El componente libre
Cita Recomendada:
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Silvestre, Francisco 1789. “Descripción del Reyno de Santa Fe de Bogotá”Editado por Juan Antonio Susto -1927- Imprenta Nacional Panamá (Silvestre, 1789: 36)
(Parcial)
Veragua y Alanje: | ||
---|---|---|
Población total | 21,061 | almas |
Hombres | 10,058 | almas |
Mujeres | 10,473 | almas |
Blancos (ambos sexos) | 1,174 | almas |
Varones | 638 | almas |
Incluye Eclesiásticos y regulares | 51 | almas |
Indios | 7,954 | almas |
Varones | 3,897 | almas |
Libres | 11,522 | almas |
Varones | 5,854 | almas |
Esclavos | 411 | almas |
Varones | 199 | almas |
Panamá, Capital del Reyno de Tierra Firme: | ||
---|---|---|
Población total | 35,924 | almas |
Hombres | 17,028 | almas |
Mujeres | 18,640 | almas |
Blancos (ambos sexos) | 7,951 | almas |
Varones | 3,956 | almas |
Incluidos Eclesiásticos y regulares | 151 | almas |
Libres | 19,702 | almas |
Varones | 9,163 | almas |
Mujeres | 10,539 | almas |
Esclavos | 2,793 | almas |
Varones | 1,539 | almas |
Mujeres | 1,254 | almas |
La importancia de los libres entre los Castelauros del Auristán está garantizada por sus números.
Así en el Censo de Francisco Silyestre de 1789 muestra para las Provincias de Veragua y Alanje 21,061 almas de las cuales eran libres 11,522 .
Igualmente, en la Provincia de Panamá, de 35,924 almas en total, libre eran 19,702.
Sumadas las dos provincias tabuladas:
35,924
21,061
56,985 almas19,702
11,522
31,222 almas libresSe ha establecido, pues, la importancia numérica de los libres para 1789.
Se han observado numerosos indicios de la importancia numérica de los libres, así como otros indicios de su importancia militar para el régimen castellano.
Extraña un poco la tardanza con que surge a la luz el estupendo artículo de Alfredo Castillero Calvo sobre los negros y mulatos libres en Tierra Firme.
Parece ser que, si poco se ha estudiado la estructura esclavista del Auristán, menos atención aún se le ha prestado a la naturaleza de la libertad en la formación de los Castelauros. Cuando este observador público en la Revista “Hombre y Cultura” (Tomo 2 No. 3 Dic./ 1972 : 29) el estudio bibliográfico estructural llamado “El fenómeno de la esclavitud en la Civilización panameña” se planteó el asunto de que “la esclavitud es la principal institución formadora de mentalidad de los castelauros” (De la Guardia, 1972: 29).
Es que, en aquel momento, la libertad era considerada como una importante parte del fenómeno más general de la esclavitud. Es decir, que este observador veía la esclavitud como el fenómeno definitorio, por excelencia, de los Castelauros.
La iluminación que surgió después de lanzar el artículo impreso consistió de ver que la libertad derivaba bien de la esclavitud y podía considerarse hasta como parte de ésta, pero que para los Castelauros, la Libertad era el fenómeno definitorio y no la esclavitud.
Porque en una población como la Castelaura, cifrada para 1789 por Francisco Silvestre en las dos Provincias principales en 56,985 almas, de ellas eran libres 31,222 lo cual da de libres más de la mitad de la población. O sea, la mayoría de la población del Auristan, en 1789, a 32 años de la independencia del Istmo de España, era Libre. Porque esa mayoría Libre es la que va a desarrollarse, decuplicarse para constituir el grueso de la población de Castelauros de 1974. Los castelauros son, en buena parte, los denominados en la antigua literatura, Libres.
Claro está que no todos los Castelauros eran Libres, en el sentido de que alguna vez fueron esclavos, pero la cifra de libertos mencionados en un censo tan próximo a 1821 extremadamente sugestiva. Así, por ejemplo, algunos eran españoles americanos y es dudoso que esta expresión se refiriera a los libres.
El status de libre es un status por él mismo, independiente de colores y de status anterior. Es diferente como el Paraíso lo es del Infierno o de la Tierra; están interrelacionados, pero tienen vida propia, autónoma.
