta que alguien lo desentierre.
En Santa María, queda una luz por el lugar donde hay dinero que hace penar difuntos. Desaparece la luz cuando se desentierra el dinero. En Guararé, el ánima se le presentó al hombre para hacer un pacto: Que el hombre desenterrara el dinero cogiera todo menos una parte para mandar a decir una misa en sufragio de esa alma en pena.
Ejemplos del Control: Desenterrar
Tolé (Menéndez, 1961)
Y el alma de los que lo enterraron no tendrá descanso hasta que alguien los saque de su pena o sea desenterrando la plata.
Santa María (Chávez, 1961)
Cuando un hombre o una mujer entierran su dinero, ya por avaricia o para que no se lo roben, queda una luz por el lugar del entierro. Para que esa luz desaparezca tiene que sacarse de la tierra tal dinero pero con el inconveniente que el que lo saca muere al poco tiempo.
Parita (Del Cid, 1961)
El día que se fueron, Juan, que era el menor salió el último, le tiraron una mazorca de una piña que había en una esquina. Se creía que esto era porque allí había un entierro de plata.
Guararé (González, 1961)
Luego recuerdo que como en un sueño me dijo: “Vaya para mi casa y debajo de la tinaja, enterrado en el suelo, hay una bolsa llena de oro. Cójala para Ud. que yo lo único que quiero es que me mande a decir una misa”.
C. Niños
Los niños resultaron la tabla de salvación para las chismosas envueltas en problemas con las procesiones de ánimas. Solamente en ese caso fue mencionado el elemento niño como capaz de ejercer control sobre las ánimas. En San Pablo, el ánima dijo textualmente: “Te has salvado por cargar en tus brazos un niño inocente…”. Además el cura de Soná recomendó a la chismosa de ese pueblo que se consiguiera un angelito o niño inocente para que entregara el hueso con su manita. Y en Los Santos, el Cura dijo que se había salvado de una posible agresión de las Ánimas de la procesión porque cargaba al niño en brazos.
El efecto de la presencia de los niños sobre las ánimas parece tener relación con la idea de que los niños pueden trasmitir su inocencia y atenuar la pecaminosidad de las acciones humanas.
Ejemplos del Control: Niño
San Pablo (Gallardo, 1960)
Te has salvado por cargar en tus brazos un niño inocente, María Chismosa. ¡Quédate en tu casa y no averigües la vida ajena!.
Soná (Urriola, 1961)
Asustá, al día siguiente fue a confesárselo al cura, el cual le dijo que eso le pasaba por vidajena, y que lo que tenía que hacer era conseguirse un angelito (niño-inocente) para que al día siguiente cuando la procesión pasara, ella por medio de la mano del niño, le entregara el hueso.
Los Santos (Quiel, 1961)
Después de escucharle, el cura le dijo que se había salvado porque cargaba al niño en sus brazos y le aconsejó que la próxima vez que pasara la procesión devolviera a una de esas personas el hueso, pero que tuviera al niño en brazos.
D. Otros Controles
La Comadre: El caso de la comadre muerta parece indicar que la relación de comadre a comadre (relación socio-religiosa) tiene efecto sobre la conducta de las ánimas. Siempre fue la comadre la ayuda precisa en el momento preciso para la terrestre despistada.
Un tipo de control experimentado en Santa María fue el de hablarle fuerte a un ánima impertinente. El hombre le dijo al ánima “Déjame en paz” y el ánima lo obedeció como si estuviera acostumbrada a ese trato.
El tipo de control por huida fue mejor ejemplificado en la actividad de los hermanos de la finca de Parita, los cuales frente a las impertinencias del ánima, la cual no los dejaba en paz, optaron por alejarse del sitio dejándole todo al ánima.
Ejemplos de Otros Controles
Santa María (Chávez, 1961)
Era invisible, él sintió cuando se acercó a la cama y lo iba como a agarrar, pero con un súbito movimiento se la quitó de encima y le habló diciéndole “Déjame en paz”. El ánima salió por donde mismo entró y el señor este se fue de la casa al día siguiente.
Parita (Del Cid, 1961)
Se vieron en la necesidad de abandonar el rancho y dormir en el corral pero les sucedió lo mismo. Al fin abandonaron la finca y se fueron para el pueblo.
Soná (Urriola, 1961)
Cuando estuvo adentro, se extrañó de que todas las personas que allí estaban vestían de blanco; al volver su cabeza se extrañó aún más pues reconocía personas de las que habían muerto años atrás, y fue cuando sintió una mano que se posaba en su hombro y le decía: “Salga comadre, que esta misa no es para Uds. los vivos” (la voz era de su comadre que había muerto años atrás).
