5  Los Duendoides

5.1 Los Duendes

Discusión sobre los Duendes

Los Duendes son seres sobrenaturales pequeños, de aspecto humano, que se dedican a robar niños. La principal forma básica, es decir no transformada, de los Duendes es la de niños. Parece lo más corriente que los duendes anden desnudos, la información sobre vestidos fue restringida en extensión geográfica. La forma básica hombrecillo tuvo algunas variantes, tales como: hombrecito de barba muy larga, también hombrecitos muy viejos, rosados y rubios; hombrecitos bien hechos, vestidos de niños. La principal forma de transformación de los Duendes fue la de parientes adultos de los niños que pretendían llevarse. Hemos visto que la forma básica de los Duendes es la de un niño. También pueden transformarse en niños conocidos de la víctima. Corrientemente, los Duendes tienen bases desde las cuales operan. Una de las más importantes bases es la montaña. Por montaña hay que entender en este caso, todo sitio cubierto de bosque y sin comunicaciones fáciles. Sin embargo, las quebradas fueron la base predominante para operaciones sobre los poblados humanos. Las incitaciones se refieren a las actividades de los Duendes que tienden a conseguir contactos con sus víctimas para sus fines. Los medios de incitar más frecuentemente usados fueron las golosinas y los juguetes. El caso de Remedios sobre el llamado de los Duendes es el caso en que, suficiente con la apariencia que tome el Duende, basta para influir tanto, que la víctima se siente compelida a obedecer la llamada. Esta especie de compulsión parece ser una característica propia del llamado del Duende. La captura de niños es una actividad favorita de los Duendes. La técnica misma de la captura es variable. Los Duendes suelen enamorarse de los humanos y cortejan de variadas maneras. En Monagrillo se habla de identificación amorosa entre los Duendes machos y hembras con personas de características físicas parecidas a las de ellos. Los Duendes tratan de robar chicos con el propósito de convertirlos a su vez en Duendes. Los niños no son el objeto codiciado único de los Duendes, puesto que atentan aún contra personas mayores. Robar niños es así el daño mayor que suele atribuirse a estos entes. Hay veces que los Duendes abandonan a los niños porque de alguna manera dejan de ser útiles a sus fines. En esos casos, los niños resultan maltratados por sus captores de diversas maneras. Una de las maneras es el babeado de los niños afectados por el abandono de los Duendes.

El control favorito para mantener apartados a los Duendes es el de hacer como si se defecara y a continuación hacer como si se degustara el excremento. El agua bendita sirvió especialmente para curar efectos posteriores de un contacto con los Duendes. Un padrino constituye una relación mágica que controla con frecuencia las actividades de los entes. Los niños son el principal tipo humano relacionado con los Duendes. Las relaciones con los adolescentes se refieren generalmente a relaciones de amor, tal cual el caso de Chitré, en el cual un Duende se enamoró de una chica y se dedicó a majarla por las noches. Con los padrinos y con el Diablo son prácticamente las únicas relaciones sobrenaturales que mantienen los Duendes. Las relaciones con los padrinos parecen ser de esencia mágica. Los padrinos suelen ser para los Duendes especie de barreras mágicas que inhiben sus actividades corrientes. La relación con el Diablo que fue informada desde Remedios es una relación muy remota, se refiere al origen de los Duendes y da la impresión que estos se alejaron del Diablo desde ese tiempo y que ahora actúan por su cuenta. Estos Duendes se acercan mucho a tipos de Dioses primitivos, llenos de caprichos y mañas, junto con límites de poder variados.

5.1.1 La Definición de los Duendes

Hay dos direcciones principales sobre el asunto de una definición de los duendes. En primer lugar se les define por sus notas de espíritu sobrenatural. En esta dirección están las ideas de Villa Neilly y sobre unos espíritus que viven en las montañas, en Parita opinaron que los duendes son espíritus malos y en Boca del Monte dijeron que los duendes son niños encantados. Entonces los duendes serían espíritus encantados. En Remedios se discutió su origen con el propósito de especificar su concepto actual y así sostuvieron que los duendes son angelitos expulsados del cielo antiguamente. Una tendencia paralela encontraremos en Chepo donde se les concibe como pequeños angelitos de espíritu malo.

No es posible llegar a una definición de los duendes sin consultar otras de sus notas definitorias, por ejemplo su morfología, sus actividades y sus relaciones sobrenaturales. Por el momento, especificaciones definitorias de carácter general solo fueron expuestas en los pueblos anteriormente mencionados.

Ejemplos de la Definición de los Duendes

Villa Neilly (Castillo, 1961)

Se me informó que en la montaña viven unos espíritus que se representan en forma de niños…

Remedios (Álvarez, 1960)

De su origen se dice que existen desde el principio del mundo cuando Dios arrojó al Diablo. Este se llevó algunos angelitos inocentes, y que hoy en día han venido a ser los duendes.

Boca del Monte (Polanco, 1960)

Según los habitantes, los duendes son niños encantados que se llevan los niños en una forma en que nadie los puede ver.

Parita (Del Cid, 1961)

Los duendes son espíritus malos que se presentan ante los niños sin bautizar…

Chepo (J. Candanedo, 1961)

El duende o los duendes son pequeños angelitos de espíritu malo que se pasan la vida de un lugar a otro.

5.1.2 La Morfología de los Duendes

A. La Forma Básica: Niños

La principal forma básica es decir no transformada, de los duendes es la de niños. Una mayoría de pueblos informaron en este sentido, tales como Remedios, en donde los duendes son niños que viven en las montañas. En Boca del Monte, los duendes son niños encantados que se llevan a otros niños. En Santa Fe, son niños rubios igual que en Arraiján. Así, los detalles de morfología son frecuentemente accesorios y no ocultan el hecho de que la forma básica principal del duende es que es un niño, es decir un ser sobrenatural en forma de niño.

Ejemplos de la Forma Básica: Niños

Villa Neilly (Castillo, 1961)

Se me informó que en la montaña viven unos espíritus que se representan en forma de niños o güilas…

Remedios (Álvarez, 1960)

Cuentan que los duendes eran niños que vivían en las montañas…

Boca del Monte (Polanco, 1960)

Según los habitantes, los duendes son niños encantados que se llevan a los niños…

Bugabita (Choy, 1961)

Según cuenta la gente, en Bugabita los duendes aparecen en forma de niños.

Santa María (Chávez, 1961)

Se dice que son chicos, que se encuentran en los montes…

Santa Fe (Silvera, 1961)

Dicen que son niños rubios que suelen atraer a otros niños…

Monagrillo (Samudio, 1961)

Cuentan que son pequeños, blancos y de cabellera amarilla…

Las Tablas (Quintero, 1961)

Son semejantes a niños blancos y rubios con ojos azules…

Arraiján (Espinosa, 1961)

Según ellos se presenta en forma de un niño rubio.

B. La Forma Básica: Niños Desnudos

De Potrerillos se informó que los duendes siempre andan desnudos, sin zapatos; la misma fórmula desnudos y sin zapatos fue informada desde Parita. Otros poblados como Changuinola y San Carlos informaron sobre niños simplemente desnudos pero no acentuaron la desnudez añadiendo el detalle de andar sin zapatos. Este detalle es posible que sea añadido debido a la creciente insistencia sobre el uso del calzado por los niños de áreas rurales y además por la incongruencia entre la figura de un niño rubio andando sin zapatos, considerando que generalmente son concebidos como los ricos, es decir, los blancos son los ricos y por consiguiente usan zapatos. Parece lo más corriente que los duendes anden desnudos, la información sobre vestidos fue fuertemente restringida en extensión geográfica.

Ejemplos de la Forma Básica: Niños Desnudos

Potrerillos (González, 1960)

Los duendes son niños que siempre andan desnudos, sin zapatos y que vagan por las orillas de los ríos y quebradas.

Changuinola (Hidalgo, 1961)

Duendes son niños que siempre andan desnudos…

Parita (Del Cid, 1961)

También se dice que son unos niños blancos, rubios que andan descalzos y desnudos y que por medio de engaños tratan de llevarse a los niños.

San Carlos (Crompton, 1961)

Estas criaturas son de cabellos rubios, ojos azules y por lo común de rostro bonito, siempre andan desnudos y casi siempre se le aparecen a los niños.

C. La Forma Básica: Niños Vestidos

En los Anastasios informaron acerca de los vestidos de los duendes al hablar de una pareja de éstos. Un pantaloncito muy corto fue el uniforme de esa vez. Tomás Morales, de San Pablo habló sobre un niñito bien vestido que caminaba por la sabana pero no llegó a especificaciones sobre la moda de ese duende, aunque hay que suponer que tenía camisa y zapatos ya que un niño “bien vestido” por los lados de San Pablo presupone esas prendas.

Ejemplos de la Forma Básica: Niños Vestidos

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Casi siempre se aparecen en parejas: una niña y un niño vestidos solamente con un pantaloncito muy corto.

San Pablo (Gallardo, 1960)

Una vez el señor Tomás Morales venía por la sabana, era de mañana, cuando de pronto vio un niñito muy bonito y bien vestido que brillaba, caminando por la sabana, se acercó a un potrillo que estaba separado de su madre y se montó.

D. La Forma Básica: Hombrecillo

El término hombrecillo tuvo variantes considerables. Así:

  • En Chitré: hombrecillo desnudo o vestido.
  • En Río Hato: Hombrecito de barba muy larga.
  • En Chorrera: Hombrecitos muy viejos, rosados-rubios.
  • En la Palma: Hombrecitos bien hechos, vestidos de niños.

Ejemplos de la Forma Básica: Hombrecillo

Chitré (Aguina, 1961)

Pequeño hombrecillo que siempre anda vestido de blanco o desnudo, y el cual acostumbra llevarse a los niños…

Río Hato (Morales, 1961)

Los duendes son unos hombrecitos que tienen la barba muy larga y pueden adoptar la personalidad de una persona grande.

Chorrera (L. Candanedo, 1961)

Los duendes son pequeños con cara de ancianos, rosados y rubios.

La Palma (Reyes, 1961)

Son pequeños hombrecitos de formas bien proporcionadas, los cuales aparecen vestidos en diferentes formas. Por lo general lo hacen en forma de niños porque así les es más fácil conseguir sus propósitos.

E. La Forma Transformada

La principal forma de transformación de los duendes fue la de parientes adultos de los niños que pretendían llevarse. Así en Remedios, los duendes se convirtieron en el padre o la madre del niño; igual en Parita con la adición de la forma de un hermano de la víctima. Esta adición también la hallamos en Los Anastasios. En Río Hato los duendes se transformaron preferentemente en madre de la víctima, en Santa María en una sobrina muy conocida de una señora.

Por último, en Santa Fe, con evidentes propósitos amorosos, el duende se transformó en apuesto galán rubio.

Ejemplos de la Forma Transformada: Adultos Conocidos

Remedios (Álvarez, 1960)

Los duendes tienen la facultad de convertirse en la forma que ellos crean más efectiva para engañar a los niños; pueden convertirse en el padre o en la madre del niño si ellos lo desean.

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Estos toman la forma y apariencia de un familiar del que se quieren llevar; ya sea la madre, el padre, un hermano etc..

Santa Fe (Silvera, 1961)

Una señora del pueblo iba una vez por la montaña, cuando se le apareció un joven rubio muy apuesto, que comenzó a cortejarla. Como es natural, ella siguió embelesada, por parajes que ninguna persona podía pasar. No se sabe cómo lo hizo ella.

Santa María (Chávez, 1961)

Se dice que son chicos, que se encuentran en los montes, que tienen la propiedad de transformarse en cualquier familiar de las personas escogidas por ellos. Se transforman tan idénticos que la persona no tiene ni la más remota idea de que no son sus familiares. Tenemos el caso de una señora que salió a buscar leña al monte y se encontró con una sobrina la cual le hablaba insinuándole llevársela para algún lado.

