Los habitantes del istmo: Los panameños
Cita Recomendada:
La siguiente transcripción ha sido adaptada del documento original, por lo que el formato puede diferir y puede contener errores.
Introducción
El título escogido tiene un significado, representa un programa de estudios que debería poner una de las facetas del poblamiento del Istmo en una perspectiva menos etnocentrista que la que ahora nos abruma.
- Lo que quiere decir el título es que vamos a intentar estudiar desde un punto de vista para-naturalista la manera de poblarse un territorio, por eso evitaremos llamarle nuestro territorio, aunque lo haremos a veces.
- Se procurará evitar la valoración política o moral de las sucesivas capas de poblamiento. Lo que significa que intentaremos una valoración balanceada del fenómeno de la cobertura del Istmo por la capa poblacional que estamos llamando panameña.
- Entre los actuales habitantes del Istmo, los panameños son uno de los grupos o capas poblacionales: alegamos que todo el Istmo es nuestro y negamos esta categoría a todos los otros grupos contemporáneos, con lo cual nuestra política exterior grupal es imperialista y con frecuencia agresiva.
- Observen entonces que básicamente hablamos del territorio y sus diversos animales humanos.
- Observen que los panameños son una de las capas poblacionales últimas en el territorio. La habitación de la cual se diagnostica en el día de hoy por esos mismos panameños.
- Observen que son ellos, los panameños, los que han puesto nombre al Istmo, nombre que sacaron de una pequeña aldea.
- Observen que en 1849 comenzó la última invasión históricamente observable, la cual ha conducido a la formación de una nueva capa poblacional de istmeños en el centro del Istmo.
- Observen que de las dos capas poblacionales hiperactivas del Istmo de Panamá de hoy la capa “panameña” es la que tiene más profundas raíces debido a su sub-stratum mestizo de guaymí.
El territorio significante
La noción de territorio es importante porque está llena de oscuros sentimientos emocionales.
Los sentimientos emocionales a los que se está haciendo referencia son universales y se ejemplifican en el Istmo de Panamá en la discusión de la Zona del Canal.
La discusión sobre la Zona está referida a términos como soberanía y jurisdicción, así como al término control, que es el más importante. Soberanía es un concepto teórico que se refiere grosso modo al derecho de propiedad ilimitado sobre el territorio.
Jurisdicción es grosso modo el derecho a guardar el orden y sus encomitantes en un territorio dado.
Control es un concepto más estricto y se refiere, incluyéndolos, a los dos anteriores, pero involucra la propiedad de manipular la población y de dirigir la economía.
Los tres conceptos anteriores son la formulación teórica de una realidad que no es tan clara, porque a pesar de todas las definiciones los panameños se sienten estafados, sienten que su “patria” está siendo aprovechada por otros.
Patria es un concepto amplio que incluye las anteriores notas pero también tantas más, que una definición coherente del término han podido hacerla solamente los poetas.
Algunas emociones y realidades del concepto son aquí expuestas, a manera de definición, y provienen de un poeta panameño, Ricardo Miró:
La Patria es el recuerdo.
Pedazos de la vida
envueltos en girones
de amor y de dolor.La palma rumorosa,
la música sabida,
el huerto ya sin flores,
sin hojas, sin verdor.La patria son los viejos
senderos retorcidos
que el pie desde la infancia
sin tregua recorrió.En donde son los árboles
antiguos conocidos
que al paso nos conversan
de un tiempo que pasó.
En la idea del poeta la identidad entre hombre y territorio debe ser extraída de entre senderos retorcidos, flora rumorosa, recuerdos amorosos o dolorosos, pero se intuye un nexo profundo entre los dos elementos, muy bellamente expresados.
Recientemente se han añadido notas al concepto del nexo real entre los seres y su territorio. Estos añadidos provienen del campo de los zoólogos principalmente. V.C. Wynne Edwards, Profesor Regius de Historia Natural en el Colegio Marischal de la Universidad Aberdeen, publicó en Scientific American de agosto de 1964 un artículo titulado “Control de la población en animales”.
En el artículo Wynne-Edwards proponía que en contra de lo que pasa en el caso humano, la mayoría de los animales mantienen niveles de población constantes. Que una nueva hipótesis sugiere que ellos obtienen este efecto mediante fórmulas de conducta social que limitan la reproducción para esquivar la sobre explotación de los recursos alimenticios.