Así es la libertad en el Auristán: una Institución Autónoma, con características especiales y de la que participa la mayor parte de la población en un momento dado, cercano al momento de la Independencia de 1821.
Los libres, los Castelauros libres eran la población permante, los naturales del Auristán. De ellos, de sus hijos, de los hijos de sus hijos, sería la sal de la tierra.
Si la libertad es la característica de la mayoría, vale protractar la observación para todos los Castelauros y entonces decir que la característica de los Castelauros es la de ser Libres. Y una prueba sólida de que la Libertad puede ser la característica que más permea de los Castelauros, está en la manera tan adecuada e informativa que tienen los vecinos de los Castelauros, los Emberá de Sambu-do, de referirse a ellos, de denominarlos. Por todo el Sambú-do, se llama a los Castelauros y a sus asociados actuales Libres. Libres son Castelauros. Decir Libres es decir Panameños:
Es innegable el valor de la observación del Complejo Cultural Territorial de los Chocó, cuando identifican una Civilización como la V. P. C. O. por su característica saliente, protuberante, por su Libertad. Y es también innegable la incapacidad de los Castelauros para el examen y localización de su característica cultural principal, tan visible desde fuera de ellos, desde el mundo de los Chocóes.
Observaciones del 4 de octubre de 1973: El síndrome de libres
El Padre Presentado José María Escámez O. P., después de una discusión cuidadosa del problema de la LIBERTAD, ha dicho que la situación de los LIBRES del Istmo de Panamá, debe ser considerada como un Síndrome, o sea un conjunto de síntomas que caracterizan al hombre libre.
No se ha comenzado aún a establecer diferenciadamente cuáles son los componentes del SINDROME DE LIBRES, pero sí se tiene una idea general, derivada del concepto de síndrome, así como otra derivada del concepto LIBRE.
Un síndrome es un conjunto de síntomas, de manera que, por ejemplo, se está hablando en estos tiempos del SINDROME DE LA TALIDIOMIDA y se refiere esto al nacimiento de niños defectuosos, de madres que, durante el embarazo, tomaron calmantes con el componente Talidiomida.
Llamar Síndrome al caso de los libres del Istmo de Panamá equivale a situar la cuestión en el terreno de lo patológico, definitivamente, sin que ello quiera decir que por lo patológico no se pueda definir igualmente que por lo normal. Especialmente si al pathos afecta el 50% de la población se vuelve endémico, o sea, una forma de la normalidad.
Pero ¿Cómo está compuesto el importante concepto de Libres?
El concepto de LIBRE tiene varias referencias definitorias; una de ellas procede del interior de la VPCO y otra procede del exterior de esa misma Variedad.
Dentro de la VPCO se acostumbró a llamar Libres, desde el siglo 16, a las personas que habiendo sido esclavas alcanzaban el privilegio de la libertad por alguno de los múltiples medios establecidos por tal efecto.
Y comenzó a formarse el concepto desde el siglo 16 y duró el siglo 17,18 y 19 y bien avanzada la segunda mitad del siglo 20.
Parece que durante la segunda mitad del siglo 20, que es cuando se hacen estas observaciones, el concepto de libres no circula, en su especial sentido, entre los Castelauros del Auristán.
Entonces, durante todo el largo período de génesis de los Castelauros, su manera de ser, su actitud ante la vida, estuvieron condicionadas por la libertad de los LIBRES.
Y antes hemos advertido que el Padre Presentado José María Escámez llama a la libertad de los Libres un Síndrome, o sea un conjunto de síntomas. ¿Qué es lo que se está pensando, entonces? Que los Libres lo son por decreto, por una decisión que tiene su origen fuera de ellos; de tal manera, que la libertad a que llegan siendo libres es una libertad condicionada en parejo sentido que la libertad condicional en el caso del presidiario.
Desde luego, del status de Libre no se volvía a la condición anterior de ninguna manera, pero sí que señalaba o marcaba con una CARIMBA muy especial esa libertad.
La palabra Carimba, aquí usada, ha sido localizada por el profesor Max Miranda, en 1973, en una investigación sobre el Componente Veracruz. Un anciano de esa población indicó saber del caso de un ex-esclavo, un Libre que por allí murió y que tenía una CARIMBA, o sea una marca de esclavo. Llegó a recordar el anciano que ese LIBRE se llamó Vito Congolino.