Parita (Del Cid, 1961)

Los duendes son espíritus malos que se presentan ante los niños sin bautizar, con las características de cualquier familiar, ya sea el papá, la mamá o los hermanos.

Río Hato (Morales, 1961)

Los duendes son unos hombrecitos que tienen la barba muy larga y pueden adoptar la personalidad de una persona grande […].

Se dice que la mamá que buscó al niño no era la verdadera sino un duende que tomó la personalidad de ella.

F. La Forma Transformada: Niños Conocidos

Hemos visto que la forma básica de los duendes es preferentemente la de un niño. También pueden transformarse sin alterar sus rasgos básicos en demasía como lo demuestra el ejemplo de Villa Neilly, en el cual los duendes se transforman en niños conocidos o en hermanitos de los niños, para mejor lograr sus propósitos. La forma de niño como forma de transformación fue mencionada también en Bugabita. En este caso la forma predilecta fue la de niño atractivo para otros niños por sus características travesuras, y por consiguiente la posibilidad de diversión que lo acompaña. En La Palma, parecido concepto puede haber informado la transformación.

Ejemplos de la Forma Transformada: Niños Conocidos

Villa Neilly (Castillo, 1961)

Algunas veces se aparecen a los moros como si fueran niños conocidos o como hermanitos de los güilas, para lograr una captura sin trabajos.

Bugabita (Choy, 1961)

Dicen que éste toma la apariencia de cualquier niño que sea muy travieso o que ande mucho por los montes. Cuando los duendes toman la apariencia del niño lo empieza a llamar para que éste vaya hacia donde ellos y cada vez que el niño se acerca éstos se alejan hasta dejarlo perdido…

La Palma (Reyes, 1961)

Por lo general lo hacen en forma de niños porque así les es más fácil conseguir sus propósitos. Por lo regular los duendes andan en busca de niños, para lo cual se comportan como tales, esperando a los niños en los ríos o en las proximidades del pueblo.

5.1.3 Las Actividades de los Duendes

A. Las Bases de los Duendes: La Montaña

Corrientemente los duendes tienen bases desde las cuales operan. Una de las más importantes bases es la montaña. Por montaña hay que entender en este caso, no exclusivamente, sitios altos, de 600 metros y más, sino todo sitio cubierto de bosque y sin comunicaciones más o menos fáciles, ya sea alto o llano.

Tal como está expuesto en el caso de Río Hato, el bosque constituye parte importante de la montaña.

Pero la principal característica de la montaña en este caso es su poco atractivo para los seres humanos, lo que hace que frecuentemente estén deshabitadas casi por completo, como no sea habitadas por partidas de trabajadores ocasionales.

Ejemplos de las Bases de los Duendes: La Montaña

Villa Neilly (Castillo, 1961)

Se me informó que en la montaña viven unos espíritus…

Remedios (Álvarez, 1960)

Cuentan que los duendes eran niños que vivían en las montañas…

Santa Fe (Silvera, 1961)

Una señora del pueblo iba una vez por la montaña, cuando se le apareció un joven rubio muy apuesto que comenzó a cortejarla.

Santa María (Chávez, 1961)

Se dice que son chicos, que se encuentran en los montes…

Río Hato (Morales, 1961)

Se cuenta también que cierta vez un señor perdió a su hija en el bosque…

San Carlos (Crompton, 1961)

Es horrible el estado en que encuentran la criatura, pues casi siempre aparecen enredados en la maraña…

Chepo (J. Candanedo, 1961)

Los duendes no parecen querer hacer mayor daño que perder a los niños en el bosque.

B. Las Bases de los Duendes: Las Quebradas

Es la base predominante para operaciones sobre los poblados humanos. Así en Potrerillos, los duendes se dedican a vagar por las orillas de ríos y quebradas. Más claro en Río Hato: “Viven, según me dijeron en las peñas y en el fondo de los charcos.”

Numerosas actividades conectadas con los duendes tuvieron por escenario los ríos o sus orillas. Así, en San Pablo, los duendes sorprendidos se tiraron al pozo de donde salía una quebrada. En Changuinola salen a asustar a orillas de los ríos. Y en Parita, cierta vez los duendes perdieron a un niño el cual fue encontrado días después todo arañado y baboso a la orilla del río.

Ejemplos de las Bases de los Duendes: Las Quebradas

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

En otra ocasión, una señora se dirigía con sus hijos, hacia una vieja curtiembre, para proveerse de algún pez para el almuerzo. Al llegar vieron una pareja de niños (varón y niña) en actitud de pescar.

Boca del Monte (Polanco, 1960)

Una tarde de esas hermosas de verano se fue a buscar agua y regresó a la casa con la novedad de que había visto unos niños que la invitaban ofreciéndole…

Potrerillos (González, 1960)

Los duendes son niños que siempre andan desnudos, sin zapatos y que vagan por las orillas de ríos y quebradas.

San Pablo (Gallardo, 1960)

Al estar cerca, oyó unas voces de niños, y al acercarse más vio un muchachero, que al verlo, se tiraron al pozo.

Bugabita (Choy, 1961)

Cuando llegó al río, se encontró que había un muchachito igualito a su hermanito y que lo estaba llamando desde una piedra.

Changuinola (Hidalgo, 1961)

Salen en las orillas de los ríos…

Santa Fe (Silvera, 1961)

Dicen que son niños rubios que suelen atraer a otros niños del pueblo con dulces y golosinas para llevárselos a sus moradas, en las cuencas de los ríos y quebradas.

Parita (Del Cid, 1961)

Cierta vez, los duendes perdieron a un niño en Parita y lo encontraron a los tres días, todo arañado y baboso a la orilla del río.

Las Tablas (Quintero, 1961)

Son semejantes a niños blancos y rubios con ojos azules, se presentan comúnmente a orillas de las quebradas…

Río Hato (Morales, 1961)

Viven, según me dijeron, en las peñas y en el fondo de los charcos.

Chorrera (L. Candanedo, 1961)

Junto a la quebrada de una finca, jugaban un grupo de niños…

La Palma (Reyes, 1961)

… esperando a los niños en los ríos…

C. Las Incitaciones de los Duendes

Las incitaciones se refieren a las actividades de los duendes que tienden a conseguir contactos con sus víctimas para sus fines. En La Palma atraen a los niños con cantos, jugando con ellos. El caso de la incitación por cantos fue excepcional y solo se dio en La Palma.

Los medios de incitar más frecuentemente usados por los duendes fueron las golosinas, en los casos de Remedios, Santa Fe y Las Tablas. Los Juguetes recibieron la misma importancia que las golosinas siendo mencionados en Remedios, Changuinola y Las Tablas.

Las Frutas constituyeron un medio menor de atracción, y fue informado en Changuinola y San Carlos este medio.

Cosas llamativas en general y dulces fueron informados desde Boca del Monte y San Carlos.

Ejemplos de Las Incitaciones de los Duendes

Remedios (Álvarez, 1960)

Ellos consiguen atraer a los niños ofreciéndoles golosinas, que ellos jamás han visto, lo mismo que juguetes.

Boca del Monte (Polanco, 1960)

… solo el niño que desean llevarse y los encantan mostrándoles cosas llamativas que los convencen.

Changuinola (Hidalgo, 1961)

Se los llevan engañados con juguetes, frutas y demás cosas que les gustan a los niños.

Santa Fe (Silvera, 1961)

… que suelen atraer a otros niños del pueblo con dulces y golosinas para llevárselos…

Las Tablas (Quintero, 1961)

Sacan objetos, juguetes vistosos y golosinas que gustan a los niños, invitándolos a acercarse para obsequiarles…

San Carlos (Crompton, 1961)

… después de haber sido engañados con manzanas, sortijas o cualquier baratija que atraiga a los pequeños.

La Palma (Reyes, 1961)

Los atraen con cantos, jugando con ellos…

D. El Llamado de los Duendes

El caso de Remedios sobre el llamado de los duendes es el caso en que suficiente con la apariencia que tome el duende basta para influir tanto que la víctima se siente compelida a obedecer la llamada. Esta especie de compulsión ante el llamado se dio también en Los Anastasios y parece ser una característica propia del llamado del duende en sí.

En los casos de Santa María, Bugabita, Chorrera y Boca del Monte, el llamado no produjo sin embargo tal efecto antes bien, el contrario, porque provocó repulsa y deseo de constatar la fidelidad del invitante.

Así en Bugabita, el niño fue llamado por su doble desde la piedra, pero no trató de irse con él porque tenía la impresión de que no era realmente su hermano mellizo. En el caso de Santa María, la sobrina de la señora no logró convencerla de que se fueran juntas; en este caso, no está claro el por qué no la convencía. En los casos de Chorrera y Boca del Monte, los niños respectivos tampoco fueron engañados posiblemente debido a la relativa proximidad de los abuelos y también a la posibilidad de consultar la acción de seguir.

Ejemplos del Llamado de los Duendes

Remedios (Álvarez, 1960)

Cuentan que hace pocos años, muchos habitantes del poblado viajaban a “Pan de Azúcar” a buscar sal a las albinas, y sucedió que un día cuando estaban conversando en el patio del rancho, una de las niñas, hija de una de las familias que estaba allí, se extrañó que su hija fuera para los pozos a esa hora y le preguntaron que para dónde iba. Ella respondió que iba para donde su mamá que la estaba llamando. Al ver todos que la niña iba a salir corriendo, la sujetaron para que no se fuera, a pesar de los gritos y deseos de la niña. Y así cuentan ellos que esto les ha sucedido muchas veces con sus hijos a consecuencia de que los duendes se les aparecen.

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Al llegar vieron una pareja de niños (varón y niña) en actitud de pescar. Pero al acercarse, uno de los pequeñuelos corrió hacia donde estaban los duendes pescando. La madre al ver esto, se fue detrás corriendo hasta alcanzarlo, pero hubo necesidad de sujetarlo fuertemente. Ya cuando el niño se calmó le preguntaron por qué corría con tanta desesperación derechito al río; el niño dijo que había visto a uno de sus hermanitos (en el lugar en que estaban los niños pescando), que lo estaba llamando. Inmediatamente todos buscaron con la mirada a los niños pero cual fue su asombro al ver que ya habían desaparecido de allí y el único camino accesible a ese lugar, era precisamente, donde ellos estaban.

Bugabita (Choy, 1961)

Cuentan que una vez había dos mellizos chicos y que uno se había quedado en la casa. Cuando llegó al río se encontró que había un muchachito igualito a su hermanito y que lo estaba llamando desde una piedra. El niño se devolvió corriendo para su casa y cuando llegó encontró a su hermanito en la casa. Al contar lo que había visto los padres le dijeron que era un duende porque su otro hermanito no había salido de la casa.

Santa María (Chávez, 1961)

Tenemos el caso de una señora que salió a buscar leña al monte y se encontró con una sobrina la cual le hablaba insinuándole llevársela para algún lado. Cuando ella regresó a la casa, le dijeron que la sobrina no estaba en casa, que se había ido al pueblo hacía muchas horas.

Chorrera (L. Candanedo, 1961)

Junto a la quebrada de una finca, jugaban un grupo de niños todos los días, entre los cuales había uno que era moro. Un día el niño moro corrió hasta donde estaba su abuela y señalando hacia un lado le dijo: “Mira abuelita, ese niño fulito me está llamando”. Enseguida la abuela les dijo: “Agúzence, y hagan como si se comieran el excremento.” Y cuentan que el duende enseguida se retiró para siempre: “porque ellos son muy aseados y les repugnó lo que los niños hicieron”.