Y en la teoría de Wynne-Edwards una de las fórmulas de conducta social más importantes para lograr aquel control es el sistema territorial especialmente observado entre las aves.
“La práctica de demarcar un territorio para anidar y levantar la familia es común entre muchas especies de pájaros. En la época de cría cada macho demarca un área de un tamaño determinado y excluye a todo otro macho de su especie”.
De esta manera, un grupo de machos acapara todo el terreno - disponible en forma de territorios individuales y ponen un limite a la superpoblación.
Es un ejemplo perfecto de mecanismo artificial arreglado para ajustar la densidad de población a los recursos alimenticios.
En vez de competir directamente por la comida los miembros compiten furiosamente por trozos de territorio cada uno de los cuales se transforma en depósito de comida exclusivo de su dueño.
Otras convenciones restrictivas practicadas por animales son más abstractas aún. Con frecuencia los animales compiten no específicamente por propiedad, tal como sitios de anidaje sino simplemente por membrecía en el grupo y solamente un cierto número de ellos resultan aceptados. En todos los casos, el efecto es limitar la densidad del grupo que vive en un hábitat dado y descargar toda población sobrante a una distancia prudente. .
Y concluía Wynne-Edwards diciendo:
“Esta hipótesis acerca del mecanismo de control de la población en los animales conduce a una generación de mayores dimensiones, la cual consiste en sostener que este es el origen o raiz de toda conducta social en los animales, incluyendo al hombre.
“Es sorprendente que no haya habido ninguna teoría general aceptable de cómo surgieron las primeras organizaciones sociales.
“Ahora, sin embargo, se puede argüir lógicamente que la clase de competencia bajo reglas convencionales tipificada por el sistema territorial de los pájaros fue la más temprana forma de organización social”.
Román Mikitowicz es investigador principal de la división de investigaciones de la vida silvestre de la organización de investigaciones científicas e industriales de Australia.
En mayo de 1968 publicó en Scientific American el artículo llamado: “Marcaje Territorial por los Conejos”.
Decía Mikitowicz que en los últimos años cada vez es más aparente que una de las principales maneras por las cuales se comunican los animales es por medio de secreciones glandulares olorosas a las cuales se ha dado el nombre de “Feromonas”.
Mis colegas y yo hemos estado investigando tales mecanismos en el conejo salvaje de Australia (Orictolagus Cuniculus) y hemos podido demostrar una relación tajante entre la conducta social del animal y las glándulas Feromonasecretoras.
Estas sustancias “Feromonas” tienen probablemente un número de funciones. Pueden comunicar información sobre edad, sexo, status reproductivo y membrecía en el grupo. También pueden señalar peligro y sirven para definir el territorio del conejo.
El área dentro de la cual un animal combina sus actividades no es la misma necesariamente que su territorio; en sentido estricto el término territorio se da a una parte de área de vivienda del animal la cual él protege, a veces peleando.
“No es difícil de creer que un territorio conejil se satura con el olor característico del grupo y que dentro del área en la cual prevalece el olor grupal el animal se siente en casa, casi de la misma manera que a un hombre le resulta el olor de su casa familiar en contraste con la casa del otro”.
Uno de los componentes del olor de un territorio conejil es el de la orina. Durante los períodos amatorios se observa que los machos se orinan en las hembras. Los conejitos son marcados con orina por los miembros adultos de su grupo y así identificados.
El olor de la orina extraña desencadena la agresividad de manera que las hembras pueden atacar a sus propios hijos si han sido tocados por orina extraña.
Otro componente del olor del territorio viene de las heces.
El marcaje de un territorio con heces parece ser común entre animales, tal cual ha sido indicado por Heini Hediger, de la Universidad de Zúrich. Entre ciertos animales el olor de las heces no viene del excremento en sí sino de feromonas de las glándulas anales.
Cuando uno examina un territorio conejil, se percibe un número de sitios en los cuales los animales han depositado heces repetidamente. Alrededor de una conejera típica es corriente hallar unos 30 montoncillos de heces. Estos están interconectados por senderos que usan todos los conejos para moverse en el área.
Cuando un conejo extraño pentra el territorio, inevitablemente encuentra una de estas torrecillas de heces lo cual es una señal de aviso de que el área está ocupada.
Concluía Mikitowicz diciendo:
“La existencia de glándulas que funcionan específicamente y solamente para marcajes territoriales, acentúa la importancia del territorio y la organización social en la vida del animal.