Los Santos (Quiel, 1961)
Juana Franco temblaba de temor, quiso gritar pero no pudo. En ese momento, una señora se le acercó y la cogió por un brazo y le dijo: “Venga comadre, salga de aquí, que esta misa no es para los de la tierra”. Juana Franco la miró bien y reconoció que era su comadre Marcela Moreno, muerta mucho antes.
Río Hato (Morales, 1961)
Las ánimas son almas de personas muertas las cuales no pueden entrar en el cielo por haber dejado alguna cuenta pendiente en la tierra. Las ánimas pretenden así que por medio de participaciones una persona pague su deuda a quien el muerto deba.
6 Las Relaciones Humanas
A. Los Familiares
Los parientes son al parecer los más frecuentemente intervenidos por las ánimas, varios ejemplos hay de este asunto. Sin embargo, es notable que no son intervenidos con fines de escarmentarlos, como en el caso de las Chismosas, sino simplemente con el fin, al parecer, de requerir su ayuda. Así en Bugabita, las ánimas recién muertas rondan la casa familiar por muchos días después de muertos. Pero solo en Chepo se especificó que las ánimas salen con el propósito de asustar para que sus parientes les recen.
Ejemplos de la Relación con Familiares
Bugabita (Choy, 1961)
Dicen que las ánimas son almas que andan penando porque han dejado algún entierro, ya sea de plata o de oro y que están rondando la casa de sus familiares por muchas noches.
Tolé (Menéndez, 1961)
Antiguamente acostumbraba la gente que tenía dinero de verdad enterrarlo para evitar ser robados. Algunos murieron sin decir a sus familiares el lugar donde se encontraban…
Arraiján (Espinosa, 1961)
Son espíritus de personas que han muerto dejando algo pendiente como dinero enterrado, deudas sin pagar, etc. y que se encuentran penando por esto. Entonces aparecen a sus familiares…
Chepo (J. Candanedo, 1961)
Las ánimas salen como a eso de las 12 de la noche con el propósito de asustar a sus parientes para que les recen. El rezo que les hacen sus amigos o parientes terrenales les sirve para aliviar las penas que tienen en el purgatorio.
B. Trasnochadoras-Chismosas
Uno de los principales tipos humanos intervenidos por las ánimas es el tipo de la Chismosa. Observamos que los tipos de chismosa de San Pablo y de Los Santos son casi idénticos y que el tipo de Soná no está claro en el punto que la costurera fuera una vidajena empedernida a la que hubiese que castigar. Es digno de anotar, sin embargo que el informe de Soná habla de que las costureras han aprendido la lección. Lo que se puede concluir prudentemente es que las ánimas intervienen contra todo tipo de chismosa: sea principiante, como en Soná o sea reincidente como las de San Pablo o Los Santos. Una relación curiosa de las ánimas se da en el caso de la señora despistada siempre trabajadora nocturna que se mete accidentalmente en la iglesia cuando está ocurriendo la Misa de las Ánimas. Estas no parecen tener intenciones aviesas contra la trabajadora. Da este caso la impresión de que se tratara de un simple accidente.
Ejemplos de la Relación con Trasnochadoras-Chismosas
San Pablo (Gallardo, 1960)
Su fama llegó a ser tan grande, que la llamaban “María Chismosa”. Una noche como a las 12, estaba ella como de costumbre, con una puerta “entrejustá”, esperando que algo pasara…
Los Santos (Quiel, 1961)
En la Villa de Los Santos existió una mujer llamada María que también le llamaron María Chismosa, por su defecto de interesarse por la vida ajena. María Chismosa, todas las noches, protegida por la oscuridad se situaba detrás de las puertas con el fin de saber las andanzas de la gente.
Soná (Urriola, 1961)
Existía en el poblado una costurera que acostumbraba coser hasta muy tarde y cierto día que tenía mucha costura se quedó hasta las 12 de la noche; tenía la ventana abierta, cuando oyó rumor de gente que venía. Apuraíta se acercó a la ventana, dejando el trabajo que tenía que hacer y vio que el ruido venía de una procesión…
Los Santos (Quiel, 1961)
Cierta noche perteneciente al mes de enero, clara como el día, Juana Franco se levantó creyendo que era de madrugada y salió hacia el río como era su costumbre.