Libertad condicionada de los libres, libertad marcada, pero libertad en fin.
Esta consideraciones pueden conducir a pensar que la libertad tan característica de los LIBRES terminaba con su muerte, que no era trasmisible como Carimba a su descendencia. Parece que no hay tal. De las investigaciones de Miranda se infiere que la Carimba era una marca física, pero aquí hay que protractar el término para esglobar una marca espiritual, porque en el caso que estamos pensando, la Carimba estaría constituída más bien en el heredero por la certeza de lo que su pro-genitor había sido; certidumbre que se trasdalaría al nieto, al biz-nieto y así sucesivamente.
Entonces, ¿cómo era la Carimba a que nos estamos refiriendo? Pues al elemento transmitido visible, ostensiblemente de generación en generación, alterable, disminuíble, pero extraordinariamente persistente: la raza.
En efecto, fueron esclavos y después libres los amerindios (Xantoderma), los mestizos: pero predominantemente identificados como esclavos lo fueron los melanos y sus mezclas: Mulatos, Zambos, Sesterones, quinterones, cuarterones.
Y he aquí, cómo la raza identificaba al libre, lo marcaba, marcaba a su descendencia.
Entonces es cuando se puede comprender cómo es que en el Censo tomado por el castellano Silvestre hacia fines del siglo XIX se señaló que la población del Istmo de Panamá, excluidos los amerindios, o sea la población de castelauros del Auristán, estaba compuesta de un 50% de Libres.
Esos Libres daban una suma mayor de 31,000 almas. Y es harto difícil imaginar que en esa época se hubieran libertado simultáneamente de la esclavitud el 50% o más de 31,000 personas.
Es decir, que en esa clasificación de Libres habrá que diferenciar efectivamente, esclavos liberados y sincrónicamente descendientes de Libres a los cuales también se les llamaba Libres. Entonces sí que se justifica la hipótesis de que la condición de Libre se trasmitía, quizá no legalmente, pero sí de hecho. Que una persona, hija de un Libre por decreto, se la tidaba de Libre aunque hubiera sido siempre Libre, nacida libre, por el hecho de ser descendiente de Libre.
Es así como se puede entender el significado de la abrumadora masa de Libres que constituían la mayoría de la población del Auristán, los Castelauros.
El recorderis, el Memorandum que debe haber constituido la cuota de amargura de los Libres del Auristán, puede haber sido la necesidad de identificarse frente a las Justicias del Monarca, y, mudando el tiempo, frente a las requisiciones de las autoridades colombianas y durante los dos tiempos, frente a los registros que llevaban con toda pulcritud los eclesiásticos.
Esto es así: Frente a las Justicias de su Real Católica Majestad, habría que establecer, cada vez que fuera necesario, el status civil, puesto que la calidad de libre y al status de esclavos (sujeto a interrogatorio y a otras restricciones en su paso) podrían ser confundidos, y lo más probable es que fueran constantemente confundidos, dado el problema de la indiferenciación colorimétrica.
Y hay pruebas de que las Justicias inquirían explicaciones de las andanzas de la gente de color, especialmente por las crisis de los fugitivos.
Igualmente, caído el monarca hispano, las autoridades colombianas estaban interesadas en lo mismo, puesto que los esclavos eran propiedades muebles y difícilmente diferenciables de los ciudadanos en pleno goce de sus derechos civiles.
Por otra parte, el LIBRO DE BAUTISMOS DE LA GENTE DE COLOR, de la Iglesia de Santa Ana Extramuros, en la Ciudad de Panamá, está lleno de inscripciones donde se ponía religiosamente a cada uno su condición social: Fulano de tal, hijo lexítimo de Fulano de cual y de Mengana de tal, ambos LIBRES.
De lo cual se infiere que la gente de color debía establecer su status civil en el acto de bautismo.
Igualmente ocurre con las inscripciones del sacramento del matrimonio, en el cual, los contrayentes en la Iglesia de la Merced debían asentar formalmente su status de Libres, comprobado, lo cual sólo era cierto para la gente de color, como es natural.