“En el repleto mundo de hoy la cuestión de espacio y territorio es de interés no sólo para los estudiosos de biología animal sino que es también para todos los que están interesados en los problemas humanos de superpoblación.
“Nos estamos dando cuenta más y más que no es solamente la disponibilidad de comida lo que determina el tamaño de la población humana, sino que también interfieren nuestro propio comportamiento y espaciamiento, y que estos factores deben ser considerados al especular sobre el destino de la especie humana”.
Este territorio de que estamos hablando, el Istmo, es muy peculiar y peligroso para sus habitantes en todos los tiempos. Se trata de una pequeña faja de tierra tendida de Oeste a Este, en forma de “s”, causada probablemente por la compresión del ayuntamiento de la masa continental suramericana con la masa continental norteamericana.
Decíamos que es muy peculiar. Lo decimos principalmente por su aspecto humano, mejor dicho, por los efectos humanos de su torturada geomorfología.
El doble Continente Americano es como una pared de roca y tierra que se extiende en la tierra del Polo Norte al Polo Sur. Y como buena pared, difícil de pasar, pero también como buena pared, con derrumbes, oquedades o boquetes, más fáciles de pasar que el resto. Pues bien, es en este territorio donde está el boquete americano más práctico. Y esta es una referencia a los que han de pasar de Norte a Sur, o sea los que lo han de usar como estrecho marítimo.
Pero, además, este Istmo tiene un significado en cuanto a que se extiende el Continente Americano de Norte a Sur de polo a polo. No hay que olvidar en este caso que América es en realidad dos continentes diferentes y no uno sólo. El Istmo es el cordón umbilical que junta a esas dos masas rocosas.
Todo lo antes dicho tiene profundo significado para el examen de la habitabilidad del Istmo. En términos muy generales la historia de la ocupación del mundo por los seres humanos ha tenido dos fases tecnológicas, reconocidas por los geopolíticos.
En primer lugar, la fase de las potencias terrestres. Durante este tiempo, los hombres se han movido principalmente sobre la tierra enjuta y han necesitado caminos para pasar. Resulta que el Istmo es ese camino en América, tanto del Continente Norte al Continente Sur como a la inversa con las consecuencias humanas que conlleva este hecho, consecuencias que son generalmente muerte y desolación.
En segundo lugar, la fase de las Potencias Marítimas la que corresponde grosso modo al tiempo de surgimiento de la Civilización Occidental, o sea, el tiempo de la expansión por mar de los europeos y sus bordones ultramarinos.
Resulta que en el curso de esta fase, también el Istmo tiene que ofrecer una posición que es un estrecho. Las consecuencias de esa posición para los habitantes del Istmo han sido generalmente: muerte y desolación.
En general, la ocupación humana del Istmo en tiempos de las Potencias Terrestres ocurrió en lo que conocemos por la pre-Historia.
Mientras que la ocupación humana del Istmo en tiempos de las Potencias Marítimas ocurrió en lo que conocemos con el nombre de Historia.
La secuencia de la ocupación humana del istmo
Durante muchos miles de años, los habitantes del Istmo vivieron una vida económica y moral de depredadores. Igual que los tigres, las zorras, los caimanes y los tiburones. Se trata de la vida económica de los cazadores primitivos, status que prevaleció en el Istmo desde el primer día de su ocupación por seres humanos. A esta clase de humanidad depredadora acostumbra a llamársela Paleoindios.
El Dr. Alfred L. Kroeber, uno de los hombres más importantes de la antropología americana, ha intentado sintetizar, en su “Antropología General” ideas sobre la naturaleza de esta capa poblacional. Decía Kroeber sobre este asunto que:
“En estas condiciones, los primeros colonizadores pueden describirse como un pueblo que vivía de la naturaleza: cazando, pescando, recolectando raíces, frutas y semillas, excavando o recogiendo mariscos. Sus mejores armas eran el arco o el arpón con cabeza separable. El último puede haber sido ya lanzado mediante el Atlatl - arrojador de dardos que es una extensión artificial del brazo.
“Se torcían cuerdas con fibras de corteza y con toda probabilidad se tejían cestos, arcones, represas, trampas y quizás también se hicieran redes.
“A los perros se les trataba con cariño o se les maltrataba indistintamente; se les mantenía y se les toleraba a medias y es probable que se comieran en tiempos de necesidad. No había más organización de la sociedad que la basada en la sangre y en la contigüidad.