Soná (Urriola, 1961)
Cierta vez una señora se dedicaba al oficio de lavar y teniendo gran cantidad de trabajo que entregar al día siguiente se fue al río, engañada por la luz de los luceros. Al pasar por la iglesia la vio alumbrada…
C. Otras Relaciones Humanas
Los inquilinos casuales fueron perjudicados por las ánimas en los casos de La Mesa, Parita y Santa María. En La Mesa, el espíritu no quería que vivieran en la casa personas que no fueran de su familia. En Parita, el espíritu expulsó a la familia de hermanos porque tenía un entierro de plata que quería cuidar sin extraños cerca. Y en Santa María, el ánima obligó al vecino a terminar la ocupación de la casa sin que se especificasen sus motivos.
Los vecinos entraron más de una vez en relación con las almas. En Guararé, el ánima le salió al vecino para que lo ayudara en su penar y en Chorrera fue la vecina caritativa la que les resolvió el problema a las ánimas del Velorio.
Ejemplos de Otras Relaciones Humanas
Remedios (Álvarez, 1960)
Algunas autoridades públicas son testigos de estas misas a medianoche, dada y escuchada por los muertos.
La Mesa (Quirós, 1961)
El espiritista dijo que esta casa era muy antigua y que los primeros dueños habían muerto y que el espíritu no quería que vivieran personas que no fueran de su familia.
Parita (Del Cid, 1961)
Se vieron en la necesidad de abandonar el rancho y dormir en el corral pero les sucedió lo mismo. Al fin abandonaron la finca y se fueron para el pueblo. El día que se fueron, Juan, que era el menor salió el último, le tiraron una mazorca de una piña que había en una esquina. Se creía que esto era porque allí había un entierro de plata.
Santa María (Chávez, 1961)
Al poco tiempo murió dejando un poco de hijos al esposo; después el marido de la difunta buscó al señor para que le cuidara una casa que tenía en el monte […].
Después de esto, el señor escuchaba todas las noches quejidos de mujer…
Guararé (González, 1961)
A medida que mi pensamiento se aclaraba me fue entrando un miedo y unas ganas de salir huyendo, porque era nada menos que el difunto Juan Pérez, muerto recientemente.
Chorrera (L. Candanedo, 1961)
Una noche, la vecina vio la casa completamente iluminada, entró en ella y vio un velorio; dio las buenas noches pero nadie le contestó.
7 Las Relaciones Sobrenaturales
Parece evidente que las relaciones sobrenaturales de las ánimas son con Dios. Las ánimas son parte importante de la estructura del más allá católico y se supone que son almas castigadas por diversas causas y que el ente castigador es Dios. Solamente en Chepo se relacionó a las ánimas con el Diablo. Piensan que como esa alma quedó en deuda, es un alma para el Diablo, el cual se convierte en el que manda y los mandamientos son generalmente de venir al mundo a tratar de conseguir almas para su nuevo jefe.
Ejemplos de las Relaciones Sobrenaturales
Guararé (González, 1961)
De los modos de evitarse, el que da mayores resultados es el de mandarle a rezar misas, prendiéndoles velas, rezando rosarios, etc. ya que ellas lo que necesitan es que Dios las perdone de todos los pecados que cometieron antes de morir.
Río Hato (Morales, 1961)
Las ánimas son almas de personas muertas las cuales no pueden entrar en el cielo por haber dejado alguna cuenta pendiente en la tierra.
Chepo (J. Candanedo, 1961)
Las ánimas que asustan son aquellas que no tienen parientes o amigos en el mundo y por lo tanto no tienen salvación posible. Como quedan en deuda es un alma que se gana el Diablo y este les pone por castigo venir al mundo a molestar a las personas y si es posible a tratar de convencerlas para que le vendan su alma al Diablo.
8 Descripciones del Fenómeno de los Poblados
Las Ánimas de Remedios, Chiriquí.
Álvarez (1960, p. 22)
Dicen algunas personas que viven alrededor de la iglesia, que muchas veces a altas horas de la noche han visto las luces de la iglesia encendidas, es decir las velas, y que poco rato después han escuchado sonar la campanilla que usa el sacerdote. Aseguran ellos que son los muertos que vienen en las noches a oír y decir misa. Algunas autoridades públicas son testigos de estas misas a medianoche, dada y escuchada por los muertos.
Las Ánimas de San Pablo, Chiriquí.
La Procesión de las Ánimas.