Boca del Monte (Polanco, 1960)

Sucedió en la montaña de Barro Blanco, donde trabajaba el señor Jacinto Serrano, que tenía una nieta llamada Otilia de trece años de edad, era trigueña y tenía el pelo largo y bonito. Una tarde de esas hermosas de verano se fue a buscar agua y regresó a la casa con la novedad de que había visto unos niños que la invitaban ofreciéndole sortijas y prendas. El abuelo no le hacía caso, pero la muchacha seguía con el tema. Ya al ver el abuelo que la nieta insistía en que veía los niños, salió al pueblo de Boca del Monte, a un lugar llamado “La Malagueña”, donde había un sitio de marañones. Allí la niña veía los duendes que tiraban frutas de marañón a la gente. El encanto seguía cada día más y ya la muchacha se quería ir. El señor Fuentes tenía una paila de arroz cocido en una barbacoa y de un momento a otro tenía llena la cabeza de comida. Optó entonces por venir más cerca del pueblo, pero solo Otilia veía los niños que la llamaban. Se regó la noticia y causó tanta admiración que muchos decían que la muchacha estaba loca, pero lograron comprobar que no era así. Se interesaron más y algunos se ponían a cuidar a la muchacha y rezaban cuantas oraciones sabían. Dicen que el señor Ramón González les rezó una oración de los duendes y la muchacha le dijo que los niños se estaban riendo, después le dijeron que hiciera la semejanza de comer excremento de basenilla y cuando la tenía en la mano se la tumbaron y ella dijo que habían sido los duendes. Pero esto no terminaba y otros decían que los duendes estaban encantados por el pelo que era largo y tuvieron que cortarle el pelo a “coco” y era lo mismo, pero ellos observaron que cuando el padrino llegaba en la noche la muchacha se calmaba y no veía.

E. La Captura de Niños

Es la actividad favorita de los duendes. La técnica misma de la captura es variable. Así tenemos que en Potrerillos, jugando y conversando pierden a las víctimas; en Bugabita conforme la víctima se acerca ellos se alejan hasta perderla. Con cosas vistosas y atractivas los atraen en Las Tablas y La Palma hasta que los llevan a matorrales o hacia el lugar donde viven los duendes.

En el caso de Río Hato la oportunidad para los duendes fue única. En el primer caso, encontró el duende disfrazado de madre, al niño prácticamente abandonado en el camino y lo demás fue relativamente simple.

En el caso segundo de Río Hato sucedió lo mismo, una niña perdida en el bosque, situación ideal para los duendes los cuales no tuvieron prácticamente más que actuar.

Ejemplos de la Captura de Niños

Potrerillos (González, 1960)

Creen que son niños que se han extraviado de sus hogares y que al encontrarse solos, son hallados por los duendes y convertidos. Dicen que los niños salen a hacer algún mandado, entonces son encontrados por otros niños, comienzan a jugar y a conversar con ellos, cuando se dan cuenta ya están perdidos y no sabe dónde está y quien lo ha perdido.

Bugabita (Choy, 1961)

Cuando los duendes toman la apariencia del niño, lo empiezan a llamar para que éste vaya donde ellos, y cada vez que el niño se acerca éstos se alejan hasta dejarlo perdido.

Las Tablas (Quintero, 1961)

Son semejantes a niños blancos y rubios con ojos azules, se presentan comúnmente a orillas de las quebradas, especialmente donde se bañan pequeños. Sacan objetos, juguetes vistosos y golosinas que gustan a los niños, invitándolos a acercarse para obsequiarles el objeto, y una vez que llegan a un matorral, juntos desaparecen.

Río Hato (Morales, 1961)

Cuentan que cierta vez una señora se fue con su hijo hacia el monte donde trabajaba su esposo. La señora dejó el pequeño en el camino y cuando volvió al lugar ya no había nada. El niño cuenta que cuando su madre se fue, al poco rato volvió, siguiendo su camino. El anduvo con su madre, pero no comían ni tampoco le daba hambre, ni se daba cuenta donde dormía. Como a los 8 días se lo hallaron sentado en un tronco en un arrozal. La gente cree que se lo devolvieron a sus padres porque el niño crió en las piernas unos granos y los duendes no los quieren si no están sanos.

Se cuenta también que cierta vez un señor perdió su hija en el bosque. El señor preocupado se internó de nuevo y cuando llegó a un alto cerro, vio en el otro lado a su hija jugando con varios niños iguales a ella. El señor se acercó sigilosamente y cuando lo vieron se dieron a la fuga y su hija hacía lo mismo. El señor los siguió y más adelante estaba sentada en una piedra. Se le acercó por la espalda y la tomó por el pelo atrapándola. El cuerpo de la niña estaba sumamente baboso, la bañaron con agua bendita y esto se le quitó.

La Palma (Reyes, 1961)

Por lo regular, los duendes andan en busca de niños, para lo cual se comportan como tales, esperando a los niños en los ríos o en las proximidades del pueblo. Los atraen con cantos, jugando con ellos, y poco los van atrayendo para el lugar donde ellos viven y así convertirlos en otros duendes. En caso de que los niños estén bautizados, los duendes no los pueden transformar y entonces lo que hacen es perderlos.

F. El Enamoramiento de los Duendes

El caso de Santa Fe es un caso de cortejo simple, de parte de un duende transformado en hombre adulto y en perjuicio de una mujer crecida a la cual embobó por una mezcla aparente de medios naturales y sobrenaturales.

En el caso de Chitré encontramos un enamoramiento simple, por el expediente de hacerse visible. Este tipo está complicado sin embargo con una característica extraña a los duendes: la chica era majada por las noches, una actividad típica de brujas y como hemos ya expuesto extraña a los duendes.

Complicado fue el caso de Arraiján, o sea el enamoramiento por medio del lanzamiento de piedrecitas a la novia. En este caso al duende le fue suministrado tablero y tiza para que expresara coherentemente su deseo y lo expresó diciendo que quería la chica para él. Fue un amor tan insistente que hubo que sacar a la chica del pueblo y poner el mar de por medio para que el duende se apaciguara. En Monagrillo se habla de identificación amorosa entre los duendes machos y hembras con personas con sus características físicas. A los rubios, macho y hembras los duendes los enamoran y han de recurrir a medios extremos para librarse de esos amores.

Ejemplos del Enamoramiento

Santa Fe (Silvera, 1961)

Una señora del pueblo iba una vez por la montaña, cuando se le apareció un joven rubio muy apuesto, que comenzó a cortejarla. Como es natural, ella lo siguió embelesada, por parajes que ninguna persona podía pasar. No se sabe cómo lo hizo ella […].

A los días la buscaron y la encontraron en otro lugar cercano inconsciente y sin habla. Después ella explicó solamente que era el diablo.

Chitré (Aguina, 1961)

También nos cuenta el señor Julio Solís que el duende suele enamorarse de las jóvenes, que a él le tocó presenciar el caso de una joven que era perseguida por uno de esos hombrecillos. Diariamente a eso de las 6 de la tarde, la joven oía como especie de un silbido que provenía de un matojo que había al frente de su casa. Enseguida veía un bulto blanco, que se le iba acercando. Ella era la única que lo veía, pero cuando dormía se quejaba, como si alguien la estuviera majando y al día siguiente amanecía llena toda de moretones. El caso fue llevado ante el cura y éste bañó a la joven en agua bendita y luego le dio este consejo: “hija, vete un día sola al campo y cuando lo ves venir, inclínate, haz la semejanza de que estás excretando. Luego, cuando se te acerca finges que estás comiendo y le ofreces. Ten por seguro que así no te molestará más”. En efecto, así hizo la joven y el duende no la volvió a molestar jamás.

Monagrillo (Samudio, 1961)

Cuentan que son pequeños, blancos y de cabellera amarilla, cuando ven a una muchacha rubia y blanca como ellos, se enamoran y las persiguen. Estas, para que el duende las aborrezca, se ponen a hacer alguna necesidad delante de él. También las aborrecen si se ponen a llamar a sus padrinos. Los duendes hembras se enamoran de los muchachos blancos y rubios. Estos, para que los aborrezcan, realizan las mismas actividades que las mujeres.

Arraiján (Espinosa, 1961)

En cierta ocasión, me contó el señor Saturnino Tejada, que hizo unos 10 años que el duende perseguía a una sobrina suya. Desde tempranas horas de la tarde comenzaba a arrojarle piedrecitas y en vista de que no la dejaba tranquila sus padres le dieron un tablerito y una tiza para que el duende le escribiera lo que el deseaba ya que ella sola lo veía. Este le escribió que “deseaba la joven para él”, firmando su nombre finalmente, que ahora mismo el señor Tejada no recuerda. Los vecinos le aconsejaron a los padres de la chiquilla que buscara alguien que tocara guitarra en su cuarto, pues a los duendes no les gusta la música y por lo tanto lo ahuyentaría, pero no fue así. La llevaron a la iglesia y aún dentro de ella le seguía tirando piedrecitas. Para librarla de esta persecución la llevaron a Panamá, porque dicen que el duende no cruza el mar, notándose que allá no lo veía y vivía tranquila. Pero apenas regresaba a la población de Arraiján el duendecillo la seguía molestando. Un día sus familiares se pusieron a recoger las piedras que le arrojaba, las iban marcando, pero cuando acordaban las piedras desaparecían y de nuevo eran arrojadas sin que supieran como las habían rescatado otra vez. Muy preocupados sus padres, decidieron mandarla definitivamente a Panamá pues allá no veía nada, más tarde se casó y ya no volvió a ver más al duende.

G. Otras Actividades

Celebran el día en que engañaron a los ángeles, el 28 de Diciembre, se dedican a pescar en los ríos a la espera de víctimas, en Los Anastasios. En San Pablo danzan y bailan en el charco haciendo ruido, y en Monagrillo hablaban simplemente con un hombre, al que aparentemente arrebataban la sustancia de la comida, porque se informa que a pesar de que comía como para 10 hombres estaba siempre flaco.

Ejemplos de Otras Actividades

Remedios (Álvarez, 1960)

Celebran el día 28 de Diciembre como el día de los Inocentes, dicen que ese fue el día que engañaron a los ángeles.

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Al llegar vieron a una pareja de niños (varón y niña) en actitud de pescar.

San Pablo (Gallardo, 1960)

Cuentan que para la fiesta de San Juan se oían voces por toda la quebrada y dentro del pozo y que al ir la gente a ver, no había nada. Según parece eran duendes que se bañaban y tenían alguna danza.

Monagrillo (Samudio, 1961)

Hubo una vez en esta comunidad un hombre que hablaba con estos hombrecitos, comía alimentos como para 10 personas y a pesar de esto, siempre estaba flaco.

5.1.4 Las Finalidades de los Duendes

Las finalidades de los duendes no han sido generalmente explicitadas en los informes. Se han podido extraer algunas ideas relacionadas con este tema, como por ejemplo en La Palma. En esa localidad los duendes roban chicos para convertirlos en otros duendes.

Esta es la idea general que hemos encontrado que más se acerca a un fin para las actividades de los duendes en el Istmo de Panamá. Así, en Potrerillos creen que los duendes roban niños con el propósito de convertirlos a su vez en duendes. En Santa Fe, primero los captura y se los llevan a sus moradas, para después convertirlos en otros duendes. En Chorrera, los roban para transformarlos en espíritus, o sea en duendes.

Potrerillos (González, 1960)

Creen que son niños que se han extraviado de sus hogares y que al encontrarse solos, son hallados por los duendes y convertidos.

Santa Fe (Silvera, 1961)

Dicen que son niños rubios que suelen atraer a otros niños del pueblo con dulces y golosinas para llevárselos a sus moradas, en las cuencas de los ríos y quebradas. Luego los convierten en duendes.

Chorrera (L. Candanedo, 1961)

Los duendes son pequeños con cara de ancianos, rosados y rubios. Llaman a los niñitos para llevárselos y convertirlos en espíritus.

La Palma (Reyes, 1961)

Los atraen con cantos, jugando con ellos, y poco a poco los van atrayendo para el lugar donde ellos viven y así convertirlos en otros duendes.