“…la costumbre admitía la influencia del mundo espiritual sobre todos los seres humanos, y los creía con más intensidad en épocas de crisis: el parto, la madurez y la muerte.
“En particular, la pubertad parecía importante como un pre3agio del total de la vida adulta. Por consiguiente se procuraba asegurar la prosperidad del individuo y su apropiada relación con la comunidad mediante la salvaguardia espiritual. A las muchachas se las recluía, se las trataba o medicinaba, se las preparaba. A los muchachos se les sometía a azotes o a pruebas de fortaleza, después de lo cual eran admitidos en la casa de los hombres”.
Este período de la primera ocupación del Istmo está muy pobremente documentado: los restos consisten de puntas de arpón, encontrados en el Lago Madden y en La Boca del canal recientemente y por conjuntos de artefactos de núcleos de piedra hallados en Cerro Mangote (Aguadulce), Sitio Hidalgo (San Carlos). Las fechas correspondientes son pocas. Para la punta de arpón de La Boca del Canal 8.000 años antes del presente. Para Cerro Mangote 4.853 años antes de Cristo.
Desde aquellas fechas, entre el 5.000 y el 2.000 antes de Cristo y en adelante ocurrió a los habitantes del Istmo, cualesquiera que hayan sido, un fenómeno preñado de consecuencias. Por esos tiempos algún grupo de agricultores se movió hacia el Istmo y el resto de los habitantes se transformaron poco a poco en agricultores. Esta transformación es muy importante. En el Istmo se puede apreciar por el aumento notable de la población, que fue una de sus consecuencias. Desde luego, este aumento poblacional ha ocurrido en casi todas las áreas en donde se ha introducido esa tecnología. Y así, después de un tiempo no hubo en el Istmo depredadores humanos, sino productores de alimentos, según terminología de Vere Gordon Childe. Los istmeños fueron entonces aldeanos y comenzaron a complicarse las inter-relaciones humanas.
Pero esta nueva economía tuvo tanto éxito que casi intentó perpetuarse. En realidad, el sistema económico de los agricultores de tumba-quema-siembra se mantuvo casi sin variar, sin que se diera localmente el próximo paso, el cual debería ser desde luego la organización de ciudades.
Sobre este tema general las observaciones del autor antes mencionado, Kroeber, son luminosas. Decía Kroeber que:
“.. Sea como fuere, la América Media dominó. Es en la región del sur de México donde crece el maíz silvestre, el Teocentli, el”maíz divino” como lo llamaron los aztecas. Desde esta planta se derivó, en un remoto período arcaico, la planta cultivada. Al menos esto parece ser lo probable a juzgar por una masa algo confusa de testimonios botánicos. Luego, entonces, aquí se desarrolló la planta que domina la agricultura americana y con ella, muy posiblemente, el frijol y la calabaza, cultivos que generalmente se asocian en la agricultura nativas hasta las regiones más alejadas de México.
La cerámica tiene una distribución tan parecida a la de la agricultura del maíz, que sugiere un origen contemporáneo probablemente en el mismo centro.
Esto es lo más probable porque el arte es de un valor primordial para un pueblo sésil y la agricultura actúa con más fuerza que cualquier otro modo de vida para llegar al sedentarismo.
Es casi seguro que la agricultura provocara un incremento de la población. La provisión alimenticia era mayor y más regular, los individuos adquirieron la costumbre de vivir como cerca de otros mientras que antes inconscientemente se habían separado por desconfianza; y a la vez, la proximidad, así como la nueva estabilidad, habrán concurrido a disminuir la frecuencia de las hambres, hostilidades y otras penurias locales a que estuvieron expuestas las comunidades más pequeñas y menos sedentarias”.
La información arqueológica relativa a este lapso comienza a multiplicarse en los últimos tiempos siendo también la abundancia de los sitios de cultivadores evidencia incontrastable de aumento de población, característica notable de este período. Arqueológicamente este tiempo está documentado por los períodos de Monagrillo, Sarigua y Concepción, los que comúnmente se conocen con el término de Formativos, y que corresponden en general a un neolítico ocurrente en Europa.
Los sitios aparentemente importantes en el período de Monagrillo, son: en Coclé: Antón y Llano Bonito; en Herrera: Monagrillo; en Panamá: Río Farallón, Sitio El Soab, Bocas de Lajas, Sitio Fango, Gorgona, San Carlos, Playa Farfán, Peñón de Chilibre y un sitio donde se descubrió agricultura prehistórica: Gatún, con fecha R. C. de 2.200 a . C.