Gallardo (1960, pp. 65–66)
Una vez, hubo en el pueblo una mujer de éstas que averiguaba la vida de todo el mundo y espiaba de noche, protegida por la oscuridad, para saber las andanzas de la gente. A cualquier hora que se pasara, tarde de la noche, por su calle, era seguro que ahí atrás de alguna puerta o escondida en alguna sombra, estaba ella vidajeneando. Su fama llegó a ser tan grande, que la llamaban “María Chismosa”. Una noche como a las 12, estaba ella como de costumbre, con una puerta “entrejustá”, esperando que algo se moviera o algo pasara por allí, cuando oyó un murmullo como de voces lejanas que luego le parecieron rezos. Miró por la rendija de la puerta y vio que por toda la calle abajo venía un gentío con luces encendidas. Un nietecito suyo comenzó a llorar en ese momento y para consolarlo fue a su cunita, lo cogió cargado y volvió a la puerta, la abrió un poquito más para ver mejor y ahora pudo apreciar que una gran procesión venía calle abajo. La gente no cabía en la calle y venía caminando también por los portales. Notó que todos venían alumbrando; no había una sola persona que no trajera su vela encendida. Ya llegaban frente a su puerta, iban rezando el rosario. De pronto una de las “alumbradas” le entregó una vela grande encendida, que ella tomó con la mano izquierda que le quedaba libre. La misteriosa procesión siguió adelante y cuando María Chismosa apagó la vela se dio cuenta de que era muy dura y que no era enteramente redonda y tenía protuberancias en los extremos. Trató de prenderla y no pudo. Comprobó que no tenía mecha y empezó a temblar de miedo. Prendió la luz y “¡Jesús, Ave María Purísima!” exclamó, “¡es una canilla de muerto lo que me han dado!”, Presa de terror llamó a la vecina y le mostró la tibia macabra; y enseguida se pusieron a rezar. “¡Estas fueron las ánimas!” convinieron las dos. La vecina le aconsejó que fuera a ver al cura y así lo hizo muy temprano en la mañana. El reverendo, después de oír la historia de María Chismosa, le dijo que se había salvado porque tenía el niño en los brazos y le aconsejó entonces que otra noche, cuando volviera a pasar la procesión le devolviera a un ánima el hueso de muerto, pero que tuviera el niño en los brazos.
Así lo hizo una noche que volvió a pasar la misma procesión macabra. Le entregó la tibia de muerto a la primera ánima que pasó y ésta, volviéndose hacia ella y dejándole ver su cara descarnada, le dijo moviendo en horrorosa mueca los huesos de la boca: “¡Te has salvado por cargar en tus brazos un niño inocente, María Chismosa! ¡Quédate en tu casa y no averigües la vida ajena!”
Las Ánimas de Bugabita, Chiriquí.
Choy (1961, p. 108)
Dicen que las ánimas son almas que andan penando porque han dejado algún entierro, ya sea de plata o de oro y que están rondando la casa de sus familiares por muchas noches. Casi siempre que se muere una persona y los familiares oyen voces y pasos por la noche dicen que éstos son los del ánima del finado o difunto.
Los Entierros de Tolé, Chiriquí.
Menéndez (1961, p. 50)
Antiguamente acostumbraba la gente que tenía dinero de verdad enterrarlo para evitar ser robados. Algunos murieron sin decir a sus familiares el lugar donde se encontraban estos escondites. De ahí pues que hoy hayan los conocidos entierros. Y el alma de los que lo enterraron no tendrán descanso hasta que alguien los saque de su pena o sea desenterrando la plata.
Las Ánimas de Soná, Veraguas.
Urriola (1961, pp. 114–115)
Las ánimas son las almas en pena de las personas que han muerto y vagan por el mundo. Sobre las ánimas hay muchas creencias y supersticiones; se dice que generalmente aparecen a las doce de la noche y que es a esa hora que hacen misas y procesiones; y es así que nace la creencia en la procesión de las ánimas.