5.1.5 Los Daños Atribuibles a los Duendes

A. Llevarse a la Gente

Los niños no son el objeto codiciado único de los duendes, puesto que atentan aún contra personas mayores. Pero los niños si son el objeto más importante de la actividad de los duendes. Y robar niños o llevárselos es el daño mayor que suele atribuirse a éstos. En Remedios los duendes fueron acusados principalmente de perder a los hijos de los trabajadores. En Los Anastasios se procura bautizar pronto a los niños no vaya a ser que los duendes se lo lleven. En Boca del Monte los “niños encantados” son acusados también de llevarse a los niños en forma de seres invisibles para todos menos para la víctima. En fin, de 20 informes sobre los duendes del Istmo, 16 de ellos representan acusaciones contra los duendes por el robo de niños.

Ejemplos de que los Duendes se Llevan a la Gente

Remedios (Álvarez, 1960)

Cuentan que los duendes eran niños que vivían en las montañas y su trabajo era el perder a los niños hijos de los trabajadores.

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Por eso la gente de Los Anastasios bautiza a sus hijos pocos días después de nacidos, pues no quieren que se los lleven los duendes.

Boca del Monte (Polanco, 1960)

Según los habitantes, los duendes son niños encantados que se llevan los niños en una forma en que nadie los puede ver, solo el niño que desean llevarse…

Potrerillos (González, 1960)

Dicen que los niños salen a hacer algún mandado, entonces son encontrados por otros niños, comienzan a jugar y conversar con ellos, cuando se dan cuenta ya están perdidos y no sabe dónde está y quién lo ha perdido.

Bugabita (Choy, 1961)

Cuando los duendes toman la apariencia del niño lo empiezan a llamar para que éste vaya hacia donde ellos y cada vez que el niño se acerca éstos se alejan hasta dejarlo perdido.

Changuinola (Hidalgo, 1961)

Se lo llevan engañados con juguetes, frutas y demás cosas que gustan a los niños.

Santa Fe (Silvera, 1961)

Dicen que son niños rubios que suelen atraer a otros niños del pueblo con dulces y golosinas para llevárselos a sus moradas, en las cuencas de los ríos y quebradas. Luego los convierten en duendes.

Santa María (Chávez, 1961)

Los duendes pierden principalmente a los niños. Se dice que muchos niños han desaparecido de sus casas en esta forma y aparecen llorando en el monte, muy solos y otros no aparecen.

Parita (Del Cid, 1961)

Cierta vez, los duendes perdieron a un niño en Parita y lo encontraron a los tres días, todo arañado y baboso a la orilla del río. Cuando lo iban a coger se les resbalaba por la cantidad de baba que tenía.

Chitré (Aguina, 1961)

Pequeño hombrecillo que siempre anda vestido de blanco o desnudo, y el cual acostumbra llevarse a los niños de corta edad que andan desnudos, solos o que aún no han sido bautizados.

Las Tablas (Quintero, 1961)

Sacan objetos, juguetes vistosos y golosinas que gustan a los niños, invitándolos a acercarse para obsequiarles el objeto, y una vez que llegan a un matorral, juntos desaparecen.

San Carlos (Crompton, 1961)

Tienen la creencia, las personas de este lugar, que los duendes se llevan a los niños pequeños a lugares muy distantes…

Chorrera (L. Candanedo, 1961)

Los duendes son pequeños con cara de ancianos, rosados y rubios. Llaman a los niñitos para llevárselos y convertirlos en espíritus.

Arraiján (Espinosa, 1961)

Otro señor me contó que hace unos 20 años los duendes raptaron a una niñita…

Chepo (J. Candanedo, 1961)

Los duendes no parecen querer hacer mayor daño que perder a los niños en el bosque.

La Palma (Reyes, 1961)

En caso de que los niños estén bautizados, los duendes no los pueden transformar y entonces lo que hacen es perderlos.

B. El Maltrato a Niños

Hay veces los duendes abandonan a los niños porque de alguna manera dejan de ser útiles a sus fines. En esos casos, los niños resultan maltratados por sus captores de diversas maneras.

Una de las maneras características fue informada desde Río Hato. Una niña se había perdido en el bosque y su padre logró encontrarla: el cuerpo de la niña estaba sumamente baboso, con agua bendita se le pudo quitar la baba y tenía el complejo de huida fuertemente entronizado.

En el caso de Parita encontraron a un niño perdido a los tres días arañado y baboso a la orilla del río. Cuando lo iban a coger resbalaba por la cantidad de baba que tenía.

En San Carlos los niños abandonados por los duendes aparecen enredados en la maraña y con una capa babosa sobre la piel la cual dificulta que lo agarren. Además el cuerpo de la criatura queda relajado o sea aguado y permanece tonto por un tiempo. Así, el daño más considerable y característico en este aspecto es el babeado de los individuos afectados por el abandono.

Ejemplos del Maltrato a Niños

Parita (Del Cid, 1961)

Cierta vez, los duendes perdieron a un niño en Parita y lo encontraron a los tres días, todo arañado y baboso a la orilla del río. Cuando lo iban a coger se les resbalaba por la cantidad de baba que tenía.

Río Hato (Morales, 1961)

El señor los siguió y más adelante estaba sentada en una piedra. Se le acercó por la espalda y la tomó por el pelo atrapándola. El cuerpo de la niña estaba sumamente baboso, la bañaron con agua bendita y eso se le quitó. A la niña hubo que vigilarla mucho puesto que tenía el propósito de irse nuevamente.

San Carlos (Crompton, 1961)

Cuando a un niño o niña se lo lleva un duende, los únicos que pueden salir en su busca son los padrinos de la criatura y llevar con ellos agua bendita. Es horrible el estado en que encuentran la criatura, pues casi siempre aparecen enredados en la maraña y con una capa babosa sobre la piel la cual dificulta que lo agarren pues resbala. Es entonces cuando juega papel importante el agua bendita porque el cuerpo de la criatura después de ser regado por esta agua se puede coger bien. Por lo general el cuerpo de la criatura queda relajado o sea aguado y permanece tonto por un tiempo.

C. Los Ataques a la Gente

Los ataques a la gente en general son pocos relativamente. De Boca del Monte informaron de dos tipos: el tirar frutas de marañón a los pasantes y el caso de la paila de arroz del señor Fuentes la cual le pusieron en la cabeza. En el caso de Chitré, el majar al objeto de su amor por las noches fue actividad única informada de los duendes del área contra la gente.

El caso del hombre de Monagrillo casi no se podría considerar como ataque a la gente, sin embargo el individuo resultaba evidentemente perjudicado de su relación con los duendes.

El caso de Arraiján consistió en el apedreo leve de la enamorada por parte del duende-galán, técnica por otra parte muy difundida en el Istmo de Panamá. Constituye sin embargo un verdadero atentado por la persistencia mostrada por el duende.

Ejemplos de Ataques a la Gente

Boca del Monte (Polanco, 1960)

Allí la niña veía los duendes que tiraban frutas de marañón a la gente […]

El señor Fuentes tenía una paila de arroz cocido en una barbacoa y de un momento a otro tenía llena la cabeza de comida.

Chitré (Aguina, 1961)

Ella era la única que lo veía, pero cuando dormía se quejaba, como si alguien la estuviese majando y al día siguiente amanecía llena de moretones.

Monagrillo (Samudio, 1961)

Hubo una vez en esta comunidad un hombre que hablaba con estos hombrecitos comía alimento como para diez personas y a pesar de esto, siempre estaba flaco.

Arraiján (Espinosa, 1961)

En cierta ocasión me contó el señor Saturnino Tejada, que hizo unos 10 años que el duende perseguía a una sobrina suya. Desde tempranas horas de la tarde comenzaba a arrojarle piedrecitas y en vista de que no la dejaba tranquila…

5.1.6 Los Controles sobre los Duendes

A. El Control por Defecación

El control favorito para mantener apartados a los duendes es el de hacer como si se defecara y a continuación hacer como si se degustara el excremento.

El método dio resultados en Chitré, en donde le fue recomendado con éxito a la chica que perseguía con propósitos amorosos un duende.

En Monagrillo, para que el duende aborrezca a las chicas parecidas a ellos, estas invariablemente recurren a este método.

En Río Hato la única forma reconocida de ahuyentar a los duendes es que el niño trate de obrar y semeje que come el excremento. La justificación dada al método por los riohateños es que como los duendes no tienen esta clase de necesidades, le tomarán al niño mucha rabia.

En Chorrera, una abuela aconsejó a su nieto, que estaba siendo invitado por un duende, aguzarse y hacer como si se comieran el excremento. La justificación del método fue el reconocer que ellos son muy aseados y le repugnó lo que los niños hicieron.

En San Carlos recomiendan poner al niño a defecar y después a jugar con el pupú (excremento). Esta, la del juego con el excremento es la única variante, del sistema corriente de imitar la degustación.

Ejemplos del Control por Defecación

Chitré (Aguina, 1961)

El caso fue llevado ante el cura, y éste bañó a la joven en agua bendita, y luego le dio este consejo: “Hija, vete un día sola al campo y cuando lo ves venir, inclínate, haz la semejanza de que estás excretando. Luego cuando se te acerca, finges que estás comiendo y le ofreces. Ten por seguro que así no te molestará más.” En efecto, así lo hizo la joven y el duende no la volvió a molestar jamás.

Monagrillo (Samudio, 1961)

Estas para que el duende las aborrezca, se ponen a hacer alguna necesidad delante de él.

Río Hato (Morales, 1961)

La única forma de ahuyentar a los duendes es que el niño trate de obrar y semeje que se come el excremento. Los duendes si lo ven le tomarán mucha rabia puesto que esos señores no tienen esta clase de necesidad.

Chorrera (L. Candanedo, 1961)

Enseguida la abuela les dijo: “Agúzence, y hagan como si comieran el excremento.” Y cuentan, que el duende, enseguida se retiró para siempre, “porque ellos son muy aseados y le repugnó lo que los niños hicieron”.

San Carlos (Crompton, 1961)

Para evitar los duendes se dicen palabras vulgares, o bien se pone al niño a obrar o defecar y después a jugar con el pupú, como se dice. Con esto se ahuyentan, pues se dice que no les gusta oír palabras malas.

B. El Control por Agua Bendita

El agua bendita sirve especialmente para curar efectos posteriores de un contacto con los duendes.

Así en los Anastasios, uno de los remedios contra los efectos posteriores de los duendes sobre un ternero consistió en ordenar que lo bañaran con agua bendita en cruz. En Chitré, el agua bendita fue usada como medio de apoyo al tratamiento de la excreción. En San Carlos, el agua bendita juega un papel importante para limpiar el cuerpo de la criatura babeada en acto final por los duendes e igualmente en Río Hato.

Ejemplos del Control por Agua Bendita

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Entonces según las indicaciones del curandero, lo bañaron con agua bendita en cruz…

Chitré (Aguina, 1961)

El caso fue llevado ante el cura, y éste bañó a la joven en agua bendita y luego le dio este consejo…

San Carlos (Crompton, 1961)

Es entonces cuando juega papel importante el agua bendita porque el cuerpo de la criatura después de ser regado por esta agua se puede coger bien.

Río Hato (Morales, 1961)

El cuerpo de la niña estaba sumamente baboso, la bañaron con agua bendita y esto se le quitó.

C. El Control por la Intervención del Padrino

Un padrino constituye una relación mágica que controla con frecuencia la actividad de los duendes.

En Boca del Monte fue el medio único para controlar las molestias que causaban los duendes a una chica. En San Carlos, los únicos que pueden buscar a un niño robado por duendes son los padrinos de la criatura. Es decir son los únicos que tienen esperanza de éxito. Y en Monagrillo, los padrinos, simplemente mencionados hacen el efecto de alejar a los duendes por aborrecimiento.

Ejemplos del Control: Intervención del Padrino

Boca del Monte (Polanco, 1960)

… pero ellos observaron que cuando el padrino llegaba en la noche la muchacha se calmaba y no veía nada, pero cuando se retiraba comenzaba a ver nuevamente los niños y los padrinos se la llevaron por un tiempo y hasta la fecha no ha visto más.