Los sitios aparentemente importantes en el Período de Sarigua, son: en Herrera: el Sitio Sarigua; en Panamá: el Sitio Río Hato, en la Zona del Canal: Camp Chagres-Macapale; en Darién: Cocalito y Puerto Piñas.
Los sitios aparentemente importantes en el Período de Concepción, son: en Chiriquí: La Concepción; en Veraguas: el Sitio de Tabasará y el Sitio Cerro Largo; en Coclé: los sitios de Guacamayo y El Limón; en Los Santos: Tonosí Temprano; en Panamá: Taboguilla Temprano y Panamá Viejo Temprano.
Por los tiempos en que “Jesucristo su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo”, por estos tiempos, y en adelante, los habitantes del Istmo deben haber comenzado a cambiar bastante ostensiblemente; sin que sepamos si este fenómeno representa introducción poblacional o difusión ideológica.
Kroeber, citado antes, al hablar de su tema “La aparición de las Instituciones políticas: la Confederación y el Imperio”, decía que:
“En general parece que la transformación fue en sentido de la sustitución de una organización social por una política. Los poblados en pugna se confederaron, con un lugar de reunión fijo y con un consejo establecido; aumentó la autoridad de los jefes elegidos o hereditarios, hasta que éstos se dedicaron la mayor parte de su tiempo a los asuntos comunales; se consolidaron las ciudades. En esta forma pudieron emprenderse obras públicas. No sólo se construyeron canales de irrigación y obras de defensa sino también templos piramidales. En la América Media esta situación debe haberse logrado bace muchos miles de años. Los Mayas pasaron más allá de ella a principios de la Era Cristiana. Entonces estaban regidos por una clase gobernante y sacerdotal y erigían monumentos fechados que testificon una existencia fija de sus comunidades y que fue de lo más próspera”.
“Luego entonces, es probable que la evolución de la sociedad del sur de México baya pasado por cinco etapas sucesivas. La primera, pre-clan, sin organización notable ya sea social o política; después un sistema patrilineal de clases: como tercera, un sistema matrilineal de clanes con funciones más importantes ligadas a los clanes, especialmente en el aspecto del ceremonial; cuarta, los principios del Estado, tomando cuerpo en la confederación, continuando los clanes pero empleándose principalmente como instrumentos de maquinaria política; quinta, el Imperio; en verdad sencillo y sin cohesión, a juzgar por las normas del Antiguo Continente, pero, no obstante, una realización política organizada en la que los clanes habían desaparecido o se habían transformado en unidades de distinta naturaleza”.
La información arqueológica relativa a este lapso tiene por centro la llamada Cultura de Barriles, la cual es extrañamente diferente a cualesquiera otra en el Istmo.
Es evidente que los habitantes del Istmo estuvieron expuestos a la influencia de la Civilización Maya.
Sabemos que esta influencia llegó por un curioso descubrimiento efectuado en Río Negro, cerca de la frontera con Costa Rica. En ese sitio Fritz Kuart descubrió y fotografió un barril (objeto de piedra parecido a un cilindro) que en una cara tallada mostraba a un guerrero mayoide con característico penacho de plumas, y en una de las manos una maza de aspecto exótico. En Santa Marta, Chiriquí, el autor del presente trabajo encontró un “barril” que tenía una figura humana apenas marcada en alto relieve. Pero asociadas, aparecieron dos fragmentos de estatua de piedra que representaban a un hombre sobre otro hombre. Se ha sugerido que era un jefe religioso sobre un portador esclavizado o sobre un feligrés particularmente fanatizado. El complejo de Santa Marta es en general igual al encontrado en Río Negro.
Hay que decir, por último, que en 1947 en la localidad cerca de Hato Volcán, llamada Barriles, se halló un número de estatuas de piedra muy realistas, asociadas a “Barriles” que ostentaban figuras humanas en relieve.
Hay estatuas simples, que representan hombres con diversos objetos en las manos entre los que sobresalen cabezas-trofeo, tazones y hachas de mano. Pero las más interesantes son estatuas dobles, que muestran a un hombre cargando a otro sobre los hombros. El conjunto de Barriles es grande y se ha sugerido que haya sido en su tiempo un centro ceremonial. El parecido con la idea de los mayas contemporáneos es bastante evidente, pero faltan las estructuras permanentes de cualesquiera clase.