Esta creencia existe en muchos pueblos de la República y me fue referida por la señora Josefa Castillo, habitante del poblado y aparece tal como fue referida. “Existía en el poblado una costurera que acostumbraba coser hasta muy tarde y cierto día que tenía mucha costura se quedó hasta las 12 de la noche; tenía la ventana abierta, cuando oyó rumor de gente que venía. Apuraíta se acercó a la ventana, dejando el trabajo que tenía que hacer y vio que el ruido venía de una procesión que se acercaba. Se quedó en la ventana asomá cuando se le acercó una mujer vestida de blanco de las muchas que allí iban; y después de darle las buenas noches le pidió que le guardara una vela que allí llevaba, y que se la devolviera al día siguiente cuando ella volvería a pasar. La mujer cerró la ventana y al entrar en el cuarto se sintió sorprendida al contemplar que lo que tenía en la mano no era una vela sino un hueso… Asustá, al día siguiente fue a confesárselo al cura, el cual le dijo que eso le pasaba por vidajena, y que lo que tenía que hacer era conseguirse un angelito (niño inocente) para al día siguiente cuando la procesión pasara, ella por medio de la mano del niño le entregara el hueso. Hízolo así la mujer y cuando volvió a pasar, enojada le dijo: ‘Anda, eso te puede valer, porque yo te iba a enseñar a no dejar tu trabajo para salir a la ventana a vidajenear.’ Y es por eso que la mayoría de las costureras llegan a trabajar hasta las 11 p.m. y han aprendido su lección” […].
Las ánimas lo mismo que los mortales realizan misas, con la diferencia de que estas son a las doce de la noche y en ciertos días del año. Y esta leyenda que voy a relatar me fue contada por una de las señoras que se dedican a lavar y dice así:
Cierta vez una señora que se dedicaba al oficio de lavar y teniendo gran cantidad de trabajo que entregar al día siguiente se fue al río, engañada por la luz de los luceros. Al pasar por la iglesia la vio alumbrada y oyó murmullo de voces que rezaban, y pensando que unos minutos de rezo no estropearían su labor, entró. Cuando estuvo dentro, se extrañó de que todas las personas que allí estaban vestían de blanco; al volver su cabeza se extrañó aún más pues reconocía personas de las que habían muerto años atrás, y fue cuando sintió una mano que se posaba en su hombro y le decía “salga comadre, que esta misa no es para Uds. los vivos” (La voz era de su comadre que había muerto años atrás).
Asustada salió y se puso a meditar sobre lo que había visto pero al volver la cabeza ya las puertas estaban cerradas y las luces apagadas. Temprano fue a confesarle al padre todo lo que había visto, y diciéndole que al regresar había visto que sólo eran las 12 de la noche. El sacerdote le dijo que no se asustara, pero que sin proponérselo había asistido a una ¡misa de los muertos!.
Los Espíritus de la Mesa, Veraguas.
Quirós (1961, p. 99)
Cuenta el señor Jorge Rodríguez en esta forma: A las 2 de la madrugada sale un espíritu malo que se presenta invisible. Se aparentaba en el ruido del caminar como que andaba con botas de caucho llenas de agua. Salía con seguridad el Jueves al amanecer viernes, y viernes a amanecer sábado en días seguidos. Empezaba a hacer ruido en el cinc de la casa en forma rara y al mismo tiempo aparecía caminando alrededor de la casa, como quien se pasea de un lado a otro, unos 10 metros de un lugar a otro. Uno al oír el ruido salía a ver qué veía.
Otro día pasaba un guardia y se le llamó a ver qué veía él en el patio de la casa y no localizó nada. Minutos después las personas que estaban dentro de la casa, como a los cinco minutos de estar acostados, comenzó a hacer estruendos desesperados. Insistimos a ver si era alguien que había entrado a la casa y no vimos nada. Al ver tal insistencia de este ruido fui y busqué al cura, el cual se quedó durmiendo con nosotros y durante el término que estuvo el padre ahí no se oyeron más ruidos. El siguiente día después de la dormida del padre en mi casa volvieron a registrarse ruidos de la misma clase, y entonces yo, ante tanta insistencia del espíritu, consulté con un señor espiritista y dio frases que han ahuyentado al espíritu hasta el presente. El espiritista dijo que esta casa era muy antigua y que los primeros dueños habían muerto y que el espíritu no quería que vivieran personas que no fueran de su familia.
Las Ánimas de Santa María, Herrera.