San Carlos (Crompton, 1961)

Cuando a un niño o niña se lo lleva un duende los únicos que pueden salir en su busca son los padrinos de la criatura…

Monagrillo (Samudio, 1961)

También las aborrecen si se ponen a llamar a sus padrinos.

D. El Control de las Malas Palabras

Este es un control que debe tener relación con la teoría general de que los duendes son arrestados en su actividad por actividades genéricamente consideradas sucias.

Consiste en hacer que los niños digan palabras groseras y sucias en su conversación. Fue informado de Parita y desde San Carlos y la justificación del control fue que los duendes son y andan limpios y rechazan las palabras y actos sucios así como la suciedad en general.

Ejemplo del Control Suciesa en los Niños

Parita (Del Cid, 1961)

Para ahuyentar a los duendes de los niños que están sin bautizar, tienen que andar sucios y decir malas palabras, pues los duendes siempre andan limpios y rechazan a los niños sucios.

San Carlos (Crompton, 1961)

Para evitar a los duendes se dicen palabras vulgares…

E. Controles Varios

En Los Anastasios piensan que los duendes son controlados bautizando a los niños recién nacidos. En Bugabita fueron informados dos controles: el evitar que los niños anden solos, y el introducir algún mellizo en los grupos de juego que hayan visto duendes.

Otros controles fueron típicamente religiosos y de uso aprobado por la Iglesia Católica como el caso de Las Tablas de medallitas, crucifijos, escapularios, etc., para arrestar la actividad de los duendes.

En Arraiján experimentaron con éxito la teoría anti-duende de que estos no pueden cruzar el mar. Y por último, en Río Hato, los duendes devolvieron a un niño que estaba enfermo de erupciones en la piel y la gente dice que eso no agrada a los duendes y que rechazan siempre a los niños enfermos.

Ejemplos de Controles Varios

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Por eso la gente de los Anastasios bautiza a sus hijos pocos días después de nacidos, pues no quieren que se lo lleven los duendes.

Bugabita (Choy, 1961)

La forma de evitar esto es que los niños no anden solos por el monte que siempre que salgan lo hagan acompañados […].

También cuentan otras personas que a los “mellos” no les salen los duendes, que cuando anda un mello en el grupo de algunos muchachitos, éstos no aparecen.

Las Tablas (Quintero, 1961)

Para evitar que los duendes se lleven a los niños se les ponen resguardos consistentes en medallitas, crucifijos, escapularios y otros objetos benditos.

Arraiján (Espinosa, 1961)

Para librarla de esta persecución la llevaron a Panamá porque dicen que el duende no cruza el mar, notándose que allá no lo veía y vivía tranquila.

Río Hato (Morales, 1961)

La gente cree que se lo devolvieron a sus padres porque el niño crió en las piernas unos granos y los duendes no los quieren si no están sanos.

5.1.7 Las Relaciones Humanas de los Duendes

A. Los Tipos Humanos Relacionados: Los Niños

Es el principal tipo humano relacionado con los duendes. Antes se han establecido varias variantes de esas relaciones, y es indispensable volver aquí a insistir en el hecho de que este es el ser humano más importante para los duendes.

Ejemplos de Tipos Humanos Relacionados: Los Niños

Villa Neilly (Castillo, 1961)

Algunas veces se aparecen a los moros como si fueran niños conocidos o como hermanitos de los güilas, para lograr una captura sin trabajos.

Remedios (Álvarez, 1960)

Y así cuentan ellos que esto les ha sucedido muchas veces con sus hijos a consecuencia de que los duendes se les aparecen.

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Por eso la gente de los Anastasios bautiza a sus hijos pocos días después de nacidos, pues no quieren que se los lleven los duendes.

Boca del Monte (Polanco, 1960)

… los duendes son niños encantados que se llevan los niños en una forma en que nadie los puede ver, solo el niño que desean llevarse…

Potrerillos (González, 1960)

Creen que son niños que se han extraviado de sus hogares y que al encontrarse solos, son hallados por los duendes y convertidos.

Bugabita (Choy, 1961)

Cuando los duendes toman la apariencia del niño lo empiezan a llamar para que éste vaya hacia donde ellos y cada vez que el niño se acerca éstos se alejan hasta dejarlo perdido.

Changuinola (Hidalgo, 1961)

Salen en las orillas de los ríos y solo se aparecen a los niños que andan solos.

Santa Fe (Silvera, 1961)

Dicen que son niños rubios que suelen atraer a otros niños del pueblo…

Santa María (Chávez, 1961)

Los duendes pierden principalmente a los niños.

Parita (Del Cid, 1961)

También se dice que son unos niños blancos, rubios, que andan descalzos y desnudos y que por medio de engaños tratan de llevarse a los niños.

Chitré (Aguina, 1961)

… y el cual acostumbra llevarse a los niños de corta edad…

Las Tablas (Quintero, 1961)

Para evitar que los duendes se lleven a los niños…

Río Hato (Morales, 1961)

La gente cree que lo devolvieron a sus padres porque el niño crió en las piernas unos granos y los duendes no los quieren si no están sanos.

San Carlos (Crompton, 1961)

Tienen la creencia, las personas de este lugar, que los duendes se llevan a los niños pequeños a lugares muy distantes…

Chorrera (L. Candanedo, 1961)

Llaman a los niños para llevárselos y convertirlos en espíritus.

Arraiján (Espinosa, 1961)

Otro señor me contó que hace unos 20 años los duendes raptaron a una niñita…

Chepo (J. Candanedo, 1961)

Son seres malignos dedicados completamente a espantar a los chicos pequeños.

La Palma (Reyes, 1961)

Por lo regular los duendes andan en busca de niños.

B. Los Tipos Humanos Relacionados: Los Adolescentes

Las relaciones de los duendes con adolescentes se refieren generalmente a relaciones amorosas.

Tal es el caso de Chitré, en el cual un duende se enamoró de una chica y se dedicó a majarla por las noches. También en el caso de Monagrillo, en que los duendes se enamoran de chicas y chicos rubios, el amor es el motivo más fuerte de la relación con los adolescentes.

La técnica arraijanera del enamoramiento de adolescentes consiste en arrojar piedrecitas. En otra parte hemos anotado que esta técnica es razonablemente corriente en las áreas rurales panameñas y no es privativa de los duendes.

Ejemplos de Tipos Humanos Relacionados: Los Adolescentes

Chitré (Aguina, 1961)

También nos cuenta el señor Julio Solís que el duende suele enamorarse de las jóvenes, que a él le tocó presenciar el caso de una joven que era perseguida por uno de esos hombrecillos.

Monagrillo (Samudio, 1961)

Cuentan que son pequeños, blancos y de cabellera amarilla, cuando ven a una muchacha rubia y blanca, como ellos, se enamoran y las persiguen. Estas, para que el duende las aborrezca se ponen a hacer alguna necesidad delante de él. También las aborrecen si se ponen a llamar a sus padrinos. Los duendes hembras se enamoran de los muchachos blancos y rubios. Estos para que los aborrezcan realizan las mismas actividades que las mujeres.

Arraiján (Espinosa, 1961)

En cierta ocasión me contó el señor Saturnino Tejada, que hizo unos 10 años que el duende perseguía a una sobrina suya. Desde tempranas horas de la tarde comenzaba a arrojarle piedrecitas y en vista de que no la dejaba tranquila sus padres le dieron un tablerito y una tiza para que el duende le escribiera lo que deseaba ya que ella sola lo veía. Este le escribió que “deseaba la joven para él”, firmando su nombre finalmente…

C. Los Tipos Humanos Relacionados: Los Adultos

Varios tipos de adultos se relacionaron en los pueblos del Istmo, de una manera u otra con los duendes.

En primer lugar el caso de Los Anastasios. Una campesina fue aterrorizada por una pareja de duendes al parecer sin que mediara causa alguna. En el caso de Santa Fe, una señora del pueblo fue conquistada amorosamente y después maltratada por un duende transformado en adulto rubio. En Santa María, una señora fue víctima de un intento de captura por parte de un duende disfrazado de pariente suya. No hay, en estos casos mencionados, más relación que la que son señoras los individuos afectados.

En los Anastasios un cazador de conejos fue asustado y perdió su perro en un encuentro con los duendes. Pero el caso más extraño corresponde a Monagrillo, donde había un hombre que hablaba con los duendes, comía como para 10 hombres y siempre estaba flaco.

Ejemplos de Tipos Humanos Relacionados: Los Adultos

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Cierta vez una señora fue a recoger nances en una huerta cercana. Como a las 2 de la tarde, sin que ella oyera nada, se le aparecieron dos muchachitos muy rubios e igualitos, solo que uno era varón y otro niña. Ella se asustó ya que no reconocía a los niños, pues no se parecían a ninguno de los que por ahí vivían. Cuando les fue a dar nance de la lata que tenía desaparecieron sin dejar rastros de ninguna clase.

Santa Fe (Silvera, 1961)

Una señora del pueblo iba una vez por la montaña, cuando se le apareció un joven rubio y muy apuesto, que comenzó a cortejarla. Como es natural, ella lo siguió embelesada, por parajes que ninguna persona podía pasar. No se sabe cómo lo hizo ella. A los días la buscaron y la encontraron en otro lugar cercano inconsciente y sin habla. Después ella explicó solamente que era el Diablo.

Santa María (Chávez, 1961)

Tenemos el caso de una señora que salió a buscar leña al monte y se encontró con una sobrina la cual le hablaba insinuándole llevársela para algún lado. Cuando ella regresó a la casa, le dijeron que la sobrina no estaba en casa, que se había ido al pueblo hacia muchas horas.

Los Anastasios (Martínez-Gallegos, 1961)

Otro caso de que aparecieron los duendes, o se “metieron en el alma”, fue el siguiente: Un señor cazador de conejos, junto con su perro, se fue a corretear los conejos para así tener algo que vender al día siguiente. El método de este señor para cazar conejos era hacerlos correr para meter en un hueco que tenía especialmente preparado para esto. Cuando ya tenía el conejo dentro del hueco, el señor le metía candela, y al salir el conejo debido al humo y el calor, el perro lo cogía. Esta vez para asombro de todos, al meterle fuego al hueco, no salió el conejo, sino un sapo cubierto todo de pelos muy negros y muy largos. Al saltar el sapo le cayó encima al perro y cayeron juntos al agua. Al poco rato tiempo después, el perro moría de grandes convulsiones. Lo que nos dijo el señor era que los duendes se le habían metido al conejo para convertirse en sapo y así asustar a los cazadores de conejo.

Monagrillo (Samudio, 1961)

Hubo una vez en esta comunidad un hombre que hablaba con estos hombrecitos comía alimentos como para diez personas y a pesar de esto, siempre estaba flaco.

5.1.8 Las Relaciones Sobrenaturales de los Duendes

A. Las Relaciones Sobrenaturales: Los Padrinos

Con los padrinos y con el Diablo son prácticamente las únicas relaciones de carácter sobrenatural que mantienen los duendes. Las relaciones con los padrinos parecen ser de esencia mágica. Los padrinos suelen ser para los duendes especie de barreras mágicas que inhiben sus actividades corrientes. Por ejemplo, el caso de Boca del Monte, en ese caso bastaba la llegada del padrino para que los duendes se apartaran de su quehacer corriente. Lo mismo pasa en Monagrillo, donde la mención del padrino es considerado un método seguro para alejar a los duendes. Más importante aún es el padrino en San Carlos, sitio en donde el único que puede buscar con éxito a niños robados por los duendes es el padrino.

Así, pues, se trata al parecer de una barrera mágica, cuya estructura no fue especificada en los informes.

La relación con el Diablo que fue informada desde Remedios es una relación muy remota, se refiere al origen de los duendes y da la impresión que éstos se alejaron del Diablo desde ese tiempo y que ahora actúan por su cuenta.