Este tiempo muestra tres períodos arqueológicos secuentes que serían:
- Barriles;
- Período Playa Venado; y
- Período Coclé Tardío.
Los sitios aparentemente importantes en estos períodos serían:
- En el Período a. (Barriles) en Chiriquí: Aguas Buenas; en Veraguas: Santa María; en Coclé y Herrera, igualmente Santa María; en Panamá, la fase Playa Venado Temprano; y en Darién, el sitio Gonzalo Vásquez.
- En el Período b. (o Playa Venado), en Chiriquí, la Fase Burica; en Veraguas, la Fase Mariato; en Coclé, el Sitio Conte Temprano; en Los Santos, Tonosí Clásico; en Panamá, Utivé.
- En el Período c. (Coclé Tardío) en Chiriquí, la Fase San Lorenzo; en Coclé, la Fase Coclé Tardío; en Los Santos, Macaracas y los Polícromos de La India; y en Bocas del Toro, la Fase Bocas-San Lorenzo (provisional).
El último tiempo prehistórico que vamos aquí a considerar ha sido llenado con dos categorías de información: arqueológica y etnohistórica.
La información arqueológica está reducida en sus líneas generales a lo siguiente:
En primer lugar está referida a los años que van del 1200 después de Cristo al 1500 después de Cristo.
En Chiriquí se perfecciona la fase Chiriquí Clásico; en Veraguas, la fase Veraguas Clásico; en Coclé, la fase Herrera y la del Coclé declinante; en Herrera, las fases Herrera, El Tigre y La Arena; en Los Santos, El Jobero; en El Darién, Escurrúmulo; y en Bocas del Toro, el Bocas Clásico.
En el caso de la información etnohistórica las fuentes son más abundantes, como es natural.
El Istmo, desde aproximadamente 1400 estaba siendo modificado en su población, por penetración de capas poblacionales nuevas.
Durante el Congreso de Historia que ocurrió del 10 al 17 de agosto de 1969, el autor tuvo el privilegio de referirse a las observaciones del arqueólogo Samuel Kirkland Lothrop, expuestas en su artículo “Los Sigua, la Base más Sureña de los Aztecas”. No haremos aquí una exposición completa del problema Sigua puesto que ya fue tratado.
En resumen Lothrop sostenía,
“que los aztecas, a pesar de que no fundaron colonias grandes cuando se hicieron con el poder, fueron viajantes ambiciosos que alcanzaron y saquearon áreas mucho más lejanas que las puestas en sus listas oficiales de tributos.
El más temprano de estos viajes del cual hay noticia, tuvo lugar durante el reinado en México del Emperador Abuitzotl (1486-1502) el cual envió sus tropas hacia el sur en busca de una alianza con una de las mayores tribus de Guatemala, proposición que fue rechazada por doquier”.
En otra parte Lothrop menciona que la primera pista de que los indios mexicanos estaban viviendo en el Istmo “data de 1541 cuando un soldado llamado Cristóbal Cansino declaró que el Cacique Coaza le babia dicho que Hernán Sánchez de Badajoz era un caballero y que Rodrigo de Contreras era un ‘Motolin’, palabra que significa pobre en azteca”.
Y en otra parte:
“La explicación de cómo los aztecas habían viajado tan lejos de sus hogares está contenida en una descripción de Costa Rica escrita en 1572 por Juan de Estrada-Rávago. Después de mostrar la riqueza del país en oro dice que el Gran Rey Montezuma mandó sus ejércitos a distancia de más de 600 leguas a colectar tributos de muchas y muy finas piezas de oro. Yo be visto, dice Estrada, ‘los remanentes de sus soldados y ejércitos, los cuales son llamados Nabuatatos’”.
Esta descripción fue después ampliada por Yñigo Aranza, Gobernador de Veraguas, en 1595:
“Hay en la tierra llamada Duy, dice, más de 6.000 guerreros indios, y se dice que tienen tráfico con los indios de México que quedaron aquí cuando les llegó la noticia de la primera entrada de los españoles, porque ellos estaban ahí por el tributo de oro que esa provincia acostumbraba dar a Montezuma”.
Comentaba Lothrop que si no hubieran llegado los españoles, parece bastante posible que los aztecas en el curso del tiempo hubiera conquistado o hecho tributarios la mayor parte de Centro América pero parece dudoso que tuvieran la sagacidad política para consolidar sus posiciones como lo hizo la dinastía Inca.