Chávez (1961, pp. 59–60)
En este pueblo se llama ánima al alma del difunto que queda vagando por el mundo porque el difunto dejó algo muy querido o dinero enterrado. Los casos que nos mencionaron de las ánimas son los siguientes: Cuando un hombre o una mujer entierran su dinero, ya por avaricia o para que no lo roben, queda una luz por el lugar del entierro. Para que esa luz desaparezca tiene que sacarse de la tierra tal dinero pero con el inconveniente que el que lo saca muere al poco tiempo. También está el caso que nos refirió un señor: Hace tiempo que un señor vivía cerca de la casa de unos amigos. Un día, la señora un poco enferma fue donde el vecino y le pidió algo que no recuerda. Lo cierto es que el señor contando dijo que cuando vio a esa mujer él pensó que no duraría mucho tiempo por el estado en que la vio, y así fue. Al poco tiempo murió dejando un poco de hijos al esposo; después el marido de la difunta buscó al señor para que le cuidara una casa que tenía en el monte. El aceptó y se fue con un niño para que lo acompañara pero al segundo día el “pelao” se fue para su casa y él no supo por qué. Después de esto el señor escuchaba todas las noches quejidos de mujer, él no se atrevía a hablarle y entonces escribió una nota que decía: “¿Qué te sucede? ¡dime si quieres algo de mí!, ¡si es que estás penando y quieres que te ponga algunas velas o te mande a decir una misa!” Nadie le contestó pero los quejidos siguieron con más frecuencia y entonces tuvo que hablarle. Tampoco contestaron los quejidos y así siguió pasando el tiempo con los quejidos y él cuidando la casa. Un día que se encontraba acostado en la cama sintió que algo entró por la puerta del frente, y por los pasos que daba se notaba que era mujer y estaba descalza. Era invisible, él sintió cuando se acercó a la cama y lo iba como a agarrar, pero con un súbito movimiento se la quitó de encima y le habló diciéndolo: “Déjame en paz”. El ánima salió por donde mismo entró y el señor este se fue de la casa al día siguiente.
El Entierro de Parita, Herrera.
Del Cid (1961, p. 100)
Este cuento se trata de unos hermanos que vivían con el hermano mayor, en una finca que está situada en París, un corregimiento de Parita. Cierta vez, en que el hermano mayor no se encontraba en la casa (este se llamaba Julio Montenegro) cuando los otros se acostaron sintieron que les halaban el pelo, los pellizcaban, les quitaban la manta y cuando iban a prender la luz se les apagaba.
Así pasaron una noche. A la noche siguiente se contaron uno a otros lo que les había sucedido. A la noche siguiente estaba el hermano mayor en la casa. Muy tarde la noche dijo: “prendan la lámpara que aquí tengo lo que he cogido”, y cuando la prendieron no tenía nada en las manos. Al otro día, la manta aparecía en un rincón de la sala. Se vieron en la necesidad de abandonar el rancho y dormir en el corral pero les sucedió lo mismo. El día que se fueron, Juan, que era el menor salió el último, le tiraron una mazorca de una piña que había en una esquina. Se creía que esto era porque allí había un entierro de plata.
Las Ánimas de Guararé, Los Santos.
González (1961, pp. 24–25)
Tienen la creencia que son almas de pecadores que andan penando por el mundo, pues han dejado algún asunto pendiente, como deudas o promesas que no cumplieron, dinero enterrado, etc.
Muchos individuos evocan las ánimas para que la suerte les acompañe en los negocios o en la Lotería.
Aparecen tarde en la noche, en lugares oscuros, en los cementerios o en el lugar que murió su cuerpo. Son bultos en forma de seres humanos que adquieren la misma personalidad que tenían cuando estaban vivos. Otros nos dicen que las ánimas no se ven, solo se sienten su voz que es como un susurro apagado.
De los modos de evitarse, el que da mayores resultados en el de mandarle a rezar misas, prendiéndoles velas, rezando rosarios, etc., ya que ellas lo que necesitan es que Dios las perdone de todos los pecados que cometieron antes de morir. Para ilustrar al lector sobre el particular, transcribiremos una relación que nos hiciera un anciano guarareño, que dice así:
Era una noche hermosa de luna, cuando venía ilusionado de ver a mi novia, por lo que mi único pensamiento estaba puesto en la muchacha, cuando de pronto me llamó la atención que cerquita del palo de naranjo, recostado, estaba un hombre muy extraño. Vestía una camisa blanca y pantalón negro. Me fui acercando para ver si lo conocía y él me dijo tranquilamente “¿Se acuerda de mí?”. A medida que mi pensamiento se aclaraba me fue entrando un miedo y unas ganas de salir huyendo, porque era nada menos que el difunto Juan Pérez, muerto recientemente. Luego recuerdo que como en un sueño me dijo “Vaye para mi casa y debajo de la tinaja, enterrado en el suelo, hay una bolsa llena de oro. Cójala para Ud. que yo lo único que quiero es que me mande a decir una misa”. Después salí corriendo a todo lo que daban mis piernas para la casa, estuve un buen rato que no podía hablar porque la lengua no me daba. Hacen muchos años de eso, pero no me atrevo a buscar la bolsa de oro que se encuentra en la casa del Jobo.