En fin, las relaciones sobrenaturales de los duendes representan un problema, porque no se refieren a las entidades éticas en que dividen corrientemente los panameños lo sobrenatural. Se trata de otra dimensión sobrenatural, en la cual los duendes por ejemplo no tienen relaciones con Dios o con el Diablo. Además sus características muy especializadas, los ponen en un status parecido al del Diablo y al de Dios pero sin el fuerte lastre de las características éticas que limitan estos entes en el pensamiento católico popular del Istmo de Panamá. Así estos duendes se acercan mucho al tipo de Dioses primitivos, llenos de caprichos y mañas, junto con límites de poder variados.

Ejemplos de Relaciones Sobrenaturales: Los Padrinos

Boca del Monte (Polanco, 1960)

… pero ellos observaron que cuando el padrino llegaba en la noche la muchacha se calmaba y no veía nada, pero cuando se retiraba comenzaba a ver nuevamente los niños y los padrinos se la llevaron por un tiempo y hasta la fecha no se ha visto más.

Monagrillo (Samudio, 1961)

También las aborrecen si se ponen a llamar a sus padrinos.

San Carlos (Crompton, 1961)

Cuando a un niño o niña se lo lleva un duende los únicos que pueden salir en su busca son los padrinos de la criatura y llevar con ellos agua bendita.

Ejemplos de Relaciones Sobrenaturales: con el Diablo

Remedios (Álvarez, 1960)

De su origen se dice que existen desde el principio del mundo cuando Dios arrojó al Diablo. Este se llevó algunos angelitos inocentes y que hoy en día han venido a ser los duendes.

5.1.9 Descripciones del Fenómeno en los Poblados

  1. Los Duendes de Villa Neilly, R. de Costa Rica.

    Castillo (1961, pp. 62–63)

    Como las montañas son los lugares de más cuentos y el lugar preferido de los espíritus, no es novedad que los duendes vivan en ella. Se me informó que en la montaña viven unos espíritus que se representan en forma de niños o “güilas” y demuestran un interés por los moros (los no bautizados). Algunas veces se aparecen a los moros como si fueran niños conocidos o como hermanitos de los güilas, para lograr una captura sin trabajos. Hasta el momento, no se ha registrado ningún caso de niños desaparecidos en las montañas y que este hecho se les atribuye a los duendes.

  2. Los Duendes de Remedios, Chiriquí.

    Álvarez (1960, pp. 20–21)

    Hace algunos años que no aparecen por el poblado, ni se menciona nada de ellos. Cuentan que los duendes eran niños que vivían en las montañas y su trabajo era el de perder a los niños hijos de los trabajadores. Ellos consiguen atraer a los niños ofreciéndoles golosinas, que ellos jamás han visto, lo mismo que juguetes. De su origen se dice que existen desde el principio del mundo cuando Dios arrojó al Diablo. Este se llevó algunos angelitos inocentes, y que hoy en día han venido a ser los duendes. Los duendes tienen la facultad de convertirse en la forma que ellos crean más efectiva para engañar a los niños; pueden convertirse en el padre o en la madre del niño si así ellos lo desean.

    Celebran el día veintiocho de Diciembre como el día de los inocentes, dicen que ese fue el día que engañaron a los ángeles.

    Cuentan que hace pocos años, muchos habitantes del poblado viajaban a “Pan de Azúcar” a buscar sal a las “Albinas”, y sucedió que un día cuando estaban conversando en el patio del rancho, una de las niñas, hija de una de las familias que estaban allí, se extrañó que su hija fuera para los pozos a esa hora y le preguntaron que para dónde iba. Ella respondió que iba para donde su mamá que la estaba llamando. Al ver todos que la niña iba a salir corriendo la sujetaron para que no se fuera, a pesar de los gritos y deseo de la niña.

    Y así cuentan ellos que esto les ha sucedido muchas veces con sus hijos a consecuencia de que los duendes se les aparecen.

  3. Los Duendes de Los Anastasios, Chiriquí.

    Martínez-Gallegos (1961, pp. 91–93)

    “Los duendes de Los Anastasios, son seres sobrenaturales y de leyenda. Entre más chiquititos son, más maldades hacen”, dice la gente. Casi siempre se aparecen en parejas: una niña y un niño vestidos solamente con un pantaloncito muy corto. Cierta vez una señora fue a recoger nances en una huerta cercana. Como a las 2 de la tarde, sin que ella oyera nada, se le aparecieron 2 muchachitos muy rubios e igualitos, solo que uno era varón y otra niña. Ella se asustó ya que no reconocía a los niños, pues no se parecían a ninguno de los que por allí vivían. Cuando les fue a dar nance de la lata que tenía, desaparecieron sin dejar rastros de ninguna clase. “Los duendes son niños que están moros”. Por eso la gente de Los Anastasios bautiza a sus hijos pocos días después de nacidos, pues no quieren que se los lleven los duendes. Estos toman la forma y apariencia de un familiar del que se quieren llevar; ya sea la madre, el padre, un hermano etc. Cerca de una quebrada que se llama “El Charco de los Pájaros” se perdió un ternero. Los dueños decían que eran los duendes, porque todo el día anterior la vaca había estado bramando. Toda la noche y el día se pasaron buscando el ternero y nada que aparecía. Ya cansados de tanto esperar y de buscar fueron donde el curandero para preguntarle. Este les dijo: “Vuelvan mañana y les diré si es duende y como pueden encontrar al ternero y curarlo”. Así fue: les dijo que estaba en una isleta cerca del “Charco de los Pájaros”. Por más que hicieron todo lo posible para traerlo, el ternero no se movió de allí. Entonces, según las indicaciones del curandero, lo bañaron con agua bendita en cruz, lo sajumaron con caraña hedionda, y lo amarraron bien fuerte porque todavía estaba medio “zoquete”. Se dice también que en el Charco de los Pájaros se oye a veces, como que alguien se está bañando; cuando van a ver, no hay nadie ni ningún signo de que alguien haya estado ahí.

    Otro caso de que aparecieron los duendes, o se “metieron en el alma”, fue el siguiente: Un señor cazador de conejos, junto con su perro, se fue a corretear los conejos para así tener algo que vender al día siguiente. El método de este señor para cazar conejos era hacerlos correr hasta meter en un hueco que tenía especialmente preparado para esto. Cuando ya tenía el conejo dentro del hueco, el señor le metía candela, y al salir el conejo, debido al humo y al calor, el perro lo cogía. Esta vez, para asombro de todos, al meterle fuego al hueco, no salió el conejo, sino un sapo cubierto todo de pelos muy negros y muy largos. Al saltar el sapo le cayó encima al perro y cayeron juntos al agua. Al poco tiempo después, el perro moría de grandes convulsiones. El curandero dijo que había muerto hechizado. Lo que nos dijo el señor era que los duendes se le habían metido al conejo para convertirse en sapo y así asustar a los cazadores de conejos.

    En otra ocasión, una señora se dirigía con sus hijos, hacia una vieja curtiembre, para proveerse de algún pez para el almuerzo.

    Al llegar vieron una pareja de niños (varón y niña) en actitud de pescar. Pero al acercarse, uno de los pequeñuelos corrió hacia donde estaban los duendes pescando. La madre al ver esto, se fue detrás corriendo hasta alcanzarlo, pero hubo necesidad de sujetarlo fuertemente. Ya cuando el niño se calmó le preguntaron por qué corría con tanta desesperación derechito al río; el niño dijo que había visto a uno de sus hermanitos (en el lugar en que estaban los niños pescando), que lo estaba llamando.

    Inmediatamente todos buscaron con la mirada a los niños, pero cual fue el asombro al ver que ya habían desaparecido de allí y el único camino accesible a ese lugar, era precisamente, donde ellos estaban.

  4. Los Duendes de Boca del Monte, Chiriquí.

    Polanco (1960, pp. 106–107)

    Los Duendes hasta hace poco tiempo todavía eran mencionados. Cuando dicen que en algunas partes cercanas hay casas de los Duendes se refieren a peñas grandes que semejan casas. Según los habitantes, los duendes son niños encantados que se llevan los niños en una forma en que nadie los puede ver, solo el niño que desean llevarse y los encantan mostrándoles cosas llamativas que los convencen. Es curioso un caso que ocurrió en este lugar, es algo increíble, según dicen con toda seguridad los familiares de la persona afectada. Sucedió en la montaña de Barro Blanco, donde trabajaba el señor Jacinto Serrano, que tenía una nieta llamada Otilia de trece años de edad, era trigueña y tenía el pelo largo y bonito. Una tarde de esas hermosas de verano se fue a buscar agua y regresó a la casa con la novedad de que había visto unos niños que la invitaban ofreciéndole sortijas y prendas. El abuelo no le hacía caso, pero la muchacha seguía con el tema. Y al ver el abuelo que la nieta insistía en que veía los niños, salió al pueblo de Boca del Monte a un lugar llamado “La Malagueña”, donde había un sitio de marañones. Allí la niña veía los duendes que tiraban frutas de marañón a la gente. El encanto seguía cada día más y ya la muchacha se quería ir. El señor Fuentes tenía una paila de arroz cocido en una barbacoa y de un momento a otro tenía llena la cabeza de comida. Optó entonces por venir más cerca del pueblo, pero solo Otilia veía los niños que la llamaban.

    Se regó la noticia y causó tanta admiración que muchos decían que la muchacha estaba loca, pero lograron comprobar que no era así.

    Se interesaron más y algunos se ponían a cuidar la muchacha y rezaban cuantas oraciones sabían. Dicen que el señor Ramón González les rezó una oración de los Duendes y la muchacha le dijo que los niños se estaban riendo, después le dijeron que hiciera la semejanza de comer excremento de basenilla y cuando la tenía en la mano se la tumbaron y ella dijo que habían sido los duendes. Pero esto no terminaba y otros decían que los duendes estaban encantados por el pelo que, era largo y tuvieron que cortarle el pelo al “coco” y era lo mismo, pero ellos observaron que cuando el padrino llegaba en la noche la muchacha se calmaba y no veía nada, pero cuando se retiraba comenzaba a ver nuevamente los niños y los padrinos se la llevaron por un tiempo y hasta la fecha no ha visto más.

  5. Los Duendes de Potrerillos, Chiriquí.

    González (1960, p. 136)

    Los duendes son niños que siempre andan desnudos, sin zapatos y que vagan por las orillas de ríos y quebradas. Son de baja estatura y poca edad. Creen que son niños que se han extraviado de sus hogares y que al encontrarse solos, son hallados por los duendes y convertidos. Dicen que los niños salen a hacer algún mandado, entonces son encontrados por otros niños, comienzan a jugar y a conversar con ellos, cuando se dan cuenta ya están perdidos y no sabe dónde está y quién lo ha perdido.

  6. Los Duendes de San Pablo, Chiriquí.

    Gallardo (1960, p. 63)

    En mediación de los llanos de San Pablo, había un pozo grande, protegido por un barranco como de tres metros de profundidad, llamado El Choclón. De este pozo surgía una quebrada llamada Abelina, esta quebrada antiguamente tenía una peculiaridad extraordinaria y era que como a 200 metros en redondo, a partir del pozo, no había ningún árbol, sólo sabana; cosa muy rara, ya que en las quebradas, una de sus características, es la vegetación exuberante, y a partir de los 200 metros aproximadamente, crecían corpulentos árboles como en cualquier otra quebrada. Cuentan que para la fiesta de San Juan se oían voces por toda la quebrada y dentro del pozo y que al ir la gente a ver, no había nada. Según parece, eran duendes que se bañaban y tenían alguna danza.

    Una vez el señor Tomás Morales venía, por la sabana, era de mañana, cuando de pronto vio un niñito muy bonito y bien vestido que brillaba, caminando por la sabana, se acercó a un potrillo que estaba separado de su madre y se montó. La madre del potrillito al ver que se alejaba su hijo, corrió tras él, el niñito se tiró al suelo y desapareció. El mismo señor, una mañana de San Juan, se levantó a buscar un caballo a la sabana, para salir a pasear, cuando se encontró un gallo que estaba cantando: él lo siguió y el gallo se dirigió hacia el Choclón. Al estar cerca, oyó unas voces de niños y al acercarse más vio un muchachero, que al verlo, se tiraron al pozo. Él se atemorizó y se fue para su casa.