El Dr. Sigvald Linne, en su libro “Darién in the Past”, hace un alegato convincente en la penetración de los Chocóes en el Istmo en el siglo XVI.
Al discutir las palabras Perú y Birú señala su opinión de que Birú, antecesora de la palabra Perú, correspondía a una provincia chocó situada en los alrededores del río Sambú.
Menciona que Garachine estaba habitado por Cunas, los cuales estaban siendo expulsados por los chocóes. Estos chocóes nunca han sido habitantes costeros, sino fluviales, lo cual explica que la costa fuera encontrada desierta por Pizarro y Almagro en su viaje al Perú. Antes había estado ocupada por cunas hasta el río Docamparo, los cuales fueron echados por los chocóes.
Esta es en términos generales la situación poblacional en este período. No hemos hablado de los grupos restantes que ocupaban el Istmo en el siglo XVI por ser razonablemente conocidos. En general los cueva-cunas ocupaban la mitad del Istmo, desde las cercanías del Golfo de Uraba hasta Chame.
Los protoguaymíes ocupaban el resto del territorio. Los mexicanos llamados aquí Agua estaban invadiendo desde el Oeste, mientras que los Chocóes comenzaban su movimiento desde el Oriente.
Y en ese estado llegaron los españoles.
Los panameños
El acontecimiento que interrumpió el desarrollo de los Sigua fue la llegada, casi simultánea, de otra capa poblacional y por al extremo opuesto de la geografía istmeña: los españoles y sus asociados negros.
Los españoles eran constructores de ciudades como los Sigua y a diferencia de ellos, creían que antes que cobrar tributos era necesario poblar ciudades. Y he aquí que uno de sus primeros pasos en firme en el Istmo fue la fundación del eje de ciudades Panamá-Nombre de Dios.
La fundación de ciudades, es el paso siguiente en el desarrollo humano en otras regiones, el perfeccionamiento de la revolución neolítica.
En la actualidad se concibe como civilización la creación en un territorio de un complejo rural urbano. Es decir la fundación de una ciudad, rodeada de un conjunto de campesinos, de los cuales depende y los cuales dependen de ella es la civilización.
Con la fundación de la Ciudad de Panamá los hispanos reorganizaron la población del Istmo en formas totalmente nuevas. Así, por ejemplo, se repartieron buena parte del territorio en forma neo-feudal, lo cual quiere decir que fundaron fincas agrícolas auto-suficientes en relación precaria con la ciudad de Panamá.
La población del resto del territorio, la Zona no-ocupada, conservó su estructura económica formativa, hasta que poco a poco grandes núcleos cayeron abatidos o por las “entradas” o por las “predicaciones”, de santos varones que los españoles usaban como un arma adicional de guerra.
Los españoles eran miembros de una potencia marítima que comenzaba con toda energía a desarrollarse por el mundo. Por ser potencia marítima no estaban interesados en usar el camino del Este al Oeste. Así por ejemplo: no estaban interesados en rutas como la de los Sigua o la de los Chocóes. Pero los primeros actos que ellos mismos consideraron importantes fueron:
- La fundación de dos ciudades terminales del estrecho terrestre en el centro del Istmo, para pasar;
- La defensa interior de esa ruta con la transformación de las localidades indígenas de Chepo y de Natá en fuertes fronterizos;
- La consolidación de su Zona de tránsito, por medio de la formación de un nuevo grupo humano.
El resto del territorio y sus habitantes importaban menos realmente. Se había creado la Zona. De la Zona partían razzias contra el resto de los habitantes del Istmo, las cuales buscaban oro y esclavos principalmente.
Es importante ver que la dualidad hispano-negra tuvo un efecto ciertamente persistente dentro de la Zona. Esta invasión entonces parece bien diferente de cuantos movimientos humanos ha habido en el Istmo. Esta invasión terminó por construir una población de la Zona, población que no era de indios, población que no era de negros y población que tampoco era de españoles. Antes la hemos llamado población españoloide, porque si bien no eran españoles, parecían españoles en cierta manera y pensaban como españoles.
Así, recuerdo que, el Dr. Reverte, consiguió un documento que hablaba de Chepo por los finales del siglo XVI. Según entendí, la gente de Chepo era en su mayoría racialmente india, pero se vestían a la manera española, hablaban español, eran católicos, peleaban a la manera española, etc. Chepo era la frontera. Este es, pues, el sentido de la transformación.