Las Ánimas de Los Santos, Los Santos.
Quiel (1961, pp. 97–98, 101–102)
Los habitantes de la Villa de Los Santos se han conocido a través de su historia por madrugadores, especialmente las mujeres, las que madrugan con el fin de terminar los oficios domésticos antes que amanezca. Una de estas mujeres Juana Franco, que vivía en el Llano del Panteón, actualmente llamado San Mateo, se ganaba la vida haciendo tortillas y todas las madrugadas acostumbraba ir al río por un cántaro de agua, para mojar el maíz, mientras lo molía en la piedra. Cierta noche perteneciente al mes de Enero, clara como el día, Juana Franco se levantó creyendo que era de madrugada y salió el río como era su costumbre. En el camino hacia el río, Juana tenía que pasar al lado de la iglesia. Al pasar por allí, escuchó que las campanas resonaban como anunciando la misa y que un momento después la iglesia quedó iluminada. Juana se extrañó de eso, y se asomó por una puerta vio mucha gente y se decidió entrar. Puso su cántaro recostado a una palma real, luego entró por la puerta del perdón, se dirigió hacia donde había una vasija con agua bendita y luego pasó y se arrodilló en un reclinatorio que desde mucho tiempo atrás tenían sus parientes. Arrodillada frente al altar, Juana Franco, notó que el padre que estaba oficiando la misa era joven y que la iglesia estaba llena de personas con túnicas blancas.
Las velas que le daban luz al altar eran blancas como perlas y producían un resplandor nunca visto por ella. Todas las personas llevaban un cirio en la mano izquierda. Se sentía una mezcla de olores de heliotropos y jazmines. De pronto comenzaron a cantar un coro de 20 jóvenes, una música jamás escuchada por ellas.
Juana se estremeció de emoción y de espanto en un mismo tiempo. Miró curiosamente a todas las personas que le quedaban cerca. Algunos de los rostros le eran conocidos, otros desconocidos. Reconoció a Juanita Castillo, Juan Facundo Espino, Miguel Saucedo y Domingo Correa, todos ellos habían muerto.
Juana Franco temblaba de temor, quiso gritar pero no pudo. En ese momento, una señora se le acercó y la cogió por el brazo y le dijo: “Venga comadre, salga de aquí, que esta misa no es para los de la tierra.” Juana Franco la miró bien y reconoció que era su comadre Marcela Moreno, muerta mucho antes. Juana se dejó llevar por su comadre, cuando salió afuera solo vio sombras, las luces apagadas y no había ruido alguno. Llena de miedo, de una sola carrera quedó en su casa, miró el reloj y eran las 12 de la noche, lo que quería decir que la misa que acababa de escuchar era la de los difuntos.
María Chismosa: Como en todos los lugares y épocas existen mujeres curiosas y con mayor número en pueblos pequeños. En la Villa de Los Santos existió una mujer llamada María que también la llamaron María Chismosa, por su defecto de interesarse por la vida ajena. María Chismosa, todas las noches, protegida por la oscuridad, se situaba detrás de las puertas con el fin de saber las andanzas de la gente. Cierta noche, como era de costumbre, se encontraba espiando a las personas, de pronto escuchó unos murmullos de voces lejanas, que luego le parecían rezos. Se asomó por una rendija y vio que por toda la calle hacia abajo, venía un gentío con luces encendidas. En ese momento, un nieto pequeño empezó a llorar y ella, para consolarlo fue a su cuna y lo cargó hasta la puerta. Abrióla más para mirar mejor, y pudo apreciar que una extensa procesión, como las de Viernes Santo, venía calle abajo. Las personas no cabían en la calle y venían caminando también por los portales. Notó que todos venían alumbrando, pues no había una sola persona que no se trajera una vela encendida. Venían rezando el rosario y cuando se acercaron a la puerta por donde ella estaba situada, una de las alumbrantes le entregó una gran vela encendida. Ella la tomó con la mano izquierda que era la que tenía desocupada porque la derecha la tenía ocupada con el nietecito. La procesión siguió adelante y cuando María Chismosa apagó la vela notó que era muy dura, no era enteramente redonda y que tenía protuberancias en los extremos. Trató de volverla a prender y no pudo. Notó que no tenía mecha y entonces encendiendo la luz exclamó: ¡Jesús, Ave María Purísima, es una canilla de muerto lo que me han dado! … Presa de temor llamó a sus vecinas y les enseñó la tibia, de una vez empezaron a rezar, pero la vecina le aconsejó que fuera donde el cura y le contara lo sucedido. Ella madrugó mucho al día siguiente y fue donde el cura a contarle lo que le había sucedido. Después de escucharle, el cura le dijo que se había salvado porque cargaba al niño en sus brazos y le aconsejó que la próxima vez que pasara la procesión devolviera a una de esas personas el hueso, pero que tuviera el niño en brazos.