  7. Los Duendes de Bugabita, Chiriquí.

    Choy (1961, pp. 105–106)

    Según cuenta la gente, en Bugabita los duendes aparecen en forma de niños. Dicen que éste toma la apariencia de cualquier niño que sea muy travieso o que ande mucho por los montes. Cuando los duendes toman la apariencia del niño lo empiezan a llamar para que éste vaya hacia donde ellos y cada vez que el niño se acerca éstos se alejan hasta dejarlo perdido. Cuentan que una vez había dos mellizos chicos y que uno se había quedado en la casa. Cuando llegó al río se encontró que había un muchachito igualito a su hermanito y que lo estaba llamando desde una piedra. El niño se devolvió corriendo para su casa y cuando llegó encontró a su hermanito en la casa. Al contar lo que había visto los padres le dijeron que era un duende porque su otro hermanito no había salido de la casa. La forma de evitar esto es que los niños no anden solos por el monte que siempre que salgan lo hagan acompañados. También cuentan otras personas que a los “mellos” no les salen los duendes, que cuando anda un mello en el grupo de algunos muchachitos, éstos no aparecen.

  8. Los Duendes de Changuinola, Bocas del Toro.

    Hidalgo (1961, p. 168)

    Duendes son niños que siempre andan desnudos. Salen en las orillas de los ríos y sólo aparecen a los niños que andan solos. Dicen que éstos no les hacen daño, sólo les gusta jugar con ellos. Se los llevan engañados con juguetes, frutas y demás cosas que gustan a los niños.

  9. Los Duendes de Santa Fe, Veraguas.

    Silvera (1961, p. 82)

    Esta es otra creencia popular en el pueblo. Dicen que son niños rubios que suelen atraer a otros niños del pueblo con dulces y golosinas para llevárselos a sus moradas, en las cuencas de los ríos y quebradas. Luego los convierten en duendes.

    Por considerarlo de interés, referiré la versión de un señor muy respetable en el pueblo, acerca del diablo.

    Una señora del pueblo iba una vez por la montaña, cuando se le apareció un joven rubio muy apuesto, que comenzó a cortejarla. Como es natural, ella lo siguió embelesada, por parajes que ninguna persona podía pasar. No se sabe cómo lo hizo ella. A los días la buscaron y la encontraron en otro lugar cercano inconsciente y sin habla. Después ella explicó solamente que era el Diablo.

  10. Los Duendes de Santa María, Herrera.

    Chávez (1961, pp. 62–63)

    Se dice que son chicos, que se encuentran en los montes, que tienen la propiedad de transformarse en cualquier familiar de las personas escogidas por ellos. Se transforman tan idénticos que la persona no tiene ni la más remota idea de que no son sus familiares. Tenemos el caso de una señora que salió a buscar al monte y se encontró con una sobrina la cual le hablaba insinuándole llevársela para algún lado. Cuando ella regresó a la casa, le dijeron que la sobrina no estaba en casa, que se había ido al pueblo hacía muchas horas. Los duendes pierden principalmente a los niños. Se dice que muchos niños han desaparecido de sus casas en esta forma y aparecen llorando en el monte, muy solos, y otros no aparecen.

  11. Los Duendes de Parita, Herrera.

    Del Cid (1961, p. 105)

    Los duendes son espíritus malos que se presentan ante los niños sin bautizar, con las características de cualquier familiar, ya sea el papá, la mamá o los hermanos. También se dice que son unos niños blancos, rubios, que andan descalzos y desnudos y que por medio de engaños tratan de llevarse a los niños.

    Para ahuyentar a los duendes de los niños que están sin bautizar, tienen que andar sucios, y decir malas palabras, pues los duendes siempre andan limpios y rechazan los niños sucios.

    Cierta vez, los duendes perdieron a un niño en Parita y lo encontraron a los tres días, todo arañado y baboso a la orilla del río. Cuando lo iban a coger se les resbalaba por la cantidad de baba que tenía.

  12. Los Duendes de Chitré, Herrera.

    Aguina (1961, pp. 116–117)

    Pequeño hombrecillo que siempre anda vestido de blanco o desnudo, y el cual acostumbra llevarse a los niños de corta edad que andan desnudos, solos o que aún no han sido bautizados.

    También nos cuenta el señor Julio Solís que el duende suele enamorarse de las jóvenes, que a él le tocó presenciar el caso de una joven que era perseguida por uno de esos hombrecillos. Diariamente a eso de las 6 de la tarde, la joven oía como especie de un silbido que provenía de un matojo que había al frente de su casa. Enseguida veía un bulto blanco, que se le iba acercando. Ella era la única que lo veía, pero cuando dormía se quejaba, como si alguien la estuviera majando y al día siguiente amanecía llena toda de moretones.

    El caso fue llevado ante el cura, y éste bañó a la joven en agua bendita y luego le dio este consejo: “hija, vete un día sola al campo y cuando le ves venir, inclínate haz la semejanza de que estás excretando. Luego cuando se te acerca finges que estás comiendo y le ofreces. Ten por seguro que así no te molestará más.” En efecto, así lo hizo la joven y el duende no la volvió a molestar jamás.

  13. Los Duendes de Monagrillo, Herrera.

    Samudio (1961, p. 91)

    Cuentan que son pequeños, blancos y de cabellera amarilla, cuando ven a una muchacha rubia y blanca, como ellos, se enamoran y las persiguen. Estas para que el duende las aborrezca se ponen a hacer alguna necesidad delante de él. También las aborrecen si se ponen a llamar a sus padrinos. Los duendes hembras se enamoran de los muchachos blancos y rubios. Estos para que los aborrezcan realizan las mismas actividades que las mujeres.

    No todas las personas pueden ver a los duendes, los pueden ver aquellos a los que el duende persigue o enamora. Hubo una vez en esta comunidad un hombre que hablaba con estos hombrecitos comía alimentos como para diez personas y a pesar de esto, siempre estaba flaco.

  14. Los Duendes de Las Tablas, Los Santos.

    Quintero (1961, p. 124)

    Son semejantes a niños blancos y rubios con ojos azules, se presentan comúnmente a orillas de las quebradas, especialmente donde se bañan pequeños. Sacan objetos, juguetes vistosos y golosinas que gustan a los niños, invitándolos a acercarse para obsequiarles el objeto, y una vez que llegan a un matorral, juntos desaparecen. Para evitar que los duendes se lleven a los niños se les ponen resguardos consistentes en medallitas, crucifijos, escapularios y otros objetos benditos.

  15. Los Duendes de Río Hato, Coclé.

    Morales (1961, pp. 119–120)

    Los duendes son unos hombrecitos que tienen la barba muy larga y pueden adoptar la personalidad de una persona grande.

    Viven, según me dijeron, en las peñas y en el fondo de los charcos. Son invisibles a las personas mayores. Cuentan que cierta vez una señora se fue con su hijo hacia el monte donde trabajaba su esposo. La señora dejó al pequeño en el camino y cuando volvió al lugar ya no había nada. El niño cuenta que cuando su mamá se fue, al poco rato volvió, siguiendo su camino. El anduvo con su madre pero no comían ni tampoco le daba hambre, ni se daba cuenta donde dormía. Como a los 8 días se lo hallaron sentado en un tronco en un arrozal. La gente cree que se lo devolvieron a sus padres porque el niño crió en las piernas unos granos y los duendes no los quieren si no están sanos. Se dice que la mamá que buscó al niño no era la verdadera sino un duende que tomó la personalidad de ella. Se cuenta también que cierta vez perdió su hija en el bosque. El señor preocupado se internó de nuevo y cuando llegó a un alto cerro, vio en el otro lado a su hija jugando con varios niños iguales a ella. El señor se acercó sigilosamente y cuando lo vieron se dieron a la fuga y su hija hacía lo mismo. El señor los siguió y más adelante estaba sentada en una piedra. Se le acercó por la espalda y la tomó por el pelo atrapándola. El cuerpo de la niña estaba sumamente baboso, la bañaron con agua bendita y esto se le quitó. A la niña hubo que vigilarla mucho puesto que tenía el propósito de irse nuevamente. La única forma de ahuyentar a los duendes es que el niño trate de obrar y semeje que se come el excremento. Los duendes si lo ven le tomarán mucha rabia puesto que esos señores no tienen esta clase de necesidad.

  16. Los Duendes de San Carlos, Panamá.

    Crompton (1961, p. 135)

    Es también concebida la idea de que existen duendes, personajes éstos de rostro bello y apariencia de edad de 7 a 8 años. Estas criaturas son de cabellos rubios, ojos azules y por lo común de rostro bonito, siempre andan desnudos y casi siempre se le aparecen a los niños. Tienen la creencia, las personas de este lugar, que los duendes se llevan a los niños pequeños a lugares distantes después de haber sido engañados con manzanas, sortijas o cualquier baratija que atraiga a los pequeños.

    Cuando a un niño o niña se lo lleva un duende los únicos que pueden salir en su busca son los padrinos de la criatura y llevar con ellos agua bendita. Es horrible el estado en que encuentran a la criatura, pues casi siempre aparecen enredados en la maraña y con una capa babosa sobre la piel la cual dificulta que lo agarren pues resbala. Es entonces cuando juega papel importante el agua bendita porque el cuerpo de la criatura después de ser regado por esta agua se puede coger bien. Por lo general el cuerpo de la criatura queda relajado o sea aguado y permanece tonto por un tiempo.

    Para evitar los duendes se dicen palabras vulgares, o bien se pone al niño a obrar o defecar y después a jugar con el pupú, como se dice, Con esto se ahuyentan pues se dice que no les gusta oír palabras malas.

  17. Los Duendes de Chorrera, Panamá.

    L. Candanedo (1961, p. 156)

    Junto a la quebrada de una finca, jugaban un grupo de niños todos los días, entre los cuales había uno que era “moro”. Un día el niño moro corrió hasta donde estaba su abuela y señalando hacia un lado le dijo: “Mira, abuelita, ese niño fulito me está llamando”. Enseguida la abuela les dijo: “¡Agúzence! y hagan como si se comieran el excremento”.

    Y cuenta, que el duende, enseguida se retiró para siempre “porque ellos son muy aseados y le repugnó lo que los niños hicieron”. Los duendes son pequeños con cara de ancianos, rosados y rubios. Llaman a los niñitos para llevárselos y convertirlos en espíritus.

  18. Los Duendes de Arraiján, Panamá

    Espinosa (1961, pp. 55–56)

    Es algo de lo que más hablan los arraijaneños. Hay muchas leyendas acerca de ellos y casos de aparición de este extraño personaje. Según ellos se presenta en forma de un niño rubio. En cierta ocasión me contó el señor Saturnino Tejada, que hizo unos 10 años que el duende perseguía a una sobrina suya. Desde tempranas horas de la tarde comenzaba a arrojarle piedrecitas y en vista de que no la dejaba tranquila sus padres le dieron un tablerito y una tiza para que el duende le escribiera lo que el deseaba ya que ella sola lo veía. Este le escribió que “deseaba la joven para él”, firmando su nombre finalmente, que ahora mismo el señor Tejada no recuerda. Los vecinos le aconsejaron a los padres de la chiquilla que buscara alguien que tocara guitarra en su cuarto, pues a los duendes no les gusta la música y por lo tanto ahuyentaría, pero no fue así. La llevaron a la iglesia y aún dentro de ella le seguía tirando piedrecitas. Para librarla de esta persecución la llevaron a Panamá porque dicen que el Duende no cruza el mar, notándose que allá no lo veía y vivía tranquila, pero apenas regresaba a la población de Arraiján el duendecillo seguía molestándola. Un día sus familiares se pusieron a recoger las piedras que le arrojaba, las iban marcando, pero cuando acordaban las piedras desaparecían y de nuevo eran arrojadas sin que supieran como las habían rescatado otra vez. Muy preocupados sus padres decidieron mandarla definitivamente a Panamá pues allá no veía nada, más tarde se casó y ya no volvió a ver más al duende.