Con el tiempo la gente de la Zona se mezcló más y más desdibujándose la imagen india y surgiendo el tipo aceitunado más o menos con rasgos europeos y/o negros y/o indios.
Hemos de advertir aquí que a esta gente, dominada por un delgado estrato social de blancos peninsulares se les llama a veces panameños, pero que ellos pensaban que eran en realidad españoles.
En verdad los panameños, de cuerpo y alma no vienen a surgir sino hasta 1745. En esa ocasión hicieron un alzamiento militar contra los españoles, apoyándose en los ingleses de Samuel Graws. En las “Historias de Panamá”, este fenómeno se conoce como el caso de los contrabandistas de Natá, sin embargo, es evidente que hay algo más que un simple levantamiento de contrabandistas.
El caso es el siguiente: tenemos que en la Zona había por esos tiempos un grupo de gente españoloide. Esa gente políticamente tendía a apoyar a España, pero económicamente se vieron atraídos por los ingleses.
De la confusión resultante se dieron cuenta esos españoloides que ellos no eran españoles en realidad, que tampoco eran indios, supieron que eran otra cosa y entonces tomaron conciencia de su diferencia y surgieron los panameños. Esto es así porque en 76 años esa mentalidad se impuso y se proyectó en la política, constituyéndose firmemente y diferenciada. En esa nación panameña, una entre las poblaciones que pueblan el Istmo la que tuvo la energía política de hablar en nombre de los habitantes todos del territorio y formar en 1903 el Estado Nacional al cual llamaron República de Panamá.
Epilogo: Los zonians
En 1846 se firmó entre la Nueva Granada, entonces dueña del Istmo, y los Estados Unidos un Tratado de Comercio y Navegación. Entre las cláusulas de ese tratado las había que concedían a los Estados Unidos la obligación de garantizar la soberanía de la Nueva Granada sobre el Istmo de Panamá. En otra cláusula, los Estados Unidos quedaban capacitados para garantizar el pase por el estrecho terrestre. Y comenzó a llegar al centro del Istmo una capa poblacional dual como antes había sido la española. Norteamericanos blancos y sus asociados negros antillanos de habla inglesa. Basados en privilegios adquiridos comenzaron a asentarse en el llamado por el geógrafo panameño Ángel Rubio, “El Istmo propio de Panamá”.
Porque es que hay varios istmos en realidad. Está el Istmo del Darién, está el Istmo que va de Colón a Panamá, está el Istmo de Coclé, usado por los primeros panameños o sea los llamados “contrabandistas de Coclé”, está el Istmo de Veraguas, y está el Istmo de Chiriquí. Pero el mejor de todos es el Istmo propio de Panamá, especialmente por la existencia del raro río Chagres. El río Chagres es raro porque nace en la vertiente del Pacífico y originalmente desembocaba en el Pacífico, pero cambió en el curso abruptamente, y ahora desemboca en el Atlántico.
Ese río en sí ya fue usado desde los años de 1530 por los españoles como canal interoceánico a medias. Así que, el Istmo propio de Panamá es el mejor paso del Istmo.
Todo el resto del siglo XIX los norteamericanos se fueron solidificando más y más en el Istmo propio y con la cuña de sus asociados antillanos hicieron el ferrocarril trans-ístmico y contaron dentro de la zona panameña, y en la mejor posición de ésta con una población adicta: los negros de habla inglesa.
En 1903 llegaron a un acuerdo con la nueva República de Panamá, por medio de la cual formaban su propia zona, de la cual excluían a los panameños. Se repetía entonces lo que los españoles hicieron en el siglo XVI con los aborígenes. Y para confirmar el parecido, se ha estado formando en la nueva Zona del Canal una capa poblacional distinta de la del resto del Istmo.
Está compuesta por dos razas completamente separadas: blancos y negros, que viven en lugares para blancos o para negros, con una tecnología altísima, con un control del crecimiento de la población riguroso.
En la Zona no hay pobres porque cualesquiera que se creara es expulsado al predio del vecino, es decir, a la zona panameña. En la población de la Zona pasa algo parecidísimo a lo que pasa con los pájaros en la teoría de Wynne-Edwards. La población de la Zona “descarga toda población sobrante a una distancia prudente”.
Esta es la última capa poblacional del Istmo de Panamá; en el sentido de esta discusión es tan istmeña como cualesquiera de las anteriores.