Así lo hizo una noche, que volvió a pasar la procesión a la misma hora, entregándole a la primera persona que iba en ella la vela. El ánima se volvió hacia María Chismosa, dejándole ver la cara descarnada y moviendo en horrorosas muecas los huesos de la boca diciéndole: ¡Te has salvado por cargar un niño inocente, María Chismosa; quédate en tu casa y no vuelvas a averiguar más la vida ajena!.
Las Ánimas de Antón, Coclé.
Castrellón (1961, p. 170)
Cerca del mismo poblado, el 15 de enero, se sintieron pasos de caballos con monturas nuevas. Los perros empezaron a aullar de una manera muy rara. Se dice que eran las ánimas de los dueños de las propiedades que están cerca, las cuales caminan y pasean para recordar las fiestas patronales de Antón.
Las Ánimas de Río Hato, Coclé.
Morales (1961, pp. 123–124)
Las ánimas son almas de personas muertas las cuales no pueden entrar en el cielo por haber dejado alguna cuenta pendiente en la tierra. Las ánimas pretenden así que por medio de participaciones una persona pague su deuda a quien el muerto deba. También se llama aviso de ánimas a ciertos acontecimientos que resultan cuando una persona se va a morir. Un ejemplo de lo anterior es el siguiente: Cuando una persona por cualquier motivo oye ruidos extraños o siente algo que no es común en un momento dado y luego una persona muy amiga suya se muere, se dice que el ánima de la persona le estaba avisando su muerte. Por eso cuando una persona siente estas cosas no comunes se dice que un amigo o familia suya se va a morir.
Las Ánimas de Chorrera, Panamá.
L. Candanedo (1961, pp. 165–166)
Hace muchos años existió en la Chorrera una familia muy incrédula. Poco a poco fueron muriendo cada uno de los miembros, y nunca se rezaban velorios, ni se les decía misa. Únicamente quedaban 2, los que se sentían muy preocupados porque cada día se oían más voces y cosas raras y además se veían horribles abusiones. Pocos meses después murió una de ellas y tampoco se rezó. En el pueblo se supo la muerte, pero, cosa rara, los vecinos no supieron nada, y así hasta que murió el último.
Una noche, la vecina vio la casa completamente iluminada, entró a ella y vio un velorio; dio las buenas noches pero nadie le contestó. Extrañada, miró la cara de cada uno de los presentes y reconoció entre ellos a toda la familia y a otro grupo de ánimas. La señora les dijo que les iba a rezar pero nadie le contestó. Comenzó a rezar y cuando hubo terminado los miembros de la familia se dirigieron a ella y le dieron las gracias, diciéndole que los había salvado de estar toda la vida en pena. Uno de ellos le entregó una señal y le dijo que, buscando encontraría un dinero enterrado con esa señal y que se quedara con la casa.
La señora encontró el dinero y se convirtió en una mujer muy rica.
Las Ánimas de Arraiján, Panamá.
Espinosa (1961, p. 56)
Son espíritus de personas que han muerto dejando algo pendiente, como dinero enterrado, deudas sin pagar, etc. y que se encuentran penando por esto. Entonces aparecen a sus familiares, a veces a particulares en forma de luces, para pedirles que recen por ellas o que manden a decirles misas porque de lo contrario su alma seguirá penando en el purgatorio.
Las Ánimas de Chepo, Panamá.
J. Candanedo (1961, Carta personal)
Las ánimas salen como a eso de las 12 de la noche con el propósito de asustar a sus parientes para que les recen. El rezo que les hacen sus amigos o parientes terrenales les sirve para aliviar las penas que tienen en el purgatorio.
Las ánimas que asustan son aquellas que no tienen parientes o amigos en el mundo y por lo tanto no tienen salvación posible. Como quedan en deuda es un alma que se gana el diablo y este les pone por castigo venir al mundo a molestar a las personas y si es posible a tratar de convencerlas para que le vendan su alma al diablo.