    Otro señor me contó que hace unos veinte años los duendes raptaron una niñita; fue en una época en que estuvo lloviendo como 8 días seguidos con fuerte tormenta. Hasta las autoridades fueron a investigar el caso, pusieron preso al padre de la niña porque creían que éste la había matado, pero al darse cuenta de que esto no podía haber sido así, ya que una de sus hermanitas decía haber visto a la niña jugando con un niño fulo, el padre de la niña fue puesto en libertad. La búsqueda fue inútil pues la niña nunca apareció.

  19. Los Duendes de Chepo, Panamá.

    J. Candanedo (1961, Carta personal)

    El duende o los duendes son pequeños angelitos de espíritu malo, que se pasan la vida de un lugar a otro. No atacan ni se les aparecen a personas mayores. Son seres malignos dedicados completamente a espantar a los chicos pequeños. Los duendes no parecen querer hacer mayor daño que perder a los niños en el bosque. Nada más se le aparecen a los niños mal portados y que no obedecen a sus padres.

  20. Los Duendes de La Palma, Darién.

    Reyes (1961, p. 154)

    Son pequeños hombrecitos de formas bien proporcionadas, los cuales aparecen vestidos en diferentes formas. Por lo general lo hacen en forma de niños porque así les es más fácil conseguir sus propósitos. Por lo regular los duendes andan en busca de niños, para lo cual se comportan como tales, esperando a los niños en los ríos o en las proximidades del pueblo. Los atraen con cantos, jugando con ellos, y poco a poco los van atrayendo para el lugar donde ellos viven y así convertirlos en otros duendes.

    En caso de que los niños estén bautizados, los duendes no los pueden transformar y entonces lo que hacen es perderlo. También los duendes se divierten asustando a la gente.

5.2 El Dientico

5.2.1 La Definición

Por definición el Dientico es un ente en forma de niño que se deja recoger para luego aterrorizar con el espectáculo de sus dientes sobrenaturales. Puesto en otra forma, el Dientico vendría a ser un ente sobrenatural en forma de niño pequeño que aterroriza a protectores eventuales con el espectáculos de sus dientes monstruosos.

5.2.2 La Morfología

Encontramos en los informes del Dientico que su morfología es de transformación. Presenta así, una morfología final. La morfología básica consiste para los antoneros en un muchachito bonito y reidor, mientras que para los palmeños consiste en un niñito llorador. La deferencia de aproximación del Dientico es pues relativamente insignificante.

La morfología final consiste en hacer ostensibles dientes enormes, y uñas enormes en el caso de La Palma.

5.2.3 Las Actividades

Pocas diferencias en la forma de operación del Dientico aparecen en los dos informes disponibles. En la etapa de aproximación, el Dientico espera en forma de niño atractivo (por risa en un caso, por llanto en el otro) a que alguien caiga en la trampa. En los dos casos se deja levantar, mimar y acariciar.

En la etapa de contacto, llama la atención sobre sus extraordinarias facultades en formas diferentes. A viva voz, con lenguaje infantil en ambos casos y poniéndose pesado en la variante de La Palma. Procura que la atención se centre finalmente sobre los dientes, ya transformados convenientemente y ante la reacción de la víctima deja que lo tiren al suelo.

5.2.4 Los Daños Atribuibles

El principal daño informado fue la mudez del individuo afectado por la aparición. La mudez persistió por tres meses en el caso de Antón mientras que en el caso de La Palma duró apenas unos minutos.

5.2.5 Las Relaciones Humanas

Los tipos humanos relacionados no fueron homogéneos, un mujeriego en el caso de Antón y un campesino en el caso de La Palma. Es notable que en ambos casos, el Dientico con su aparición fuera en contra en actividades humanitarias de amplia distribución en el mundo, cual es la de recoger niños abandonados.

5.2.6 Las Relaciones Sobrenaturales

No fueron especificadas relaciones con entidades superiores al mismo Dientico. Para todos los efectos, el Dientico está en una posición independiente de las entidades éticas corrientes en el Istmo. En La Palma, el Dientico fue relacionado orgánicamente con los duendes.

  1. El Dientico de Antón, Coclé.

    Castrellón (1961, pp. 169–170)

    Era un hombre muy mujeriego el cual tenía un caballo con el cual salía de noche a “cogerse” a las mujeres. Un día se había comido a una mujer e iba para su casa cuando encontró a un muchachito en el suelo, exclamando del siguiente modo. “¡Que mujer más puta lo habrá tirado aquí!”

    Lo tomó en sus brazos y lo colocó en su caballo, diciéndole al niño: “¡Que muchachito más lindo, mira como ríe!”

    Entonces el “pelaíto” le dijo: “¡Papá, mira, yo tengo unos dientes!” El hombre lo soltó tirándolo al suelo diciendo: “¡Ave María Purísima!”. Llegó a su casa mudo de espanto y se quedó como tres meses sin poder hablar de la impresión de los dientes enormes, sobrenaturales del niño.

  2. El Dientico de La Palma, Darién.

    Reyes (1961, p. 155)

    Cierta vez un señor venía del trabajo, como a las 2 de la tarde con su “chile” al hombro. De pronto en el camino vio a un niño que estaba sentado llorando en una sombra. El señor se condolió del muchachito y después de hacerle unas preguntas sin recibir respuesta decidió llevarse al niño para la casa con el propósito de prestarle protección. Luego de haber recorrido un trecho largo, notó que el niño se le ponía pesado y al mismo tiempo oyó que le decía: “Papachito, mira mis chiñitas (uñitas)”; pero el señor a pesar de verle las uñas de gran tamaño no se preocupó mucho. Casi inmediatamente el niño le dijo: “Papachito, mira mis llenticos (dienticos)”. El señor, al verle los dientes de un tamaño sobrenatural y que los colmillos se le salían de la boca, soltó la jaba o chile y echó a correr. No se atrevió a mirar para atrás ni aún en el momento en que oyó el eco seco que se produjo al caer la jaba. Llegó a su casa casi sin habla y pálido por el susto y la carrera contó a su familia lo ocurrido y luego a los demás, y todos dijeron que era un duende.

5.3 Los Burlones

5.3.1 La Definición

Los Burlones son entes plurales que aterrorizan viajeros en etapas sucesivas de efecto creciente, por el procedimiento de alargar-aumentar partes de su cuerpo sobrenatural.

5.3.2 La Morfología

Los Burlones tienen morfología de transformación compuesta de una forma básica y una forma final terrorífica.

La morfología básica de Paso de Canoa era la de un hombre corriente en la primera etapa y en la segunda la de un viejo, ambos sentados. En la morfología final tanto el hombre como el viejo presentaron manos desmesuradamente alargadas, en Paso de Canoa.

La morfología básica de Río Hato fue la de un grupo de mujeres corrientes lavando en la primera etapa y en la segunda etapa una mujer corriente, acogedora.

En la morfología final, ambas etapas de Río Hato mostraron dientes enormes, sobrenaturales.

5.3.3 Las Actividades

Las actividades en Paso de Canoa consistieron en emboscarse, sentándose al lado del camino Primero y al pie de un rancho en la II etapa a esperar a la víctima. Advertido el ente del deseo de la víctima, primero contestó su pregunta con la acción de extender la mano de manera claramente no humana, lo que produjo la rápida retirada de la víctima. Después, colocar la segunda etapa del proyecto en un rancho. Al ir el viajero aterrorizado a descargar su susto en una persona de apariencia normal, funciona la segunda etapa a base de la actividad de repetición de la primera más el agravante psicológico de insistir comparando burlonamente.

Las actividades en Río Hato consistieron en disponer la primera en el río en forma de mujeres corrientes lavando, pero que al mirar mejor repelen con enormes dientes todo intento de aproximación. En la segunda etapa la fuerza de las Dientonas fue reducida a una sola mujer que provocó la confidencia del bailador asustado. Funcionó la segunda etapa a base de dos actividades casi simultáneas delante: la de comparar verbalmente y mostrar sus dientes respectivos para que la víctima efectuara por sí la comparación.

Así, la principal actividad de los Burlones es la emboscada por etapas, es decir, el dividirse en grupos o en individuos para aterrorizar por etapas, de intensidad creciente.

5.3.4 Los Propósitos

Los Burlones reciben este nombre debido a que su propósito parece ser el de burlar, reducido de sus actividades. Todo el panorama de la emboscada suena a una verdadera burla sobrenatural, quedando atrás toda intención moralizadora o diabólica que pudiera encontrárselas.

5.3.5 Los Daños Atribuibles

En Paso de Canoa el principal daño referido fue provocar en el viajero la represión de su deseo de contacto humano. En Río Hato el hombre se refugió en su casa y en el propósito de no salir más solo en la noche.

Daño atribuible a los burlones debe ser uno del orden del Trauma Psíquico, desde que aterrorizan por etapas de intensidad emocional creciente. Dejan al individuo condicionado a no atreverse a hablar con nadie, sin refugio, es decir, lo aíslan de contacto humano por el terror de un nuevo encuentro, el cual, en vista de las circunstancias es siempre posible.

5.3.6 Las Relaciones Humanas

Los Burlones, hombres o mujeres intervienen sobre viajeros solitarios. En el caso de Paso de Canoa podría interpretarse una especie de control sobrenatural sobre el tipo humano del fumador, mientras que en el caso de Río Hato el control sobrenatural se referiría a bailarines empedernidos y sociables, de lo cual poca prueba hay, a no ser una referencia más bien ligera.

5.3.7 Las Relaciones Sobrenaturales

No fueron especificadas relaciones sobrenaturales jerárquicas en los informes. La sobrenaturidad de los Burlones en sí, estuvo dada por su poder de transformarse.

La principal relación de los Burlones puede encontrarse comparando el tipo de Río Hato con el Dientico, el ente niño que puede aumentar el tamaño de sus dientes a voluntad.

  1. Los Manones de Paso Canoa, Chiriquí.

    Ferguson (1961, Carta personal)

    Una vez iba un hombre a caballo, ya en las cercanías del pueblo. Quería fumar, pero no encontraba a nadie que le prestara fuego. Cuando en eso vio a un hombre sentado al pie del camino fumando. Se le acercó y le pidió candela. Entonces el hombre desde donde estaba sentado le alargó una mano sobrenaturalmente larga hasta donde él estaba con el caballo. Salió huyendo a toda prisa, muy asustado por lo que le acababa de ocurrir.

    Más adelante, ya un poco calmado, vio un viejo que fumaba en la puerta de un ranchito. Se le acercó y le contó lo que le había pasado con aquel espectro. El viejo entonces le dijo “¡Y esa mano, ¿era más larga que esta?” Y le alargó una mano terriblemente larga, como de 3 metros. Asustado el viajero, salió nuevamente huyendo, se metió en su casa y no salió en buen tiempo.

  2. Las Dientonas de Río Hato, Coclé.

    Morales (1961, p. 123)

    Una vez un señor del pueblo se fue hacia otro lugar a un baile. Cuando regresaba del baile ya bien entrada la noche, y además solo, se encuentra unas mujeres en el río lavando ropa. El trató de reconocerlas pero no pudo, pensó que eran unas extrañas y no se preocupó. Trató de hablar con ellas pero no logró hacer amistad con ninguna, puesto que con sus enormes dientes lo ahuyentaron del lugar algo asustado. Un poco más adelante encontró otra mujer que venía, la cual al verlo le preguntó que por qué huía tan de prisa, contestándole lo que antes le había sucedido. La mujer le dijo entonces, mostrándole sus dientes con una sonrisa: ¿“Serán más grandes que los míos”? Y quizás, estos eran todavía más grandes que los anteriores. El señor medio muerto de miedo llegó a su casa y no salió jamás solo de noche.